martes, 3 de septiembre de 2013

París mon amour (III)

 Y al día siguiente, que amaneció muuuuy lluvioso fuimos al Pantheon.
Es uno de los primeros monumentos neoclásicos de Francia. Inicialmente estaba previsto que fuera una iglesia dedicada a la patrona de la ciudad, Santa Genoveva (Sainte Geneviève), como ex-voto del rey Luis XV. Obra del arquitecto Soufflot, su construcción empezó en 1764. Sin embargo las dificultades financieras de la monarquía y la muerte prematura de Soufflot retrasaron las obras de edificación que duraron 26 años.

El edificio fue terminado durante la Revolución francesa en 1790, por los socios de Soufflot, Jean-Baptiste Rondelet y Maximilien Brébion. En 1791, la Asamblea Nacional Francesa votó que el edificio, que aún no había sido consagrado como iglesia, sirviera de templo para albergar los cuerpos de los hombres ilustres de la patria. En el frontispicio se graba la inscripción «Aux grands hommes la patrie reconnaissante» («A los grandes hombres, la patria agradecida»).

En 1851 Léon Foucault instaló su famoso péndulo conocido como Péndulo de Foucault; lo hizo aquí debido a que la gran altura del edificio facilitaba el experimento. Mediante este experimento se consigue demostrar la rotación de la Tierra y la existencia de la fuerza de Coriolis. Desde 1995 este péndulo ha regresado al Panteón.

Bajo el Primer Imperio francés, el Panteón mantuvo su función de mausoleo pero fue también lugar de culto a partir de 1806. Cuando tras la caída de Napoleón I se restaura el Antiguo Régimen, se restringe su uso al de iglesia consagrada a Santa Genoveva y se borra la inscripción del frontón.

En 1830, la Monarquía de Julio retira el culto católico de la iglesia que se convierte de nuevo en panteón con el nombre de "Templo de la gloria". Tumba de Voltaire.

Bajo la Segunda República, de 1848 a 1851, se le llamará "Templo de la humanidad". Tumba de Rousseau.

El Segundo Imperio le devuelve su uso exclusivamente religioso y desaparece la inscripción del frontón por segunda vez. Tumbas del matrimonio Pierre y Marie Curie.

Con el advenimiento de la Tercera República francesa se le devuelve definitivamente su uso laico con motivo del funeral de Victor Hugo en 1885. Sirve desde entonces de lugar de descanso a los grandes hombres honrados por la República francesa. Tumbas de Victor Hugo, Alejandro Dumas y Emile Zola.

El pórtico de columnas sobre el que descansa un frontón clásico está inspirado en el Panteón de Agripa, en Roma, mientras que la cúpula se inspira en la de la catedral de San Pablo en Londres, siendo ambas herencia del Tempietto de San Pedro in Montorio de Bramante en Roma.
Maqueta que se encuentra en el interior.

Los muros del Panteón llevan también inscritos más de mil nombres de personajes importantes de la historia de la República. En la cripta, dos placas llevan los nombres de las víctimas de la revolución de 1830 (la placa fue colocada por el rey Luis Felipe I), y de las víctimas de la revolución de 1848.

El 30 de noviembre de 2002 se alojó en el Panteón el féretro de Alejandro Dumas, el autor de Los Tres Mosqueteros. El mismo se encontraba cubierto por un manto de terciopelo azul con el lema de los mosqueteros: «Un pour tous, tous pour un» («Uno para todos, todos para uno»). Los restos de Dumas habían descansado hasta ese momento en el cementerio de Villers-Cotterêts, en Aisne, Francia. En su discurso, el ex Presidente de la República Francesa Jacques Chirac dijo que con esta acción quedaba corregida la injusticia cometida con el honor de uno de los grandes escritores franceses.


Boca de Metro de Abbesses, Montmartre.
Las primeras y más características bocas de metro, en hierro forjado y de gran impacto estético, son de estilo Art Nouveau y fueron diseñadas por Hector Guimard. Con el tiempo se han convertido en un emblema de la ciudad, y en la actualidad permanecen 86 de ellas; una fue donada al Metro de Lisboa a mediados de los 80, y otra más al Metro de la Ciudad de México (entrada de la Estación Bellas Artes).

El primer funicular de Montmartre entró en servicio al principio del siglo XX. En 1935 el sistema hidráulico fue reemplazado por cabinas de tracción eléctrica. En 1993 renovaron la instalación y ahora podemos admirar, en cada extremo del recorrido, marquesinas transparentes diseñadas por François Deslaugiers. Las cabinas, diseñadas por Roger Tallon, te llevan sobre una rampa de 108 metros de longitud y 37 metros de desnivel.

Sacre Coeur.
Se trata de una basílica dedicada al Sagrado Corazón de Jesús. Su construcción fue decidida por la Asamblea Nacional en 1873, como un edificio religioso a perpetuidad en homenaje a la memoria de los numerosos ciudadanos franceses que habían perdido la vida durante la Guerra franco-prusiana y para expiar los pecados cometidos por la Comuna de París. Fue el arquitecto Paul Abadie quien ganó el concurso para su construcción.

La arquitectura de la basílica se inspira en la arquitectura romana y bizantina e influyó en otros edificios religiosos del siglo XX, como por ejemplo la basílica de Sainte-Thérèse de Lisieux.
Aunque muy controvertido, es uno de los monumentos más visitados de París. La basílica tiene forma de cruz griega, adornada con cuatro cúpulas: el domo central, de 80 m de altura, está tocado por una linterna, formada por una columnata. En el ábside, una inmensa torre cuadrada hace las veces de campanario que guarda, entre otras, la Savoyarde, una campana de 3 m de diámetro y más de 26 t de peso, ofrecida por la diócesis de Chambéry. La cripta posee la misma disposición que la iglesia, y es una de las curiosidades de la basílica.

Y por finnnnnn. La visita a la Señora Eiffel, después de dos días de aplazamientos por mal tiempo o mucha cola. Así que fuimos seguidito, compramos las entradas y subimos.
La Torre Eiffel es sin duda una de las maravillas del mundo moderno, y el símbolo más representativo de Paris, la ciudad más visitada del mundo y una de las más bellas del planeta. En efecto, resulta muy difícil, si no imposible, imaginarse Paris sin la Torre Eiffel, o la Torre Eiffel sin Paris para ser contemplado desde lo alto de la misma.
Jardines del Campo de Marte.

Pese a todo la relación Paris-Torre Eiffel ha sido todo un culebrón, ya que para su construcción se hubo de salvar un importante desacuerdo popular, el de un pueblo, el parisino, y de una ciudad, que acabaría por quedar enamorado al igual que todo el mundo por la grandeza y belleza de la torre diseñada por Gustav Eiffel.
Vista con el Hotel des Invalides.

En 1889 la Torre Eiffel contaba con una altura de 312 metros, si bien con las posteriores instalaciones de antenas de radio la altura de la Torre Eiffel se sitúa hoy en día en 324 metros, siendo este el punto más alto de cualquier construcción presente en París.
Visita con el Arco de Triunfo.

Todo comenzó con la organización de la conmemoración del centenario de la Revolución Francesa. Entre los muchos proyectos presentados, figuraba uno cuyos primeros estudios databan de 1884 y estaban avalados por el célebre ingeniero Gustav Eiffel, y el proyecto consistía en la construcción de una inmensa estructura metálica en forma de torre que sería vista desde una enorme distancia. El proyecto, lejos de enamorar a los parisinos, tuvo un enorme rechazo social, pese al cual finalmente la Torre de Eiffel sería levantada e inaugurada el 31 de agosto de 1889, tras tres años de obras y polémicas.

Pese a lo impresionante de la obra, lo cierto es que la Torre Eiffel no acababa de gustar, y los parisinos la veían como un inmenso armatoste de hierros, así que se fijó la fecha de 1900 como tope para ser desarmada, tras la conclusión de la Exposición Universal que debía albergar Paris en ese año.
Aquí dos de sus "patitas".


Llegó el año 1900 y todo parecía indicar que la Torre Eiffel sería demolida pese a los intentos infructuosos de los que la admiraban por encontrarle un uso práctico para justificar su conservación frente a sus detractores, y finalmente, sería la armada francesa quien acabaría por salvar la vida de la Torre Eiffel, ya que tras unas pruebas del ejército con equipos de transmisiones se llegó a la conclusión de que la Torre Eiffel era un lugar privilegiado para la instalación de antenas y equipos de radio, con lo cual la Torre Eiffel ya tenía un uso práctico que provocaría su amnistía y pararía los proyectos de "ejecución".
Si algo "hay que hacer" cuando se va a visitar Paris es sin duda subir a la Torre Eiffel, si bien existen diferentes modalidades de ascenso ya que hay tres plantas distintas a las que podemos acceder, en ascensor, la más cómoda, o bien subir andando, sin duda la forma más deportiva y sana (también la más económica) de subir a la Torre.

Si subimos en ascensor podemos ir desde la base de la Torre Eiffel hasta su segunda planta, situada a "solo" 115 metros de altura, y si somos lo suficientemente valientes podemos coger allí otro ascensor que nos llevará a la cima, a 276 metros de altura ni mas ni menos (existen instalaciones un poco más arriba de donde puede subir el público, pero lógicamente el acceso está cerrado a los visitantes).

Si subimos a pie tan solo podremos subir hasta la segunda planta, aunque lo más probable es que, a menos que tengamos una forma física excelente, nos quedemos en el primer piso, donde la vista de Paris es ya impresionante.
Por supuesto que nosotros subimos hasta arriba.

Si Paris está considerada una de las ciudades más románticas del mundo, cenar en la Torre Eiffel con ese alguien especial es el sumum del romanticismo. Ello es posible en cualquiera de los dos restaurantes de la Torre Eiffel, el Altitude 95, y el solo apto para los bolsillos más pudientes Jules Verne, poseedor de una estrella en la Guía Michelín.

Aquí una imagen de la Estatua de la LIbertad.
La estatua que se halla en la Isla de los Cisnes fue regalada a Francia por la Comunidad Americana para celebrar el centenario de la Revolución Francesa. Es una estatua de bronce que mide el cuarto de su hermana de Nueva York. Inaugurada en 1889, contemplaba inicialmente el centro de París. Pero luego respetaron el deseo de Bartholdi y la Libertad Francesa saluda ahora a su hermana americana.

El Altitude 95, situado en la primera planta de la Torre Eiffel, debe su nombre a que 95 metros es precisamente la altitud de la Torre Eiffel en su primera planta con respecto al nivel del mar. El restaurante tiene capacidad para doscientas personas, y por un lado tiene fantásticas vistas al Sena y Trocadero, y por el otro da al interior de la Torre Eiffel. El restaurante dispone también de bar.

El Jules Verne es uno de los mejores restaurantes no solo de Paris, sino también si hablamos de la totalidad de Francia. Se trata de un restaurante poseedor de una estrella de la Guía Michelín (16/20), y que está situado en la segunda planta de la Torre Eiffel, y cuyos clientes podrán acceder al restaurante por medio de un ascensor privado que evitará tener que hacer cola con los demás visitantes. Se trata sin duda de un restaurante ideal para ocasiones muy especiales y románticas, pero conviene informarse antes de los precios (se puede consultar la carta en la base de la Torre Eiffel, junto al acceso al ascensor privado del restaurante, en el Pilar Sur de la Torre Eiffel) para evitar disgustos y malas sorpresas.

Además de la iluminación de la Torre Eiffel normal, y de los potentísimos focos que "pululan" por el cielo parisino durante todas las noches y que, si el cielo está claro, son visibles a 80 kilómetros de distancia, la Torre Eiffel exhibe una iluminación especialmente llamativa y brillante cuando, tras caer la noche, durante los 10 primeros minutos de cada hora (hasta las 2 AM normalmente, y hasta la 1 AM en invierno) se iluminan miles de bombillas centelleantes que le dan a la Torre Eiffel un aspecto más mágico aún si cabe del que tiene de por sí.

Pese a los millones de turistas que la visitan cada año, la Torre Eiffel tiene secretos que han permanecido celosamente guardados durante años, si bien ahora todos estos secretos salen a la luz y es posible visitar salas hasta ahora reservadas para el personal de la Torre Eiffel, como son la impresionante sala de máquinas (desde donde hoy en día se siguen controlando los ascensores), el bunker construido durante la Segunda Guerra Mundial bajo los Campos de Marte o la "galería técnica" situada en el primer piso.

Esta foto me encanta. Me da un vértigo.....

La plaza y el edificio del Ayuntamiento están estrechamente ligados a la historia de Paris desde épocas medievales. La plaza no era más que una zona pedregosa hasta que en 1141 los mercaderes que transportaban mercancías por el Sena establecieron allí un puerto, con el objeto de aliviar al de la Cité. Así, en el puerto de Greve anclaban los barcos con provisiones de trigo, madera, carbón, vino...
La pequeña plaza de Greve fue escenario de festejos, de revueltas y también de ejecuciones y suplicios que incluían apaleamientos, descuartizamientos, muerte en la hoguera, entre otros, desde la Edad Media. Ya en tiempos de la Revolución, fue en la Place de Greve donde se utilizó la guillotina por primera vez, espectáculo algo decepcionante para los parisinos, acostumbrados a ejecuciones más lentas y penosas...
En el siglo XVI, bajo el gobierno de Francisco I, la "casa de los pilares" fue reemplazada por un verdadero palacio renacentista. Según el diseño del arquitecto italiano Boccador, la construcción se desarrolló entre 1533 y 1628. En 1836 y 1850, bajo el gobierno de Luis Felipe, el palacio fue ampliamente refaccionado, agrandado y decorado, conservando siempre la fachada renacentista.
Posteriormente fue reducido a cenizas y reconstruido de nuevo.

Como no era tarde decidimos hacer una visita al Arco del Triunfo.
Dentro hay un museo sobre las victorias francesas y la construcción del Arco.

 Pero lo mejor de todo son las vistas, verdad???

Una panorámica.

Pasamos un buen rato admirando el paisaje y realmente vale la pena subir al Arco.

Place de la Concorde con la Torre.

Durante la Revolución francesa, la plaza es el lugar de paso obligado por los cortejos, improvisados o preparados por el protocolo de las fiestas. Será uno de los grandes lugares de alianza del período revolucionario, sobre todo cuando la guillotina estuvo allí instalada. Es donde Luis XVI y María Antonieta fueron ejecutados.

Fuente de Jacques Hittorff.
Las fuentes, añadidas por Hittorff, están inspiradas en las de la basílica de San Pedro de Roma. La principal particularidad de la Plaza de la Concordia es que está limitada por el “vacío” en tres lados (contrariamente a la mayoría de las plazas que están rodeadas por edificios): los Campos Elíseos, el jardín de las Tullerías, y el Sena

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