sábado, 2 de junio de 2018

El maravillosos mundo de los cruceros (II) MSC Fantasía La elegancia sobre las aguas.

Es difícil no enamorarse de esta preciosidad a primera vista. Me costó resistirme a su belleza, distinción y estilo. Sabía que había elegido bien mi crucero, el lugar donde pasar unas vacaciones rodeado de puro diseño italiano, mimado y atendido por profesionales que harían inolvidable mi travesía, mi sueño…

Pero antes de deleitarnos con los rincones acogedores y únicos del barco, hablemos un poco del cuerpo del gigante.
Construido, junto con su gemelo MSC Splendida, en los astilleros franceses de Aker Yards de St. Nazaire, combina la pureza de líneas que caracteriza a la flota con los sistemas de navegación más actuales e innovadores, haciendo hincapié en el aspecto ecológico de una navegación responsable.

Ya de lejos impone por su tamaño. Se dice que tiene el largo de la Torre Eiffel  y la altura de la Torre de Pisa. No lo dudo. Es una auténtica ciudad flotante y para aquellos que piensen que se mueve y que el mareo será un pasajero más, debo decir que en una de las travesías, ni con olas de 4 metros, noté jamás el más mínimo balanceo.

Pero entremos a nuestro fabuloso hotel flotante.
Lo primero que nos agrada es el cálido recibimiento de la siempre amable y servicial tripulación. Esperan con una gran sonrisa a que el pasaje entre para acompañarle a su cabina, presentarle sus respetos y responderle a todas y cada una de las dudas que pueda tener.

Antes de ir al camarote, nuestra boca se abre para dejar escapar una expresión de asombro ante el Main Foyer La Vele, el gigantesco espacio que se abre en medio del barco y que atraviesa varias cubiertas.
Fijémonos en las estrellas de este espacio de cuento. Las escaleras doradas con fulgurantes cristales de Swarovski, con un valor de 6.000 euros por escalón…. Luego rodeemos con nuestros pasos la cubierta y bajemos o subamos por los ascensores panorámicos.





En la cubierta inferior, llamada Fantasía y siempre con la vista anterior, encontramos la recepción con tripulación que habla prácticamente todos los idiomas y el Fantasía bar. Al otro lado tenemos un más que correcto Business Centre y la Cyberlibrary, que combina varios ordenadores puestos a nuestra disposición y una pequeña biblioteca con libros en todos los idiomas.


Mirando hacia popa, nos acercamos al fastuoso restaurante Red Velvet,  decorado en terciopelos granates y que combina el diseño moderno con toques clásicos.
Subimos una cubierta,  para encontrarnos, justo sobre el anterior, el segundo gran restaurante del barco, Il Cerchio  d’Oro  con una suave combinación de colores caoba y amarillo con círculos dorados que dan nombre al espacio.


Seguimos hacia proa y por la vía Roma nos sale al paso la colorida tienda de golosinas La Caramella, la tienda L’ Angolo dell Ogetto, y la oficina de excursiones.

Un poco más adelante dos pequeñas tiendas, la   Duty Free y  Il Gioiellio engatusan nuestra vista.  Para los fumadores, una pausa para disfrutar de su cigarro o puro acompañado de un coñac, por poner un ejemplo en el Cigar Lounge y para los jugadores llega el momento de demostrar su destreza y su suerte en le juego en el Casino delle  Palme. En la proa del coloso, encontramos el piso superior del teatro L’Avanguardia.  Si hemos decidido tomar la vía San Lorenzo lo que nos hará detenernos a tomar un delicioso espresso o un refrescante coctel será La Vele Bar, para invitarnos a seguir recorriendo la cubierta , y entrar en la pequeña y elegante tienda La Boutique, donde seguro que compraremos algún capricho. Después podemos pasar el rato en la sala de cartas.


La siguiente cubierta, en la parte de proa, también está ocupada por el teatro, así que dejémoslo atrás y sigamos el recorrido por babor.
En esta cubierta, en el exterior hay una promenade deck, o cubierta de paseo, que es lugar privilegiado para todos aquellos que quieran hacer un poco de ejercicio viendo amanecer o atardecer.
Dentro, la vida sigue, relajada, como  en Il Transatlántico, el piano bar, con un diseño elegantísimo,  cultural, como en la Galería de Arte, o más desenfadada como en colorido Manhatttan con su peculiares lámparas en forma de pompa de jabón o en el Sports bar, un lugar que encantará a cualquier aficionado al deporte.




Sigamos hacia popa.
¿Por qué no parar en Il Cappuccino para transportarnos a cualquier lugar de Italia con el sabor y el aroma de un magnífico espresso?  Seguro que nos dará ánimos para seguir investigando todo lo que aún nos queda por ver y disfrutar, como las dos tiendas a los lados del café, la Profumeria  y el Logo Shop, con todos los artículos imaginables con el símbolo de la compañía.
Y ahora vienen los temáticos, acompañados por la Galería de Fotos donde podemos adquirir las imágenes que de nuestras aventuras a bordo ha captado el fotógrafo.
De frente encontramos La Cantina Toscana con estupendos vinos italianos y sabrosos vinos y quesos, y seguido el Sombrero Tex Mex, un lugar perfecto para tomar una divertida comida mexicana rodeados de una decoración de lo más original.



Para acabar el puente nada mejor que disfrutar de una copa en L’insolito Lounge que por las noches se convierte en Sala de Fiestas.


Y subimos en el ascensor al puente 14, Miraggio, ya que en los puentes inferiores están los camarotes a los que luego volveremos.
En este nivel encontramos la amplísima cafetería L’Africana, que se convierte por la mañana en zona de sabrosos desayunos  y más tarde en zona de buffet, exquisito y variado. Como complemento a ella aparece la Zanzibar, otra elegante cafetería.


Entramos ahora en la zona de esparcimiento del barco, la que se encuentra al aire libre.
Lo primero que encontramos son dos bares, el Glass Bar y el Bar delle Fontane donde podemos refrescarnos con un buen combinado o una simple cerveza los días de más calor. Y en el centro de este espacio tenemos, para nuestro disfrute el Aqua Park,  formado por una piscina, varios jacuzzis y chorros de agua que harán disfrutar tanto a los niños como a los mayores.











Si nuestra intención es darnos un baño pero el tiempo no acompaña no pasa nada, siempre podemos entrar en I Tropici, la piscina cubierta cuyo techo se abre o cierra para dejar pasar el sol o impedir la entrada del frío.

 Para no tenernos que mover mucho si nos da sed o queremos un cafecito, dentro del recinto tenemos un bar e incluso una tienda con gran variedad de regalos y detalles que se nos han podido olvidar al hacer la maleta.
Para finalizar el paseo por esta cubierta, que mejor que relajarnos en el Aurea Spa, espléndidamente atendidos por profesionales orientales en el arte de la relajación y  del cuidado de nuestro cuerpo. Un lujo a nuestro alcance.


En la siguiente cubierta se ubica el exclusivo Yacht Club, con servicio de mayordomo personal y todos los detalles para mimar al afortunado pasajero que se aloje en él.
Seguimos de nuevo hacia popa pasando por el área de los más pequeños, como Il Polo Nord, una zona cubierta ambientada en el Polo Norte,  la discoteca para adolescentes I Graffiti, la piscina para niños o el tobogán que baja dos cubiertas.



En popa, el delicado restaurante L’Etoile, de cocina francesa está rodeado por el Lido Catalano y el bar Gaudí. Una zona de relax con una pequeña piscina que sin poderlo evitar nos invita a tumbarnos al sol, rodeados por el mar.
Y subimos a los últimos puentes. En el  Aurora encontramos las canchas de squash, de baloncesto, futbol y tenis, y las demás ofertas de ocio como el estupendo cine 4D,el simulador de Fórmula 1, el salón de recreativos y como no la gran discoteca Liquid Disco donde bailar hasta altas horas de la noche.






La cubierta Sun, la última. tiene un área reservada para el Yacht Club, pero sobre la mitad del barco ofrece una zona con tumbonas para relajarnos con la máxima paz y tranquilidad al sol del Mediterráneo o del Atlántico.
Ya hemos recorrido el barco. Ahora hablemos un poco de los camarotes.
Realmente confortables, con un diseño muy acorde con el resto del barco, amplios y llenos de luz, y magníficamente cuidados, como nosotros, por el cabinista de planta. El baño no es precisamente grande, pero tampoco necesitamos mucho más si queremos dar más espacio a lo que es el camarote en sí mismo. Frutas frescas cada día y un estupendo balcón desde donde ver la salida o llegada del barco mientras tomamos un refresco o desayunamos, completan nuestro refugio particular en el barco.




Y como acabar sin hablar de los exquisitos platos que podremos disfrutar en nuestro crucero, desde las especialidades italianas, que cada noche nos muestra una zona distinta del país, sabrosa y diferente, hasta la delicadeza de la cocina francesa o la variada y especiada comida mexicana.






 Y un secreto, a media tarde hacen una pizza de rúcula y jamón para chuparse los dedos…

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