El Dzong de Punakha o Palacio de la Gran Felicidad, esta situado, como preparado para una postal, en la confluencia de los río Phochhu y Mochhu. Antes del actual hubo un monasterio anterior fundado en 1637 por el unificador de Bután, Ngawang Namgyal. Los siglos y el prestigio lo fueron agrandando, no solo física sino políticamente, ya que sigue perdurando su importancia en la sociedad butanesa como centro político y religioso de primer orden.
Como he comentado, desde el siglo XIV, se tuvo en gran estima el punto estratégico del monasterio, por lo que su historia hunde sus raíces nada menos que en el año 1326, cuando se construyó un discreto dzong para guardar una pequeña estatua de Buda. Las fuertes crecidas de los ríos arrasaron y arrastraron esas construcciones primitivas y algunos restos fueron usados en la construcción de los edificios actuales. Éstos estaban rodeados de un sistema de murallas que les daba una superficie mucho más extensa que la que disfrutamos ahora, pero de igual manera fueron destruidas por riadas y crecidas del río e incluso por alguno de los terremotos que asolan esta zona próxima al Himalaya.
Las leyendas le atribuyen aún más antiguedad al sitio, ya que el Gurú Rinpoché profetizó que un hombre llamado Namgyel construiría una fortaleza al pie de una montaña con forma de elefante dormido.
Nuestro unificador de Bután, creyó que le gurú le había hablado en sueños sobre el monasterio y al visitar el valle descubrió el lugar del que hablaba la profecía, puesto que la lengua de tierra entre los dos ríos era exactamente igual a la trompa de un elefante.
Era la señal que necesitaba para empezar a construir el dzong.
Cruzamos el puente que nos separa del monasterio para empezar la visita.
Legamos a un amplio espacio que nos coloca frente a frente con la empinada escalera que nos sube hasta la entrada del edificio, que durante siglos cumplió funciones, también, de fortaleza para dominar el Valle de Punakha
Fue impresionante, al levantar nuestra vista hacia el alero de la entrada, ver los gigantescos nidos de las abejas de roca o abejas gigantes de la miel, un tipo de abeja propia de Asia que construye sus nido en lugares muy altos como árboles o edificios que puedan asegurarles vivir y trabajar tranquilas en la producción de miel.
Este Dzong es una obra maestra del diseño, inspirado casi directamente en las torres defensivas tibetanas. El enorme patio interior permitió incluir otras construcciones no ya defensivas, sino religiosas como una utse o torre donde albergar un templo y las viviendas para los monjes de más rango. Aparte, el entramado se completa con multitud de almacenes, establos, cocinas, letrinas y pozos, lo suficientemente amplios y capaces para permitir la supervivencia en caso de un ataque enemigo.
Por otro lado la impresionante mole del dzong transmite esa impresión de poder y autoridad no sólo del líder espiritual sino también de los administrativos. Así el mero hecho de ver el imponente edificio desde cualquier punto del valle, es un recordatorio constante de la presencia y poder de los gobernantes.
La Reina Madre de Bután, definió una vez ésta fortaleza-monasterio como "un gran barco anclado en el río". Nunca mejor dicho, ya que es el aspecto que tiene esta construcción de 180 por 72 metros, con su torre central de seis pisos desde donde los afortunados monjes disfrutan de un vista espectacular del valle. La imagen es aún más poderosa en época de crecidas, cuando el agua de los ríos acaricia sus muros.
Esas leyendas de las que tanto disfruto, cuentan que para la construcción del templo se contó con la poderosa ayuda de varias deidades locales, como Nobgand, de un pueblo del valle, y de Dorichum, conocida como la Dama de las Piedras. Ellos se encargaron de provocar el deslizamiento de piedras de una montaña cercana para poder obtener las rocas necesarias para la construcción de los muros. Con respecto a la madera, vino flotando por el río gracias a la deidad del pueblo de Tsachaphu.
El patio sur es probablemente la zona más sagrada del monasterio, donde encontramos la "Sala de los Cien Pilares", que guarda estatuas centenarias de Buda, Gurú Rinpoché y Zhabrung Rinpoché. También custodia los restos de eminentes monjes y dirigentes budistas, en una cámara tan sacra que sólo pueden acceder a ella el rey y los máximos representantes religiosos del país.
Vamos saliendo ya del monasterio, pasando de nuevo por el patio norte que alberga el templo principal y que en su centro tiene un gigantesco bhodi o árbol sagrado.
Nuestra última parada del día es el Dzong Tashichho, que vendría a significar "Fortaleza de la Gloriosa Religión" o de la "Doctrina Auspiciosa".
Esta impresionante estructura guarda la sala del trono, las oficinas, ministerios y secretarías más importantes del rey. El resto de sedes gubernamentales se encuentran en otros edificios cercanos al palacio.
Sede del Gobierno Real de Bután desde 1962, es decir, después de que la capital se trasladara desde Punakha a Thimphu, está rodeada de preciosos jardines e incluye hasta treinta templos, capillas y santuarios.
La fortaleza oroginal fue construida en 1216 en un terreno cercano, por Lama Gyalwa Lhanangpa, aunque de esa primera estructura apenas queda nada, ya que fue destruida por un incendio en 1771; de nuevo mandado a levantar por Sonam Lhurup, decimosexto desi, fue pasto de las llamas varias veces. El actual, que hoy visitamos fue edificado por el rey Jigme Dorji Wangchuck en 1962 y según la costumbre no se usó ni un solo clavo para ello.
De los dzong anteriores sólo se conservan la torre central, el templo nuevo y el goenkhang principal (el templo protector). A mediados del siglo XX la familia real fijó su residencia muy cerca, en el Palacio Dechencholing.
El amplio patio de la fortaleza es el lugar donde se celebra cada año, en septiembre, el festival Thimphu Tshechu que dura tres días
La estructura principal por la que accedemos al interior consta de 4 murallas con torres de 3 pisos en cada una de las esquinas, que se rematan con tejados dorados de tres niveles.
La parte norte está destinada a residencia del Je Khenpo y del Cuerpo Central de los monjes.
Una de las partes que ha sufrido más renovaciones y reconstrucciones es el Kunrey, el salón de reuniones de los monjes, sobre todo para darle más luz, ya que el original era muy oscuro.
Y al llegar la noche nos despedimos de este mágico y espectacular dzong.