miércoles, 22 de enero de 2025

El maravilloso mundo de los cruceros (XXVII). La historia de Costa Cruceros (II)

En el año 2000, Costa decide reforzar su presencia en el Mediterráneo, debido a que se celebraba el Año Santo y que en esos momentos había partes del Atlántico que presentaban inestabilidades políticas no compatibles con la seguridad para los cruceros.

Para ello, posicionó al Costa Victoria de unos 2.000 pasajeros y al Costa Riviera en el puerto base de Savona, introduciendo Civitavecchia como nueva escala para que los cruceristas asistieran a los eventos religiosos del Año Santo. Dos años más tarde el Riviera fue sustituido por el Tropicale y por el Mediterránea.

Costa Riviera


Volvemos un poco atrás en el tiempo para hablar del Costa Victoria, que se construyó en 1996 en los astilleros alemanes Bremer Vulkan. El plan era construir su gemelo, el Costa Olympia, pero el astillero quebró y no pudo llevarse a cabo.
Fue renovado en 2004 agregando balcones a dos de sus cubiertas en 246 camarotes. Ahora pasaría a tener 14 cubiertas, siendo 9 para pasaje. Como curiosidad cada una de ellas tiene el nombre de una famosa ópera italiana, como Norma o Rigoletto.
En 2012 fue transferido a Costa Asia, saliendo desde Singapur. 
El 24 de junio de 2020 empezó a ser desmantelado y con ello terminan sus 26 años de servicio.


En julio del 2000 se inaugura en Venecia el Costa Atlántica, el más grande hasta el momento de la naviera italiana.


Presentaba un nuevo concepto, como una mayor cantidad de cabinas con balcón y los ambientes creados por Joe Farcus, que impresionaron a los pasajeros más clásicos pero encantaron a un nuevo tipo de cruceristas.
En 2003 llega su gemelo, el Costa Mediterránea.

El Costa Romántica fue oficialmente bautizado en 1993, como gemelo del Costa Clásica. En 2003 como parte de una nueva estrategia por parte de la compañía fue sometido una remodelación para aumentar su capacidad, pasando a tener dos nuevas medias cubiertas y con ello 120 nuevos camarotes y suites, así como bares y salones añadidos, con un incremento de casi 4.000 toneladas más. Nace de este modo el Costa NeoRomántica, que se dedica al mercado asiático en 2017.
En 2020 fue vendido a Celestyal Cruises y renombrado como Celestyal Experience, pero al año siguiente se revende y rebautiza como Antares Experience. Ese mismo año es desguazado en Pakistán.


Llega ahora un momento decisivo, un cambio radical para Costa. En septiembre del año 2000 la Carnival Corporation se convierte en accionista único de la compañía italiana. Las consecuencias inmediatas son un impulso en su expansión y el encargo a Fincantieri de dos barcos para casi 3.500 pasajeros, el Fortuna y el Mágica, que serían entregados en 2003 y 2004.
Los barcos gemelos pertenecen a la clase Destiny, reflejo de los barcos de la misma clase de Carnival.
Se construye el Costa Fortuna en 2003 como primer crucero de la clase, inspirado en los barcos de vapor italianos que fueron decisivos para el movimiento de pasajeros en el siglo XIX. En la memoria de todos los que hemos estado en este barco permanece la imagen de esos barcos, junto a todos los de Costa, navegando por el techo de dos de los salones del barco. Para quien no haya podido verlos, ésta es la imagen.

El Fortuna tiene una capacidad de 2720 pasajeros que se distribuyen en sus 13 cubiertas.

Su gemelo el Costa Mágica nace en 2003, dedicado a los lugares con más encanto de Italia, sus famosas y cautivadoras ciudades, con salones, bares y pasillos adornados por obras de arte de la Academia de Brera. Puede mover a 3470 pasajeros atendidos por 1027 tripulantes en sus 13 cubiertas.

La primera década del XXI vio también nacer a la clase Concordia, basada en la Conquest de Carnival con alguna diferencia, como la ampliación de la cubierta de piscinas, que se cerraría con paneles de vidrio. Otra característica es el espacio dedicado al SPA, que crece hasta llegar a los 2.000m².
A esta nueva clase pertenecen el malogrado Concordia botado en 2006, el Serena en 2007 y el Pacífica en 2009.
El Concordia debía su nombre a la voluntad y deseo de paz y armonía entre las naciones, al igual que el de sus hermanos de clase.
Ya desde un principio, el barco sufrió algunos ligeros percances, como la racha de viento que lo hizo chocar contra el muelle de Palermo y provocó daños en una de sus bandas.
Pero lo peor estaba por llegar.
El 13 de enero de 2012, mientras navegaba de noche por las costas italianas, el Concordia encalló en las aguas que rodean la isla de Giglio. El buque, con una brecha lateral de casi 70 metros se escoró y comenzó a hundirse hasta tocar el fondo marino que afortunadamente estaba a sólo unas decenas de metros de la superficie. 
Esto hizo que los equipos de rescate pudieran salvar a un mayor número de personas y que muchos de ellos pudieran salir del barco y llegar nadando a la costa.
Aún así, el terrible accidente se cobró la vida de 32 personas y otras 64 resultaron heridas de gravedad.
A finales de ese año el barco fue reflotado y trasladado a Génova, donde se procedió a su desguace.

El Costa Serena basa su decoración en la mitología clásica, en un intento barroco de crear un ambiente de fantasía con constantes alusiones a dioses del panteón romano. 
Así el teatro lleva el nombre de Júpiter, el bar principal el de Apolo, Venus se llama el salón de belleza y Jano el casino.
Como curiosidad decir que National Geographic grabó en el barco una docuserie llamada "Diario de un transatlántico"

El habitual interiorista Joseph Farcus se encargó de nuevo de la decoración del nuevo Costa Pacífica, entregado a costa en 2009. Esta vez la temática sería la música en todas sus formas y variedades.
Entre las novedades encontramos como complemento 308 obras de arte originales que le hacen referencia y un añadido intangible pero delicioso: una banda sonora del maestro Pagani compuesta por 29 canciones, arreglos de alguna de las mas famosas melodías de todos los tiempos.
Otro incentivo es el estudio de grabación, que permite a los huéspedes más atrevidos a cantar las canciones que se encuentran en un repertorio de 400 y llevarse a casa un cd grabado con sus pinitos musicales.
Hasta 6.000m² crece el SPA Samsara que incluye camarotes con acceso directo, la cubierta de piscina puede usarse en travesías con mal tiempo gracias a su techo retráctil, y como novedad mundial la "Playstation World" toda una revolución a principios del año 2000.

Fincantieri vio nacer a los gemelos Favolosa y Fascinosa en 2011 y 2012. El primero era un buque de gran versatilidad, que podía navegar prácticamente por cualquier itinerario. La decoración interior se basaba en una gran profusión de cristales, mármoles, ónix y alabastro.


Con el Costa Fascinosa, que llega a la flota en 2012, se cierra la clase Concordia y constituye un homenaje a las artes escénicas, con cubiertas y salones que deben sus nombres a películas, obras de teatro y óperas de reconocida fama.

Los años 2009 y 2010 vieron nacer a dos gemelos, el Costa Luminosa y el Costa Deliziosa.
El Deliziosa tuvo el orgullo de ser el primer barco de Costa en dar la vuelta al mundo después de 17 años, tal y como lo hicieron el Eugenio C o el Danae. Visitó en su periplo treinta y siete puertos en cinco continentes en un viaje que duró más de tres meses.

Pero los mellizos se han separado, ya que el Luminosa se ha transferido a Carnival para realizar cruceros por Australia y Alaska, dejando atrás la esencia italiana para convertirse en uno de los "Fun Ships" de la compañía matriz.

Construido en Fincantieri en 2014, el Costa Diadema pertenece a la clase Dream, con un característico paseo exterior en la cubierta número 5. Ya no vemos en él aquellos interiores recargados y extravagantes, ya que se opta por la simplicidad sin perder la esencia de Costa. con espacios luminosos y modernos.

Por su parte, el Costa Venezia recrea el ambiente y los encantos de la Ciudad de los Canales, con espacios tan evocadores como el teatro principal que se inspira en La Fenice o el atrio que tanto recuerda a la Plaza de San Marcos.
Tanto el Venezia como el Firenze, se encuentran en un periodo de cambio estético para integrarse en la flota Carnival, y serán los protagonistas de una nueva experiencia de la naviera llamada "Carnival Fun Italian Style" que combinará el estilo divertido y desenfadado que caracteriza a Carnival con la herencia cultural y arquitectónica de Italia.
El primero en transformarse y comenzar a navegar será el Venezia, y un año más tarde lo hará el Firenze.

Durante unos años, el buque insignia de la compañía fue el Costa Smeralda, con una capacidad de 6.500 pasajeros atendidos a la perfección por 1.600 tripulantes. 
Su característica más importante era ser el primero propulsado con gas natural licuado, el combustible más limpio del mundo.
Su nombre evoca las costas de Cerdeña y sus cubiertas y salones llevan el nombre de las más famosas y hermosas plazas y lugares de Italia.

El Costa Firenze, botado en 2021, pertenece a la clase Vista. Ambientando en el arte renacentista de Florencia Sus interiores nos llevan irremediablemente no sólo a la hermosa ciudad italiana sino a todo el entorno y paisaje artístico que la rodea.
Pero tengamos en cuenta que ese pasado revisitado no está en conflicto con la modernidad, al contrario. El buque presenta toda la tecnología más actual y la máxima comodidad en un entorno refinado y elegante.

Y finalmente llega el Costa Toscana, el segundo barco de la clase Excellence, que compite en características con los mayores barcos de cruceros que navegan en la actualidad. en sus 337 metros de eslora caben 19 cubiertas que se superponen en 63 metros de alto y donde se encuentran 18 bares, 15 restaurantes y 4 piscinas. Es, sin duda, mi favorito junto con el Costa Smeralda.

¿Cuál será la siguiente sorpresa que nos tiene preparada Costa Cruceros? Muy pronto lo sabremos...

domingo, 19 de enero de 2025

El maravilloso mundo de los cruceros (XXVII). La historia de Costa Cruceros (I)

De todas las compañías de cruceros, tan sólo los barcos del grupo Costa Cruceros tienen bandera italiana. Integrado en el conjunto empresarial de Aida Cruises y Carnival Corporation su importancia económica la ha llevado a cotizar en las bolsas de Nueva York y Londres. En conjunto, los cruceros de Costa transportan anualmente más de 12 millones de pasajeros.
Fue el primer Giacomo Costa el que fundó una pequeña naviera a la que bautizó como "Giacomo Costa Fu Andrea" para comenzar con su negocio de comercio de telas y aceite de oliva.
Posteriormente, en 1924, sus hijos Federico, Eugenio y Enrico adquirieron un carguero, el Ravenna que sería el primero de una flota de barcos de pasaje que no pararía de crecer.
El germen del negocio sería la crisis económica mundial que afectó al planeta después de la I Guerra Mundial y el consecuente y constante flujo migratorio de los que escapaban de una Europa en ruinas hacia un prometedor futuro en la joven América.
El concepto de unión inquebrantable de la familia italiana, hizo que los Costa empezaran a bautizar sus barcos con los nombres de los miembros de su familia y justo antes de la II Guerra Mundial contaba con una flota de 8 buques.

En esta imagen de 1912 vemos a Giacomo Costa, el fundador sentado junto a su hija Marianna y a su izquierda Eugenio. También de pie Giacomo y a su lado el pequeño Enrico. Sobre una silla, Andrea.
El primer hito en la historia de la compañía tuvo lugar el 31 de marzo de 1948, cuando el Anna C zarpa de Génova con dirección a Buenos Aires en un viaje de 16 días. Era el primer transatlántico que hacía esta ruta tras la Segunda Guerra Mundial, con el incentivo de ser el primero que ofrecía aire acondicionado en sus camarotes.

La compañía dio un paso adelante reorganizando el interior del barco con una idea que incluía también al Andrea C. Querían darles un toque especial para que dejaran de ser simples buques de transporte de personas en sus rutas de Sudamérica, así que instalaron una pequeña piscina y aire acondicionado también en los salones, todo un lujo para sus 800 pasajeros.
Con el siguiente barco, el Franca C, no fue necesario ningún tipo de reforma, ya que se construyó expresamente como barco de cruceros, siendo el primero de este tipo en la historia de la navegación recreativa.
Era el año 1957, y sus rutas partían desde Estados Unidos para recorrer el Caribe en cruceros que duraban entre 7 y 14 días. Posteriormente, en verano, comenzarían los recorridos por el Mediterráneo.

Los negocios van viento en popa, y la flota no para de crecer. En los años 60 varios barcos entran en escena, como el Flavia C, el Fulvia C, el Italia C, el Carla C y el Bianca C, éste último el primero en tener camarotes con balcón.






La llegada de los gemelos Daphne y Danae en los 80, constituye el punto de partida de lo que conocemos como crucero en la actualidad y hace que la compañía se transforme en la definitiva "Costa Crociere". Era el año 1986.


El Andrea y el Enrico marcan la pauta para los actuales cruceros por el Mediterráneo, ya que sus escalas son muy parecidas a las actuales, e incluyen Palma, Túnez, Palermo, Nápoles, Génova y Cannes.
En Barcelona es recordado y querido el Enrico C. ya que hasta 1989 tenía la ciudad como puerto fijo de sus escalas. 
Pero no todo fue felicidad para Costa, ya que justo cuando parecía que la industria del crucero iba a tener la importancia y potencia que merecía llegó la crisis del petróleo en 1973 y la burbuja se desinfló durante los dos años siguientes. No fue hasta el 75 que Costa pudo relanzar tímidamente sus cruceros e intentar remontar de nuevo.

El Eugenio C. Era conocido como el "Barco del Futuro", por lo novedoso de su innovadora maquinaria y su diseño elegante y rompedor. También porque "democratiza" el crucero ya que la estructura en tres "clases" desaparece para convertirse en una sola.

El Costa Riviera fue construido en Monfalcone, Italia, entró en servicio en 1963 en el servicio de Lloyd Triestino a Australia con el nombre de Guglielmo Marconi. En 1976 hacía el servicio hasta Rio de la Plata, pero quedó amarrado en 1980 hasta su compra por parte de Costa. Tras más de tres años de remodelaciones entra en la compañía como Costa Riviera. Tras un paréntesis para Family Cruises como America Adventure, volvió a Costa, para ser retirado y desguazado en 2002.

En 1994 Costa decide emprender la aventura en el Caribe. Tras comprar a Pearl Cruises, el navío Pearl, de 250 camarotes y unos 500 pasajeros de capacidad, lo destina a Cuba, bautizándolo como Costa Playa. Saliendo desde La Habana, recorría un itinerario que incluía Santiago de Cuba, Montego Bay, Calica y la isla privada de Baja Nipe en República Dominicana. En tan sólo un año 25.000 pasajeros habían disfrutado de la aventura caribeña.
Hubieron cambios en el itinerario, como Isla Juventud o Grand Caiman. Incluía los vuelos incluso, por un total de unas 187.000 ptas de entonces, unos 1124 euros de hoy.
Pero en el año 1996 Carnival adquirió el 58,9 % de las acciones de Costa y por razones ajenas la aventura caribeña finalizó. Costa Playa fue vendido a un armador de Extremo Oriente.
Llega en julio de 2001, desde Carnival, el MS Tropicale que había estado operando en el Caribe. Se construyó en 1981 y ya en 1982 surcaba las turquesas aguas caribeñas. La naviera italiana lo bautiza como Costa Tropicale y navega bajo bandera italiana hasta 2005, momento en que pasa a P&O Cruises Australia como Pacific Star. Para 2008 la compañía lo vende a Pullmantur Cruises que lo bautiza como Ocean Dream y tras la pandemia y el cierre definitivo de la empresa, va a parar a la India, donde es desguazado.

En el año 1995 Holland America Line mandó a construir el MS Westerdam y para ella navegó hasta 2005, momento en que fue alquilado por Costa para realizar cruceros por el Mediterráneo saliendo desde Málaga. El Costa Europa era perfecto para familias, por la gran cantidad de camarotes cuádruples que poseía y un fantástico programa de animación y entretenimiento. En sus 54.000 toneladas cabían 1750 pasajeros que disfrutaban de instalaciones amplias y modernas, piscina cubierta, cinco bares y salones temáticos y tres restaurantes con una enorme variedad de platos. En 2009 pasó a Thomson Cruises por un periodo de diez años, dejando un buen sabor de boca en los cruceristas fieles a Costa.

Se podría decir que el Costa Classica es el último de los grandes navíos clásicos de Costa. Botado en 1993 tras su construcción en el Astillero Fincantieri, aún llevaba el sello decorativo de B&B Italia Marine, elegante y atemporal. A partir de aquí, y durante un tiempo, Joseph Farcus tomaría la dirección artística de los barcos venideros con una decoración colorista y más recargada.
En sus eslora de 220 metros disfrutaban de sus preciosos recorridos 1.700 pasajeros, atendidos exquisitamente por 700 tripulantes que se encargaban de sus 650 cabinas, 450 exteriores y diez suites con balcón. Los cruceristas podían deleitarse en los dos restaurantes y nueves bares, para luego vivir la 'dolce vita' en sus dos piscinas y cuatro jacuzzis.


En el año 1991 se bautizaron dos gemelos, el Costa Marina y el Costa Allegra, que habían sido comprados y remodelados para poder recibir cruceristas. El interior destacaba por una decoración minimalista, con detalles de cristal y arte moderno italiano que nos hacían sentir como si visitáramos una galería en Roma. Presumían de sus nueve cubiertas, siendo la 2 y 3 de camarotes, y la 4 que combinaba las cabinas con un gran atrio de columnas de hermosa decoración. Pero era la cubierta 5 la mejor parte del barco, ya que en ella se encontraba el restaurante principal con su luminoso restaurante de popa con maravillosas vistas al mar. 



El Costa Voyager llegó en el 2011 después de pertenecer a varias compañías. Se trataba de un barco joven construido en Hamburgo en el año 2000 para Royal Olympic Cruises, y por ello bautizado como Olympic Voyager.
Con 180 metros de eslora, podía dar servicio a 836 pasajeros y realizar escalas en lugares poco habituales, debido precisamente a su pequeño tamaño y gran velocidad.
En el 2004 fue traspasado a la compañía española Iberojet/Iberocruceros como Grand Voyager. y en ella navegó hasta 2011. En su penúltimo capítulo formó parte de Costa como Costa Voyager, dedicado casi exclusivamente al mercado francés.
Finalmente, pasó a la Bohai Ferry Company por casi 44 millones de dólares adquiriendo el definitivo nombre de Chinese Taishan.
Con sus 28 nudos sigue siendo uno de los barcos de crucero más rápidos del mundo, lo que permitía a los cruceristas mayor tiempo para disfrutar en las escalas y de las excursiones, y su menor tamaño el acceso a puertos no accesibles a naves de mayor calado.