domingo, 2 de junio de 2013

Las más hermosas islas del Mediterráneo: Malta (II)

Y llegamos a la Plaza de los Tritones, donde cogimos el autobús que por 0.47 céntimos de euro nos llevo a la Medina, primera capital de Malta, algo que no hay que perderse.
Miren las imágenes del autobús.

El uso de los autobuses malteses nos permite entrar en el túnel del tiempo. Estos vehículos forman una flotilla digna de una exposición de medios públicos de transporte de mediados del siglo XX. 

 Tienen una antigüedad de más de treinta o cuarenta años, el volante a la derecha como en todas las antiguas posesiones coloniales británicas y son de un color naranja amarillento.

 En su interior los asientos, generalmente de plástico, suelen estar diseminados de una manera anárquica con la particularidad de no encontrar ningún autobús que se parezca a otro. 
 La parada de autobús está en el antiguo casino de la ciudad. Allí paramos un momento a tomar un café servido como en los pueblos de antes, en tazas grandes, con azucarero y bandeja de plástico. 

A dos pasos está la plaza principal de la ciudad nueva y la puerta de entrada a la antigua medina. Aquí recomiendo reservar un tour gratis por Mdina.

La Mdina de Rabat, antigua capital de la isla, es una ciudad amurallada con una única entrada. Por aquí se entra y se sale después de visitarla, no hay otra puerta.

La llamada "ciudad del silencio" consta de unos apartados para que más o menos sea fácil visitarla sabiendo en cada momento donde estás. La plaza de la entrada, la de la catedral, su calle central que te lleva directamente hasta el mirador sino te desvías, y las llamadaS "old city" y "the village", que se ubican a un lado y a otro de la calle central.

Aquí estoy yo condenado por viajero incansable.

 Esta puerta fue construida a unos metros de la principal. Se puede ver una inscripción que se refiere a su construcción en 1724, así como el escudo de armas del Gran Maestre. Bajo esta puerta juraban los Grandes Maestres el compromiso de protección y fidelidad a la ciudad.

Fíjense en este pequeño limosnero de la Iglesia de Santa Ágata, una de las patronas de la ciudad


Interior de la capilla, erigida en 1417.

Si hay algo con colorido en la Mdina, sin duda alguna son los balcones, las puertas y las ventanas. Todas con el clásico toque mediterráneo y cuidadas al máximo por sus habitantes. Aunque ninguna es demasiado llamativa, si es cierto que la gran mayoría llama la atención del turista.

Están tan bien cuidadas que se han convertido en uno de los reclamos turísticos del país. Podrás encontrar a modo de "souvenir" postales de estas puertas y ventanales por toda la isla de Malta.

Plaza de la Catedral de Mdina.
Esta plaza pequeña, estrecha y casi siempre a la sombra, es el ejemplo más claro de lo que fue en su día la capital.
 El poder eclesiástico, las familias más poderosas que construían casas de lujo a su alrededor y los dos poderosos cañones que protegen la puerta de la catedral; estas tres apreciaciones hablan de la Malta mas histórica y orgullosa, cuando se defendían de toda clase de invasores provenientes de todos los continentes a base de fe, trabajo y cañonazos hasta en la misma puerta de casa si hacía falta...

 Museo de Mdina. Una mezcla de tesoros artísticos civiles y religiosos. La entrada a la iglesia era inseparable de la del museo.

La Catedral de Mdina, conocida también como la Catedral de San Pablo, es la joya arquitectónica más importante de la elegante y amurallada ciudad.

 Es una obra maestra del arquitecto maltés Lorenzo Gafa, que fue edificada a final del siglo XVII en el lugar donde mucho antes estuvo la iglesia normanda que fue destruida por el violento terremoto de 1693. Según la tradición, la iglesia primitiva había sido edificada donde estaba la casa de Publio, el gobernador romano de las Islas que fue convertido al cristianismo por San Pablo en el año 60 después de Cristo.

La cúpula, ha tenido una historia llena de vicisitudes: varios pintores trataron de embellecer su interior. Su aspecto actual data de la década de 1950.

En la catedral de Mdina hay obras de arte del artista calabrés y caballero Mattia Preti. En el suelo, además de lápidas con incrustaciones de mármol, hay escudos e inscripciones de los obispos de Mdina y de otros miembros del cabildo de la Catedral.  

En el coro, detrás del altar mayor, está la descripción monumental de la Conversión de San Pablo. Formó parte de la iglesia primitiva normanda y sobrevivió al terremoto. 
 La verdad es que me gustó mucho esta pequeña catedral.

Las lápidas del suelo, como las de La Valetta, nos recuerdan los miembros de las jerarquías eclesiásticas enterrados aquí.

 También me fascinó las suntuosidad de las capillas....




 Esta calle, que parte en dos toda la ciudad amurallada, es un compendio de arquitectura exquisita y muy bien cuidada. Procuran mantener el tono original de sus esquinas, recovecos y fachadas de unos edificios de autentico lujo.


Se nota la gran clase que en su día pudo tener esta pequeña capital, ya olvidada en gran parte por su lejanía del mar y también por la escasez de agua en la zona, lo que imposibilitaba su crecimiento demográfico.



 La verdad es que es una delicia, sin coches, casi sin gente...







 Ya era hora de volver a La Valeta. Una última mirada a la puerta de la ciudad..


 Me gustan los sitios donde las cosas cambian muy despacio...

 De nuevo la Plaza del Tritón.


 No se si se ve la luna...

 Si hay un lugar donde se venera a los gatos, es Malta. 
 Esto estaba por casi todas partes


Y enfrente esta higuera.

 Y decimos adiós a Malta..







sábado, 1 de junio de 2013

Las más hermosas islas del Mediterraneo: Malta (I)

Visitamos Malta por primera vez gracias a la escala que hizo uno de nuestros cruceros.
Llegamos muy temprano, por lo que vimos cómo la ciudad se desperezaba de su sueño de siglos. Si disponemos de tan sólo un día nos vendrá perfecta esta excursión por Malta para cruceros.

Una vez atracados, a nuestra izquierda encontramos estos antiguos almacenes y casas de pescadores ahora reconvertidas en bares y restaurantes casi exclusivamente para cruceristas.

Nos ofrecieron taxis para llevarnos al centro de la ciudad e incluso para recorridos por la Isla. Decidimos coger el bus hasta la Plaza del Tritón. Costó 0.98 céntimos, por lo que sale a cuenta en
comparación con un taxi, y encima el recorrido bordea toda la ciudad...

El bus nos deja en la Plaza del Tritón y desde allí empezamos el recorrido por la ciudad.
Lo primero que encontramos es la Puerta de la Ciudad.

Seguimos por Republic Street, donde vemos las principales muestras de la arquitectura civil de la capital.


Y muestras de la ocupación Inglesa...


 Me encantó esta fuente...

 La Concatedral de San Juan , llamada Kon-Katidral ta’ San Ġwann por los malteses, fue construida por los Caballeros de la Orden de Malta entre los años 1573 y 1578, tras haber sido impulsada en 1572 por el Gran Maestre Jean de la Cassière como la nueva iglesia de la Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, también conocida como Orden de Malta. La iglesia fue diseñada por el arquitecto maltés Glormu Cassar, el cual también diseñó multitud de destacados edificios en La Valeta.
El interior, en un fuerte contraste con la fachada, está extremadamente ornamentado y decorado en la época cumbre del Barroco.


 También es digno de mención el hecho de las tallas fueron realizadas in situ, en lugar de haber sido creadas de forma independiente para después adjuntarla al propio muro (este último procedimiento es conocido como estuco). La piedra caliza maltesa con la que la catedral está construida permite que el tallarla sea menos costoso.


Otra característica de la iglesia es la colección de lápidas de mármol de la nave, donde yacen enterrados importantes caballeros de la Orden. Los considerados más importantes fueron colocados más cerca de la fachada de la iglesia. Esas lápidas, ricamente decoradas con tallas en el mármol, que normalmente representaban acontecimientos relevantes del caballero, y con los escudos de armas de los caballeros enterrados bajo aquéllas.



Las bóvedas muestran varios episodios de la vida de San Juan, mientras las bases de las capillas están dedicadas al santo patrón de cada lengua particular. También es un lugar de reposo para el fundador de La Valetta, el Gran Maestre Jean Parisot de la Vallette, cuya tumba está en la cripta, tranquilo santuario y lugar de contemplación fuera de las bulliciosas calles en el exterior.






Caminando por Republic Street encontramos a la Reina Victoria de Inglaterra sentada delante de la Biblioteca.

 Y justo enfrente este curioso reloj de sol en una casa particular.

 El Palacio del Gran Maestre.

 Reloj astronómico del Palacio.

 En el patio del Palacio me encontré con una compatriota...

El Palacio del Gran Maestre de la Orden de San Juan, fue construido hace 500 años, y alberga una serie de pinturas acerca del Gran Sitio de 1565, hechas por un pupilo de Miguel Ángel, un conjunto de tapicerías originalmente diseñadas para Luis XIV y una armería con una de las mejores colecciones existentes.

 Yo me imaginaba algo más medieval, tipo Rodas o San Juan de Acre.... Esta es la fachada.

 La calle Republic nos dio una lección de arquitectura urbana de La Valetta.



 Al final de la calle encontramos el fuerte de Sant Elmo. Me encantó este detalle.

 Y una vez llegados a la punta de la ciudad retornamos la ruta con vistas a la bahía.



 Seguimos el paseo por Triq il Mediterran. Aquí vemos el Fuerte Ricasoli.

 Cuando los Caballeros llegaron a Malta en 1530, se instalaron en el pequeño pueblo de Birgu (Vittoriosa), que estaba protegido por el Fuerte de San Angelo. Consiguieron ampliar la antigua torre de vigilancia de San Elmo en la Península de Sceberras, que estaba enfrente, pero sus defensas seguían siendo débiles. La importancia estratégica del Monte Sceberras se convertiría en manifiesta durante el Gran Asedio.
 La Valetta fue planificada antes del asedio. Pero los planes sólo pudieron llevarse a cabo una vez que la Cristiandad, agradecida, colmó de riquezas a los Caballeros por haber derrotado a Suleiman. El Papa Pío V y el Rey Felipe de España concedieron ayuda económica y contrataron los servicios de un relevante ingeniero militar, el italiano Francesco Laparelli.

Jardines de Lower Baraka

  La magnífica ciudad fortaleza se construyó sobre el árido roquedal de la península del Monte Sceberras, que asciende abruptamente desde dos profundos puertos, Marsamxett y Grand Harbour. La Valetta se empezó a construir en 1566 y se terminó, con sus impresionantes bastiones, sus fuertes y su catedral, en tan sólo 15 años.


La Valetta tiene muchos títulos, todos los cuales recuerdan su rico pasado histórico. Es la ciudad “moderna” construida por los Caballeros de San Juan; una obra maestra del barroco, Ciudad Artística Europea y Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Ha sido gobernada sucesivamente por los Fenicios, los Griegos, los Cartagineses, los Romanos, los Bizantinos, los Árabes y la Orden de los Caballeros de San Juan y es una de las zonas de mayor concentración histórica del mundo.
 Es una ciudad con mucho movimiento durante el día, que , sin embargo, conserva un ambiente atemporal. En sus estrechas calles en forma de cuadrícula se encuentran algunas de las más refinadas obras artísticas, iglesias y palacios.

La religiosidad impregna las calles de La Valeta.
Esta mezcla de religiosidad cristiana extrema y carácter militar forma parte de la idiosincrasia de la Orden Militar de los Hospitalarios que huyendo del avance turco, habían abandonado primero San Juan de Acre y posteriormente la isla griega de Rodas.


Uno de los Albergues, que nada tienen que ver con los establecimientos para alojarse sino que eran las residencias de los Caballeros Hospitalarios y que se distribuían por nacionalidades y países (Albergue de Italia, Albergue de Castilla, Albergue de Francia...)

Esta ciudad sería un gran baluarte defensivo, repleto de murallas, fuertes y bastiones y reflejaría el carácter de la isla, que no era otro que el de ser la primera trinchera de la cristiandad en el Mediterráneo ante el que parecía ser un imparable avance turco.

La ciudad además cuenta con una gran cantidad de iglesias (Iglesia del Pilar, Iglesia de San Pablo Náufrago… )  

De camino vimos el Albergue de Castilla y León, que data de 1574, y estuvimos visitando estos jardines. Inicialmente se construyeron como campo de maniobras cubierto, aunque ahora no quede nada de esa cubierta, sirve de excelente mirador del Gran Puerto.