martes, 6 de noviembre de 2018

El maravilloso mundo de los cruceros (XIII). Norwegian Epic

En 2010, el Norwegian Epic se convirtió en el barco más grande de NCL, con sus más de 155.000 toneladas y una capacidad de hasta 4.100 pasajeros. Las posibilidades que se abrían ante los ojos de los futuros cruceristas eran casi infinitas, sobre todo en cuanto a nuevas opciones de entretenimiento, innovadoras y originales áreas de descanso y más de 20 opciones gastronómicas. Todo esto sin olvidar el concepto Freestyle Cruising, característico de la compañía.

Lo que más llama la atención del exterior es sin duda la proa, enorme y cuadrada que hizo que desde el momento que vi sus primeras imágenes yo lo bautizara cariñosamente como Frankenstein.

Este aspecto puede hacerlo parecer pesado y contrasta con el resto del diseño del barco, pero su razón de ser es que en ese espacio tienen cabida las lujosas villas que ofrecen las mejores vistas desde el barco del océano.
Según embarcamos nos dirigimos a los camarotes, en nuestro caso un exterior con balcón. Siguiendo el nuevo concepto del barco, esta cabina de unos 19 metros cuadrados sigue el diseño New Wave, basada en líneas curvas suaves que incluyen hasta la forma de la cama.



Empecemos a conocer el barco por las cubiertas superiores, donde tienen lugar múltiples actividades que llenarán nuestro tiempo de navegación, como el parque acuático con varias piscinas, tres toboganes de agua, un muro de escalada de 10 metros de altura, un trampolín desde donde podremos saltar sujetos a una cuerda elástica, una pista de patinaje sobre hielo, canchas deportivas y varios bares y restaurantes.















Nos dirigimos a popa para visitar el Spice H2O Bar & Grill centro neurálgico de la diversión nocturna donde tienen lugar varios espectáculos cuando se pone el sol y sirve también de discoteca al aire libre.


Si tenemos la suficiente voluntad como para no dejar de lado la actividad física y deportiva que normalmente ocupa parte de nuestra vida, aún estando de vacaciones, siempre podemos visitar la enorme zona de fitness abierta las 24 horas del día. Entre las opciones, una pista para correr, una cancha de baloncesto, un completo gimnasio y clases dirigidas de aerobic o pilates.



Si lo que queremos es relajarnos o mimar nuestro cuerpo, el Mandara Spa nos ofrece varios tratamientos de lujo que incluyen masajes, acupuntura, peluquería y sauna.

La gran estrella del barco es el entretenimiento y las infinitas posibilidades de socialización que ofrecen sus bares y zonas comunes. En todo momento hay actuaciones en vivo en muchos salones y rincones del buque.

El gran teatro ofrece musicales de Broadway como "Priscilla, reina del desierto" o The Blue Man Group. Otros espacios, más íntimos como el Cavern Club se especializa en música de los Beatles y el Fat Cats en delicioso Jazz.






El número de bares y salones donde sentarnos a tomar una copa o un café es casi infinito, e incluye el pub irlandés O' Sheehan's o el espectacular Ice Bar.



A lo largo del barco salen a nuestro paso el Shaker's, especializado en martinis, el Maltings que lo es de whisky o el Cascades, y muchos más.



La oferta lúdica la complementan los salones de billar y bolera o la biblioteca, la sala de internet o el casino.













Si tenemos la oportunidad, no la desperdiciemos y vayamos a visitar el puente de mando. Es realmente impresionante.




Hablando de restaurantes, el Epic dispone de dos restaurantes principales incluidos en el precio del crucero, el Taste y el Manhattan. En ambos los menús son idénticos, pero cambia el tipo de decoración, es decir, el primero es por así decirlo, más tradicional, mientras que el segundo es más elegante.




















Un espectáculo gastronómico aparte lo constituye el Teppanyaki, donde aparte de disfrutar de la deliciosa comida oriental, podemos asistir a una auténtica demostración de la pericia y simpatía de los cocineros.



Otro aliciente es la Churrascaria Moderno, donde disfrutar de la carne al estilo brasileño y unas fantásticas ensaladas con más de 43 ingredientes.


Podemos disfrutar de las mejores especiales de la cocina asiática en el Shanghai...
o cenar mientras disfrutamos de un espectáculo circense, en el Cirque Drams and Dinner.
Y para cerrar nuestro crucero no debemos olvidarnos de dar un paseo por la galería de compras y comprar algunos regalos para nosotros mismos o nuestros familiares.




El Norwegian Epic tiene tanta oferta de diversión, gastronomía y relax que a veces nos da la impresión de que podríamos pasarnos una semana entera para probarlo todo y ni siquiera nos apetecería bajar a tierra en ninguna de las escalas. Es en sí mismo un destino de vacaciones, una maravillosa ciudad flotante que parece viva y que se desliza suavemente por los océanos.