lunes, 3 de marzo de 2014

La Experiencia Spring Hoteles. Spring Arona Gran Hotel****

Como estar en el Paraíso Y por muchísimas razones.




La primera por su privilegiada situación, en plena bahía de Los Cristianos, cerca del pueblo pero al mismo tiempo lejos del bullicio y de las zonas más transitadas. Los atardeceres desde este hotel son capaces de dejar a cualquiera sin respiración, al igual que las hermosísimas vistas que disfruta de la cercana isla de la Gomera, excursión de un día obligatoria, por otra parte, para cualquier visitante de la Isla.










La segunda, su estructura, en forma de "V" que visualmente parece querer abrazarnos y reforzar esa sensación acogedora y de disfrute para nuestros sentidos. Sus 391 habitaciones que incluyen 12 junior suites, luchan entre sí por tener las mejores vistas: al inmenso Océano Atlántico, a la refrescante piscina, al exuberante jardín o al puerto pesquero de Los Cristianos.










Acompañado de la simpática y amabilísima adjunta de dirección, Mar Alonso, empezamos a recorrer el amplio y luminoso edificio, comenzando por las habitaciones, muy grandes y espaciosas, con una comodísima cama, toda clase de amenities y unas vistas que son la envidia de muchos hoteles de la zona. Esto reforzó mi impresión de que el lugar donde se ubica el hotel es inmejorable.










Tercera razón: una perfecta combinación de arquitectura y naturaleza. La zona de recepción es un prodigio del diseño, pura luz que entra por los inmensos ventanales que parecen paredes transparentes y que reflejan el color verde intenso de la vegetación que cubre la totalidad de las zonas comunes y los accesos a las habitaciones, sin olvidar las magistrales y futuristas lámparas gigantes que literalmente flotan sobre nosotros.






















Pequeños grandes detalles se van sumando a las razones del Paraiso, como la exquisita atención que nos procura el personal de la recepción con una cordial y cálida sonrisa que nos invita a relajarnos y disfrutar de nuestra estancia. Todo parece estar diseñado y estudiado para que sólo debamos preocuparnos de descansar y divertirnos.


















Si algo me llamó la atención en el hotel es la amplitud en todos y cada uno de los espacios, y la manera en que pasamos de uno a otro ambiente sin casi darnos cuenta. A esto contribuye sobre todo el cuidado de la iluminación y los materiales empleados, con colores claros y cálidos, y una combinación perfecta de la madera con el verde de la vegetación.










Varias salas nos invitan a pasar momentos de relax y juego, como las de billar o la de cartas, al más puro estilo del Oeste Americano, o trabajar nuestro cuerpo en un completísimo gimnasio para pasar después a mejorar nuestro swing en la sala de golf.














Pero sin duda, la parte que me cautivó totalmente fue la galería que ocupa todo el frente del hotel.
La idea que se ha tenido me parece sencillamente genial.
Como si de un enorme invernadero se tratase, los ventanales dejan pasar toda la luz del sol de la mañana, que parece caer sobre un espacio muy peculiar.




Según entramos, encontramos una completisima y realmente educativa muestra de la cultura canaria aborigen, compuesta de grandes carteles informativos donde se muestra el proceso de formación de las islas, los primeros pobladores y sus costumbres, y la historia de las Islas hasta la actualidad, todo ello reforzado por unas vitrinas que contienen todo un muestrario de objetos que nos ayudan a visualizar ese pasado de Canarias. Desde piedras para moler el gofio a pequeñas conchas y útiles de pesca.






















Pero quizá lo más curioso sea el llamado " Jardín de Mar", que recoge en un pequeño espacio una completa muestra de la flora autóctona, perfectamente identificada con sus carteles de forja que realmente componen un espacio único.








Para terminar la visita, qué mejor que visitar la galería comercial que se encuentra en el hotel, con varias tiendas de artesanía, regalos, electrónica y el Soyé SPA, que ofrece una enorme variedad de tratamientos para completar nuestra estancia de placer en el hotel, como el Olive Supreme, el Bambú Peeling, envoltura de algas o barro, masaje con Karité caliente, pindas con hierbas aromáticas o el fabuloso "Spirit of Tenerife", un masaje con piedras calientes.


















Seguro que cuando llegue la hora de marcharnos del hotel, recordaremos cada uno de esos detalles que han embargado nuestros sentidos y ya estaremos pensando en volver a disfrutarlos lo antes posible. Pero eso sólo puede hacerse en el Spring Arona Gran Hotel... Son las ventajas del Paraíso hecho hotel.