domingo, 4 de febrero de 2024

Sri Lanka, la maravilla de Asia. ( y XIII) Galle.

 Ya estamos en la última etapa del viaje. Vamos a despedirnos de Sri Lanka en un hermoso lugar, Galle, principal ciudad del sur de la isla.

La entrada a la ciudad muestra el escudo holandés que reza "Vereenigde Oost Indische Compagnie".Por aquí entraba las mercancías que llegaban en barco desde la India y que incluían animales, especias y seda de gran calidad.


El puerto de Galle era el más importante del país, y también el más antiguo, ya que funcionaba antes de la época precristiana. 
Su momento más álgido fue entre el siglo XII y XIV, y se mantuvo hasta 1873, cuando se construyó el gigantesco puerto de Colombo.
Los barcos cargados de especias, sedas y metales y piedras preciosas circulaban sin cesar entre Asia y Europa, y Galle era el puerto perfecto en medio del Índico.

La ciudad, se convirtió en un imperio de comercio de enorme importancia con una población procedente de numerosos países que se enriqueció rápidamente. 
Los primeros en llegar, como hemos visto fueron los portugueses que en 1505 recalaron en las costas de la isla de manera accidental, ya que perseguían a la flota árabe que comerciaba con las especias de la zona.



En 1589 establecieron aquí el primer fortín, después de ser atacados por los kandyanos en Colombo. Los holandeses, uno de sus eternos rivales, atacaron la cada vez mayor fortaleza en 1640 con una flota de 12 barcos y 2.000 hombres, consiguiendo su captura tras cuatro días de duro asedio.



Con la toma de la fortaleza el cambio fue radical, ya que hoy en día no quedan huellas de la ocupación portuguesa.
Mejoraron, eso sí la estructura, agregando un sistema de alcantarillado subterráneo de ladrillo, que las mareas se encargaban de lavar dos veces al día.



Ya los británicos, a principios del siglo XIX, reconocieron el valor histórico y arquitectónico del fuerte, mejorándolo y añadiéndole edificios administrativos  y gubernamentales. De esta época data el espectacular faro de Galle.



La situación estratégica frente al Índico, con un espectacular puerto natural, lo convirtió en un bastión defensivo de vital importancia durante la época colonial, ya que protegía la ciudad de las invasiones y los numerosos ataques piratas.




Los enormes muros de piedra, con sus bastiones y murallas rodean el fuerte, con una longitud de 3 kilómetros, y fueron tan bien construidas que han resistido no sólo los ataques sino también las inclemencias del tiempo y del mar.
Pero echemos un vistazo a alguna de las construcciones que guarda el recinto.
El hospital holandés fue construido en el siglo XVIII para atender a los oficiales de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, luego fue cuartel británico y finalmente, tras la Independencia, se convirtió en el Ayuntamiento de la ciudad de Galle.
Actualmente alberga tiendas y restaurantes de gran calidad.


Otra de las estructuras conservadas es los Barracones de la Policía. La arquitectura del fuerte muestra la mezcla de estilos europeos que llevaron holandeses, portugueses y británicos.


Pero si tuviera que quedarme con uno solo de estos edificios, evidentemente mi elegido sería el faro de Galle.
Este edificio de 26 metros de altura disfruta de un estado de salud casi perfecto. Este 2024 cumplirá 90 años y sustituye a uno anterior que fue destruido en 1848 por un terrible incendio. La imagen de la torre rodeada de verde palmeras es magnética.



La fortaleza de Galle, aparte de un referente arquitectónico, es también un punto cultural y patrimonial, lleno de tradiciones y costumbres diversas. Su herencia multicultural se refleja clarament en sus habitantes, descendientes de aquellos que vinieron de la lejana Europa.



La fusión de culturas es palpable en la cocina y la vida cotidiana, con aromas cingaleses, musulmanes y europeos..
Uno de los edificios más llamativos es la mezquita Meeran, de principios del siglo XX, que a simple vista podemos confundir con una blanca iglesia. 


Los atardeceres son mágicos en Galle si se disfrutan desde un punto concreto, Flag Rock. Utilizada como muro de defensa por los portugueses contra los invasores, hoy, jóvenes atrevidos se lanzan al agua desde el bastión a cambio de algunas monedas.

Un poco más adelante tenemos el Bastión del Tritón.


Seguimos nuestro paseo rodeando la fortaleza. A un lado el océano Índico y al otro las preciosas construcciones  que son patrimonio histórico.


Pasamos por el Waterhole Point.


The Ramparts es una zona donde el césped recibe a todo los que deseen acercarse con amigos o mascotas a disfrutar del aire fresco del océano.

El bastión de la Estrella, edificado por los portugueses, fue vital para los holandeses, que lo pertrecharon con cañones, aún así no es de los más importantes del fuerte.

Por su lado, el bastión de la Luna fue reforzado también por los portugueses con 16 cañones que apuntaban al norte, para evitar los ataques desde tierra.



Aunque lo llamativo aquí es la Torre del Reloj.

onstruida en piedra en 1883, tiene 4 pisos en sus casi 25 metros de altura, y fue levantada en honor a la labor realizada por el cirujano Doctor Anthonisz. Fue donado para la ocasión por el    Mudaliyar Samson Rajapakse, un adinerado político cingalés.





Casi completando el recorrido nos acercamos al bastión de Sol y el Fishmark.
Ambos están situados al noreste de la fortificación y tienen una buena panorámica de la bahía y la ciudad.
Se construyeron también para proteger de los ataques del norte y dar cobijo a los barcos de pesca.





La biblioteca pública de Galle presume de ser la más antigua de Sri Lanka, ya que su edificación data de 1832. En sus estanterías encontramos numerosos textos antiguos y de gran importancia. Sus fondos provienen, aparte de donaciones cingalesas, de su ciudad hermana, Velsen, en Holanda, que regularmente envía libros en inglés a la biblioteca.

Cerramos la visita a Galle en el Museo Marítimo Nacional, que se ubica dentro de un almacén holandés de 1671, integrado en el mismo edificio que la Puerta Vieja por donde entramos.
Afectado por el tsunami de 2004, reabrió sus puertas tres años después, para mostrar una amplia colección de embarcaciones tradicionales, artefactos de más de 800 años, y un recorrido por el arte de la pesca en el sur de la isla.

En uno de los laterales se encuentra un campanario que data de 1701, es decir del periodo holandés, y perteneció a una iglesia anterior a la Reformada. Se ha utilizado para dar la hora y para avisar a los habitantes en situaciones de emergencia.

Y hasta aquí este maravilloso y fascinante recorrido por la Maravilla de Asia. Una isla que lo tiene todo, que sigue siendo uno de los pocos paraísos que quedan en el mundo. Su encantadora y amable gente, sus paisajes, su naturaleza, ese espíritu de paz y buena convivencia que hacen que sea un destino seguro 100%, la convierten en un destino que debe ser visitado al menos una vez en la vida.
මගේ ආදරණීය ශ්‍රී ලංකාව ඉක්මනින්ම හමුවෙමු