lunes, 1 de julio de 2019

El maravilloso mundo de los cruceros (XVIII) La historia de Iberocruceros.

 

Fue la primera década del siglo XXI, la que vio nacer y desarrollarse tímida pero firmemente a la compañía española Iberocruceros. No era de extrañar que en un determinado momento, un país tan turístico y marinero como España, quisiera tener su propia línea de cruceros para navegar por el Mediterráneo. 

Por ello Iberostar, propietaria de numerosos hoteles alrededor del mundo, decidió embarcarse en una aventura que duraría poco más de una década, concretamente hasta 2014 en la que desaparecerá absorbida por Costa Cruceros.

Sus comienzos como Iberojet Cruceros la llevaron a adquirir el Bolero, barco que perteneció a NCL con el nombre de Starward y que tras pasar por varios propietarios acabó desguazado en la India en 2018.

El 23 de abril de 2001, el buque inició sus viajes por el Mediterráneo con Barcelona como puerto base, recorriendo puertos como Cerdeña, Túnez, Malta, Nápoles, Roma y Niza, y llevando a bordo la nada desdeñable cantidad de 900 alegres cruceristas españoles. La fórmula de su rápido éxito fue de lo más patria: cruceros españoles para españoles ( y portugueses, claro). Su oferta se basaba en una gastronomía 100% ibérica, una tripulación hispana y el maravilloso Todo Incluido que tanto gusta a los viajeros españoles. 
Desde Valencia zarparía el siguiente barco que se uniría a la flota, el Crown Mare Nostrum, al que se sumaría en 2004 el Grand Latino, que había nacido como Royal Viking Sky y hoy navega como Boudicca.



























En el mismo año, la compañía suma otro barco a su flota, el Grand Voyager.

Este barco, que fue durante muchos años uno de mis favoritos por su elegancia y aspecto de yate de lujo, nació como Olympic Voyager, y llegó a Iberocruceros con tan sólo cuatro años de vida.



















En el 2005 aparece en escena uno de los barcos más queridos por los pasajeros de Iberocruceros, el Grand Mistral.
























Esta nave, con una capacidad máxima de 1.200 pasajeros operaría en la compañía durante casi diez años, para pasar luego a ser el Costa NeoRiviera y navegar en la actualidad como AIDAmira,
En 2009, Costa Cruceros se convierte en la nueva propietaria de Iberocruceros y cede uno de sus barcos, el Grand Celebration a la flota.
Botado en 1986 el buque navegaría en la compañía española hasta 2014, momento en el que también se sumaría a Costa bajo el nombre de Costa Celebration, y acabaría sus días desguazado en la India.





















Dos años después se incorpora a la flota proveniente también de América el Grand Holiday que nació como Magellan y que hasta 2014 estuvo en activo para Iberocruceros, año en que siguiendo el camino del Celebration  se dirigió a la India para su desguace.












Como podemos comprobar, todos los barcos de Iberojet cambian de dueño o se envían a desguace en 2014, ya que fue el año en que la compañía desaparece en el seno de Costa dejando atrás un vacío que durante años fue difícil de llenar para los que habíamos navegado en sus barcos. Junto con Pulmantur, Iberocruceros había regalado al crucerista español años de felicidad y la posibilidad de recorrer los mares haciendo amigos que lo serían para toda la vida, hablando nuestro mismo idioma, comiendo lo mismo que en casa y disfrutando de unas fiestas que serían inolvidables.


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