martes, 6 de diciembre de 2016

Szentendre, musa de pintores

Aprovechando que estábamos en Budapest, decidimos dar un salto al pequeño y encantador pueblo de Szentendre.


Asequible desde Budapest por carretera en sólo 20 minutos, preferimos disfrutar del tren eléctrico HÉV que parte desde el mismo centro de la ciudad, y llegamos en sólo 40 minutos de viaje. Por su cercanía a la gran ciudad y encontrarse a la orilla derecha del Danubio es uno de los lugares preferidos de los amantes de los deportes acuáticos. 
 Szentendre es la ciudad de las artes y los museos. Aquí se encuentran, entre otros 16 museos y galerías de arte, el Museo Etnográfico al Aire Libre de los pueblos y culturas de la Cuenca de los Cárpatos y el Museo que alberga la exposición permanente de la obra de la reconocida ceramista Margit Kovács.


 Las casas y calles de Szentendre son también arte en sí mismas. Los techos y fachadas de vivos colores del centro son dignos de ver. También llama la atención la profusión de cruces e iglesias, vestigio de la población serbia que vivió en la ciudad en siglos anteriores. Según el rito ortodoxo, todas las iglesias fueron construidas orientadas hacia el este.


La Plaza Mayor (Fó Tér) en el centro de Szentendre está presidida por una bellísima cruz barroca levantada en 1763 por los comerciantes serbios para dar gracias a Dios por haber protegido la ciudad de la peste.

A pesar de su pequeño tamaño, la ciudad tiene 7 iglesias: 2 católicas, 1 protestante. 1 sinagoga, 2 ortodoxas griegas y 1 ortodoxa serbia.

Esta es la calle principal para las compras.


Dos imágenes del Danubio, que como se puede ver en invierno no es azul, como dice el vals.


Caminamos hasta un mirador desde el que se dominaba parte de la ciudad.

 En invierno, no hay mucho que hacer en el lugar, así que decidimos volver a Budapest. De camino a la estación de tren, vimos cómo empezaba el deshielo.

lunes, 5 de diciembre de 2016

Contrastes de Budapest (V)

Otra vista del Parlamento desde Buda.

 El puente de las Cadenas con el río.

Y continuamos la visita en Buda. Esta vez fuimos al Laberinto, subiendo por el Bastión de los Pescadores.

 Las cuevas calcáreas de la colina del castillo, fueron creadas por efecto de las aguas termales hace casi medio millón de años. Posteriormente, las pequeñas cuevas fueron conectadas entre sí y también a los sótanos de las casas del barrio del Castillo con fines económicos y militares, con lo que el complejo se convirtió en un verdadero laberinto en el Monte del Castillo. En la década de 1930, como parte del programa de defensa en tiempo de guerra, el complejo de bodegas sirvió como un refugio lo suficientemente grande como para dar cabida a diez mil personas.
 Este es el plano.

Cuando el Laberinto del Castillo de Buda abrió sus puertas en 1983, el primero y más grande de los museos de cera de Hungría se ubicó aquí. Durante los trabajos de reconstrucción, que tuvieron lugar en 1996/97, los casi 10.000 metros cuadrados del largo laberinto recuperaron su aspecto de antes de la guerra. La anterior exposición de figuras de cera dio lugar a otras exposiciones simbólicas y misteriosas con un significado más profundo, cuya esencia se caracteriza por la palabra «laberinto». En este sentido, el Laberinto del Castillo de Buda, no sólo es una red de caminos que conducen a nuestra historia, sino también a nuestro mundo y a nosotros mismos.
 Recreaciones de pinturas rupestres:


El pasadizo del Chamán.


Las figuras de dos chamanes vestidos con la piel lobo y una máscara , la unión entre el cielo y el infierno, creencia de los antiguos húngaros , similar a las religiones de otros pueblos de Asia Oriental.
 El chamán ( llamado 'Táltos en el folclore húngaro) fue un líder espiritual, sacerdote, adivino y curandero a la vez. En términos contemporáneos, el trance chamánico puede ser entendido como una transformación psíquica, lo que abre toda zona inaccesible de otro modo a las secretas profundidades y alturas de la existencia humana.


Ruta del Venado Mágico
La cierva a punto de desaparecer en el desierto (de piedras) con Hunor y Magor persiguiéndola, este último a punto de dejar el camino.

En la leyenda húngara, el ciervo mágico es el animal totémico, y antepasado de los magiares. Los tótem son animales característicos de las religiones de casi todos los pueblos nómadas.
 El jinete perdido.

Bóvedas arpadias con la pila bautismal

Después de su peregrinación en busca de un hogar, los magiares evitaron la suerte de los hunos y otros pueblos nómadas primero mediante la conquista de Hungría (896), y luego con la imposición del orden occidental. La primera de ellas está asociada con el nombre del príncipe Árpád, el segundo con la de San Esteban. Después de la coronación con la corona enviada por el Papa Silvestre II en la Navidad del año 1000, San Esteban comenzó a construir un reino cristiano, la creación de una administración moderna eclesiástica y secular.
 La cabeza coronada y el Callejón del otomano


La cabeza coronada enterrada es un símbolo de la caída del reino húngaro independiente.
 Un ejemplo del Homo Consumus....

Salón de la Rocas con Fuentes del Vino de Mathias

 Y con esto acaba la visita al laberinto.

Antes de comer decidimos dar un paseo y buscar una casa Art Noveau que nos interesaba mucho.

Bedo-Ház, ubicada en Honvéd utca 3, cerca de las Casas del Parlamento, destaca visualmente de las edificaciones vecinas. Las ventanas curvas del edificio (todas diferentes),el tallado y la distintiva fachada de cerámica Zsolnay, ejemplo sobresaliente de la Szecesszió Húngara (Art Nouveau), la arquitectura y el arte. La estructura dispone de tres plantas de hermosas obras, muebles, cuadros, objetos de vidrio y objetos de valor práctico o decorativo. La colección ofrece una visión maravillosa de la vida en Budapest durante los inicios del siglo 20.



Art Nouveau Café y el Museo.
La entrada del museo a nivel del suelo conduce a un café, que en sí mismo merece la pena visitar, ya que contiene cuadros y muebles auténticos. La segunda puerta le brinda acceso a las explotaciones del museo.
Realmente el interior de la casa no conserva prácticamente nada de su decoración original, salvo la estructura y las ventanas.
El acceso a la primera planta es a través de un hermoso par de puertas de color verde. No son originales del edificio, pero son de la misma época. Este nivel contiene una instalación permanente de comedores , salones, cuadros, armarios, relojes y ventanas.

La colección es una amalgama de preciosos objetos y curiosidades colocados sin orden ni concierto, que podrían ser clasificados y explicados por una mano experta, en vez de ser puestos sin más como si de una nave industrial se tratara.
Planta Sótano: Joyería Art Nouveau, Orfebrería y Cerámica

Abajo, en el espacio de bodega original, encontramos muebles de gran tamaño - aparadores, escritorios, armarios y vestidores. Alrededor de las paredes y columnas cuelgan cuadros de época. La galería se alinea con los gabinetes, cada uno repleto de vajilla, cristalería, cerámica, joyería, vidrio de color y cubiertos. Es una cueva del tesoro de objetos de arte.

También hay jarrones decorativos, juegos de té y café, bandejas de servir, cepillos de pelo y espejos. Algunas de las obras están marcadas con los detalles de sus fabricantes y las fechas, pero muy pocas.

Después de esto, fuimos a los baños Széchenyi
 Budapest con razón puede llamarse la ciudad de los balnearios y los baños Széchenyi fueron sus primeros baños termales en el lado de Pest. Allá por 1881, se llamaban "Artesian", y sólo fue una creación temporal. En 1913, se convirtió en un baño permanente, recibió su nombre actual y se edifican la mayor parte de su complejo de edificios amarillos. En 1927 se añaden los sitios de playa, así como los departamentos de baño público para los caballeros y las damas. En 1960, otra expansión añadirá un grupo de secciones térmicas (para uso en trajes de baño), y un hospital ambulatorio durante el día. El año 1999 vio una reconstrucción completa de las piscinas. Se añaden los dispositivos para el agua de filtración y circulación, y el baño de lujo recibió equipos de alto estándar y elementos modernos. Las obras de renovación y de reconstrucción siguen, con el cierre de diferentes secciones cada año.



La fuente termal contiene una cantidad significativa de flúor y ácido metabólico, junto con calcio, magnesio, carbonato de hidro-sodio y sulfatos, eficaces para curar enfermedades degenerativas de las articulaciones, así como la artritis crónica y aguda. Es también conveniente para los tratamientos ortopédicos y después de lesiones.

En Széchenyi Fürdő encontramos una cosa muy rara: hay piscinas termales donde puede bañarse a la vez gente de ambos sexos. Fíjense en el vapor que sale de la fuente. ( Los puntitos blancos que se ven en las fotos siguientes es nieve)

Las piscinas al aire libre comenzaron a funcionar en 1927 y desde 1963 funcionan todo el año, independientemente del tiempo. Los turistas elegimos más a menudo la gran piscina de natación, y los ciudadanos (sobre todo mayores) suelen bañarse en una piscina poco profunda, con agua termal.




De vuelta al hotel bajamos por la Avenida Andrassy y pasamos de nuevo por la Casa del Terror...
Es un museo dedicado a los periodos de totalitarismo que sufrió la capital de Hungría en el siglo XX: el fascismo y el comunismo.
Ocupa el edificio de las antiguas dependencias policiales, y todavía conserva en los sótanos las celdas de aislamiento y salas de interrogatorio tal y como tristemente se utilizaron hace 50 años.  Estas fotos de víctimas de las dictaduras, rodean TODO el perímetro del gran edificio.

El museo ha suscitado polémica desde sus inicios. Algunos dicen que muestra a Hungría solamente en su aspecto de víctima de invasiones extranjeras, soslayando la contribución de los propios húngaros al mantenimiento de los regímenes totalitarios. Otros critican el hecho de que se dedica mucho más espacio al terror comunista que al fascista.

Al día siguiente quedaban unas horas para el vuelo de regreso así que nos dimos el gustazo de pasar unas tranquilas horas en el Museo de las Artes Aplicadas.
De camino pasamos de nuevo por el New York.

 Y aquí está una de las maravillas de Budapest. Solo con verlo se me hacía la boca agua...


 Diseñado por Ödön Lechner, del año 1872, es un sitio que en la mayoría de los casos queda siempre fuera del recorrido habitual de los visitantes, y su visita bien merece la pena.
  Su cúpula colorida cubierta de tejas de cerámica Zsolnay, verde-ocre-amarillo destaca desde lejos, mientras la puerta de entrada que parece haber salido de un cuento infantil, invita a los visitantes a recorrerlo por dentro.

A que recuerda a Gaudí??
Esta es la puerta de entrada:

 Fabulosos techos

Gloria al Estilo Secesión!!!

El Gran Patio

Aquí se celebraban exóticas exposiciones, pero también fue hospital durante las guerras.
 Maqueta del Museo

 No es precioso este estilo oriental?

 La cúpula más cerca..


 Tampoco pude hacer fotos en la magnífica exposición de muebles Art-Nouveau....
Como se iba acercando la hora de marchar dejamos el Museo. Todas las escaleras tienen fotos de la Historia del Museo.

 Quedé enamorado del edificio...


 De vuelta al hotel pasamos por delante del Museo Ludwig o Museo de Arte Contemporáneo.

Que bonito este edificio...

Exterior de nuestro funcional hotel...

El hall.

Puntualmente el transfer vino a recogernos para llevarnos al aeropuerto.
 Estos son los buzones típicos de Budapest, pero el del aeropuerto fue el único que encontré en buen estado.

Después de tomar otro avión a Madrid, con escala en Düsseldorf, en lugar de Frankfurt, a causa del temporal, llegamos a Madrid. El servicio de recogida del hotel en el aeropuerto os llevó al New Boston, un hotel de lo mas chic, al lado del aeropuerto, ya que volvíamos a Tenerife muy temprano.
Interior.

Restaurante.


Habitación

Y llegamos al final de esta escapada de 4 días a la capital húngara, una joya aún por descubrir para la mayoría de los viajeros.