martes, 2 de febrero de 2016

Fascinante India (II)

  Fuerte Dunlod. Entrada del fuerte. Construido en el año 1750 por Kesari Singh, posee maravillosas pinturas y muebles antiguos.



 Interior del fuerte, Sala del Trono. Aún sigue en posesión de la poderosa familia de Virreyes que lo edificó, pero ahora se ha convertido en un hotel y museo. 





Y visitamos un par de havelis más antes de seguir el recorrido, a cual mas hermosa y delicada.











 Preparado para masticar, a base de nuez de betel, esencia de rosas, madera de sándalo, pimienta de la India, cal y otros ingredientes. Se hace una bola y se mastica, tragándose sólo la saliva con los jugos resultantes. Produce una ligera sensación de euforia y perfuma la boca. Me comí uno de estos dos.

Cualquier oficio es bueno en India...y a cualquier edad.


Hotel Jai Mahal Palace de Jaipur. Antigua residencia real convertida en hotel de gran lujo. Maravilloso. 




  
Palacio Fortificado de Amber. 



 
Enjaezados elefantes, a ritmo lento, transportan a los visitantes hasta la cima de la colina; es una extraña sensación la de ir a lomos de elefante, ese lento balanceo lateral acompañado de un ligero avance; una hilera de elefantes asciende, otra desciende; su marcha lenta y ondulante está acompañada de una hermosa vista: hacia arriba las murallas de la fortaleza, cada vez mas cercanas; hacia abajo el lago y los hermosos jardines que parecen flotar en él; y en los árboles que flanquean el camino, multitud de monos en las mas diversas posturas y actitudes.


 
El palacio fortificado de Amber se fundó en 1592, sobre los restos de un viejo fuerte del XI. 





 
Aquí vemos la Ganesh Pol, la rutilante puerta de tres alturas de 1640. Se comunica con las estancias privadas a través de la galería de celosías superior, destinada a las damas recluidas. 


 
Al entrar en el fuerte hay un gran patio; los elefantes se aproximan a un muro para dejar a los viajeros; también allí hay muchos monos; unos juegan, otros están sentados en los muros, uno de ellos come un ramillete de flores, delicioso aperitivo. En el Rajasthan viven muchos monos en estado salvaje, pero los de Amber han sido llevados para disfrute de los turistas.









 
Uno de los patios dedicados a las dependencias de las mujeres, o zenana. 



 
Aram Bagh, el jardín de recreo, donde aún las mujeres acarrean agua. 



 El interior del palacio también es de gran belleza, con sus muros decorados con pequeños espejos incrustados, por lo que se ha denominado Sheesh Mahal, o Palacio de los Espejos.



 
Kesar Kyari Bagh, que debe su nombre a las raras flores de azafrán que antes llenaban los parterres. 

 
Jas Mandir. Este salón de audiencias privadas tiene ventanas con celosía, un elegante techo floral de alabastro e incrustaciones de cristal. La reja de mármol ofrece vistas al Lago Maota y permite la entrada de aire fresco. 








 Mujeres acarreando tierra en el patio del Diwan I Aam. 

 
El pintoresco Jal Mahal, que parece flotar sobre las aguas durante el monzón, en el lago Man Sagar. El jardín abancalado, rodeado de pórticos, cuenta en cada una de sus esquinas con una torre semioctogonal coronada por una elegante cúpula.

 
Jaipur.- Jantar Mantar. El observatorio de instrumentos astronómicos de Jai Singh II parece un museo de esculturas futuristas. Fue reparado en 1901 por Mahdo Singh II, que le añadió taracea de mármol. Alguno de los instrumentos se utilizan todavía para calcular las temperaturas que se alcanzan en verano, la fecha de llegada, la duración y la intensidad del monzón, y la posibilidad de inundaciones y hambrunas.




 
No se trata de un edificio sino de un gran patio lleno de extrañas construcciones, los diferentes instrumentos astronómicos o los soportes que servían para sostenerlos: enormes relojes de sol, gigantescos astrolabios de más de dos metros de diámetro suspendidos entre gruesas columnas, dos áreas semiesféricas de mármol blanco con la posición de las estrellas, de varios metros de diámetro y dispuestas sobre un gran hueco excavado en el suelo, otras dos áreas semiesféricas de menor tamaño, unas construcciones simétricas, una para cada signo del zodiaco, con un plano inclinado orientado para ver la constelación correspondiente en la época adecuada, columnas dispuestas formando círculos con una escalera para acceder a su parte superior, planos inclinados provistos de escaleras y varias construcciones más..


También hay una escalera estrecha, larga y empinada por la que se asciende a una elevada terraza, en otros tiempos utilizada para la observación de los astros, que actualmente ofrece una hermosa vista de la ciudad: abajo, en primer término, una visión de conjunto del observatorio; mas al fondo, hacia un lado (hacia el sur), primero unas edificaciones bajas alrededor de grandes patios que fueron en otros tiempos las cuadras reales, mas lejos la parte posterior del Palacio de los Vientos con sus caprichosas formas en la parte alta, mas lejos aún las colinas que flanquean Jaipur; hacia el otro lado (hacia el noroeste) el Palacio del Maharajá, dominando la ciudad y, aún mas lejos, una fortaleza situada sobre una rocosa colina cercana. 


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