lunes, 25 de diciembre de 2023

Sri Lanka, la maravilla de Asia. (VIII) Polonnaruwa

 Entramos ahora en Polonnaruwa, la que fue capital desde el siglo XI al XIII. Fundada por los Cholas tras conquistar Anuradhapura.

Uno de los reyes fundamentales para la ciudad fue Parakramabahu I, gran constructor y guerrero. Y precisamente a ver una estatua que lo conmemora nos dirigimos.
La escultura parece emerger de la roca de manera majestuosa y regia, mientras sostiene un libro o un yugo en las manos. Datada en el siglo XII, mide más de 3 metros de altura y tanto el tamaño como el gesto de su cara y posición del cuerpo, fueron minuciosamente estudiadas por el artista, para conseguir impresionar al visitante.

Dejamos atrás al rey para retomar el camino, donde encontramos este gigantesco termitero que suele ser hogar de cobras y otras serpientes.

Ante nosotros aparece el Potgul Vehera, formado por un edificio central de forma circular (que en su momento contaba con una bóveda), con cuatro pequeñas dagobas que lo rodean.


En el exterior quedan los restos de una decoración exterior en color y puede que el edificio fuera una biblioteca, de ahí su nombre (potgul).

Un poco más al norte se halla el Palacio del rey Parakramabahu, dentro de la ciudadela o antigua fortaleza interior. Es el mayor de los edificios que quedan aún en pie. Su nombre oficial es Vejayanta Pasada, en honor al palacio del dios Indra.

Son tres los pisos que quedan de los siete que tenía el palacio, lo que puede verse en los grande agujeros en las paredes donde se apoyaban las vigas que sostenían los pisos superiores.

Entramos a un vestíbulo que mide unos 30 por 13 metros que servía de sala de audiencias.


Alrededor encontramos otras cámaras y habitaciones con diversos usos, como dormitorios, baños o cocinas.

Cerca está la Cámara del Consejo, un recinto construido sobre una plataforma a tres niveles.

Llama nuestra atención el friso del primer nivel, con representaciones de elefantes en todo el contorno, en el que no se repite la postura de ninguno de ellos.

El recinto también incluye el palacio de otro rey, Vijayabahu

Un lugar especialmente atractivo es el Kumara Pokuna, o baño real, con un intrincado diseño geométrico.

Unos conductos de piedra subterráneos conducían el agua desde el Parakama Samudra, el lago artificial construido por Parakramabahu I.


En el siglo XII todo el lugar estaba rodeado de frondosos jardines con árboles frutales y aromáticas flores.

Nos dirigimos ahora al Cuadrilátero, donde se levantan 12 magníficos edificios  que conforman el corazón espiritual de la ciudad antigua.
Nos recibe el Gal Pota o Libro de Piedra, una grandiosa inscripción de 8 metros de largo que fue arrastrada aquí desde Mihintale y que expone la invasión de la India que llevó a cabo Nissanka Malla.

El primer edificio que encontramos dentro de este recinto es la Sat Mahal Prasada o Torre de los Siete Pisos, que es una estupa con una estructura muy poco común.
Construida en ladrillo, con una capa de enlucido, consta de siete pisos con una escalera lateral, ya que la entrada que vemos al frente es falsa.

A su lado aparece el Hatadage, un Templo del Diente de Buda construido en el siglo XII. Las paredes del edificio están cubiertas de elogios a las hazañas militares del rey Nissanka Malla.



La Casa de las Imágenes de Buda, impresionaba a los visitantes porque poseía una enorme colección de imágenes de Buda Bhodhisattva, en una única sala central, donde eran veneradas como seres iluminados

Otra estructura de interés es el Nissankalata Mandapa, una plataforma que se usaba para recitar durante las ceremonias de recuerdo de los fallecidos. Está abierta por todos sus lados pero cubierta por arriba para proteger del sol a los fieles.

El edificio tiene sobre la plataforma unas columnas de piedra talladas de una manera muy peculiar. Son ocho pilares de granito en dos filas de unos 2,5 metros. La parte superior está tallada en forma de flor de loto y el resto imita al tallo, por lo que no son rectos, sino que siguen una ligera curva. En el centro hay una pequeña estupa y el contorno de la plataforma está rodeado por una barandilla que también es de piedra y no lleva ningún tipo de decoración.

El Atadage es otro edificio edificado en su momento para guardar el Diente. Mientras que el segundo piso construido en madera para albergar la reliquia ha desaparecido, el primero permanece con un bosque de columnas que lucen inscripciones de gran valor que aluden a las imágenes que se mostraban en él.

Pero el edificio más importante del Cuadrilátero es el Vatadage una gran estructura circular que envolvía una dagoba interior donde se guardaba el Diente y el Cuenco de Mendicidad de Buda.

Es también el más antiguo de los elementos del conjunto, anterior al siglo VII, y la dagoba de las reliquias pertenece a un monasterio que ya se encontraba aquí antes de levantar los muros circulares.

En el interior hay 4 budas orientados a los 4 puntos cardinales, de espaldas al sagrado túmulo de ladrillos que se protegía, en su tiempo con un tejado cónico de madera.

El último edificio del conjunto es la Thuparamaya, una casa de imágenes cuya importancia radica en que es uno de los pocos edificios donde puede verse un techo en forma cilíndrica completamente hecho de ladrillos, con una antigüedad de casi mil años.


La última visita es para Gal Vihara o Uttarama "El Relicario del Norte".Las cuatro estatuas que lo componen se remontan al siglo XII, y están talladas en una pared de granito. Se consideran grandes obras maestras dentro del arte de Sri Lanka.

La primera de las figuras muestra a Buda sedente sumergido en una profunda meditación, sobre un trono decorado con leones y rayos, con una aureola tras su cabeza

La segunda está guardada en una cueva tallada artificialmente en la roca, rodeado de otros dioses como Brahma y Visnu.


La tercera imagen es un buda con los brazos cruzados de 7 metros de altura, de rostro sereno y cuerpo relajado.

La última de las figuras representa a Buda reclinado mientras entra en el parinibbana (el estado final tras la muerte del cuerpo físico) y mide 14 metros de largo.

La afluencia de visitantes y peregrinos es constante, aunque no demasiado abundante...

Autobuses profusamente decorados, que vemos durante todo nuestro recorrido por la isla.

Dejamos atrás Polonnaruwa, y al pasar junto al lago Giritale paramos para admirar esta enorme imagen de Buda.
Terminada en 2017 es una réplica del Aukana Buda de Kekirawa, que se remonta al siglo V.

Y para acabar el día una maravillosa comida que fue un riquísimo catálogo de los mejores platos de la región, con currys de todo tipo, y un muestrario casi infinito de sabores. Aquí era preceptivo comer con las manos, a la manera de Sri Lanka.


martes, 19 de diciembre de 2023

Sri Lanka, la maravilla de Asia. (VII)Miintale y Sigiriya

 Mihintale, a las afueras de Anuradhapura, fue el primer lugar donde la religión budista impactó de manera más significativa en el corazón de los habitantes de la antigua Ceylán. 


1840 escalones debimos subir para alcanzar la cima de esta sagrada montaña, donde el rey Devanampiyatissa se convirtió a la religión budista.

 Al final de los escalones, en un espacioso claro, nos espera la Dagoba Ambasthala, que marca el lugar donde Mahinda se apareció al rey, suplantando al ciervo que el rey perseguía en una de sus cacerías.

Cerca se halla Aradhana Gala, la roca de las invocaciones, donde Mahinda rezó por primera vez. La Maha Seya, por su parte alberga el único pelo de Buda que se conservó. Desde ella se tiene una vista fantástica de las grandes dagobas de Anuradhapura.


Los impresionantes paisajes de Sigiriya han fascinado a reyes y campesinos desde tiempo inmemorial. Su particular morfología ha hecho que fuera lugar de oración y recogimiento para los primeros monjes budistas, tal y como demuestran las inscripciones en piedra.


Fue, por también sede de la realeza durante un breve espacio de tiempo, el último cuarto del siglo V, cuando un furor constructivo se apoderó del entonces príncipe Kasyapa. Tal y como ocurre en todas las familias reales, la sucesión al trono fue toda una novela que incluyó un golpe de estado, el encarcelamiento del rey y la huida del legítimo heredero.


Tras un rápido y falso juicio, Kasyapa mandó a enterrar vivo a su padre y en su paranoia, al creerse amenazado constantemente se dirigió a Sigiriya, donde ordenó la construcción inmediata de su palacio en lo alto de la roca.


Siete años después de haber ascendido al trono, el rey ( que se consideraba a sí mismo un dios en la tierra) se trasladó al nuevo palacio. Allí vivió en relativa paz hasta siete años después, cuando su hermano, el legítimo heredero volvió del exilio para reclamar el trono. 
En plena batalla, el elefante de Kasyapa, se asustó, y las tropas pensando que el rey se rendía se retiraron. El rey dios se vio sólo y prefirió clavarse una daga en el cuello y morir que caer prisionero de su hermanastro.

La roca de Sigiriya es el resto de un magma endurecido de un volcán extinguido y muy erosionado.


Entramos al parque arqueológico por una cuidadísima avenida, que es el marco perfecto para la Roca del León. Nos reciben dos varanos mientras toman el sol.


Antes de empezar la subida, atrae nuestra mirada el llamado Jardín del Agua, varios estanques dispuestos de manera simétrica para proporcionar aún más belleza al conjunto. Destaca especialmente el que encontramos a nuestra izquierda con los restos de una enorme piscina.



Enfilamos el camino de subida a la roca pasando por varios dinteles de roca que en su momento sirvieron de lugar de retiro y meditación de los monjes que vivían en la roca antes de la edificación del palacio y una vez que éste fue abandonado.



La última parada antes de la cima será la Terraza del León. 
Antiguamente, el que quisiera entrar al palacio debía pasar por las fauces abiertas (giriya) de un león (sinha), esculpido en la gran roca.
Hoy solo quedan las enormes zarpas, que siguen imponiendo al visitante como lo hicieron en el pasado,



Tras la ardua y empinada subida llegamos a la cima, cubierta en su momento de edificios que constituían el gigantesco Palacio Real.

Las vistas desde aquí son espectaculares y abarcan el gran Estanque de Sigiriya, la antigua Ciudad del Este, Petangala y sobre todo Prison Rock, desde donde se tiene una imagen de Sigiriya impresionante.




La ciudad contaba incluso con unos canales subterráneos para la Casa Real de Verano, rodeada de fosos y columnas, con piscinas para el baño.





Sigiriya era una fortaleza diferente a las demás, edificada para dar paz y una vida feliz al rey, por lo que contaba con muchos espacios al aire libre, llenos de fuentes y albercas, en lugar de los palacios oscuro y lúgubres al uso.



Recorriendo el palacio podemos encontrar lugares como este trono excavado en la piedra.

Como he comentado, tras el suicidio del rey Kasyapa, el legítimo heredero Mogallan trasladó de nuevo la capital del reino a Anuradhapura, pero la gente seguía acudiendo a Sigiriya a disfrutar del paisaje desde lo alto y sobre todo a admirar las pinturas de las Doncellas. Para poder admirarlas es necesario subir por una escalera de caracol hasta la cavidad onde se encuentran los frescos.

Al parecer la totalidad de la pared del oeste, la que da acceso a la Roca del León, estuvo en su momento revocada y adornada con todo tipo de delicadas pinturas.
De lo que fue esa maravillosa galería de arte del siglo V apenas quedan 19 figuras femeninas de las 500 que una vez embellecieron el camino a la cima.
Para algunos estudiosos las pinturas representan a las mujeres del harén de Kasyapa, para otros son deidades femeninas o apsaras.


Pintadas sobre una base de plátano, leche y dahaiva, los colores se conseguía mezclando tintes vegetales, minerales y animales.
La maestría de los pintores le dan un efecto tridimensional e incluso de movimiento realmente increíble. Desnudas de cintura para arriba, parecen emerger de un mar de nubes, reforzando su carácter erótico o divino.
A punto estuvieron de perderse para siempre, ya que en 1967 un demente destruyó varias de estas pinturas de incalculable valor, que pudieron ser restauradas por el doctor Marenzi.


Ya de nuevo a nivel de tierra firme, pasamos por esta roca donde se puede haber celebrado consejos...



Una de las formaciones más famosa es la conocida como Cobra Hood, ya que su aspecto es el de una amenazante cobra.

 
Con esta imagen nos despedimos de la fascinante Sigiriya, la Roca del León.