Empezamos el recorrido por su capital, Zaragoza, y concretamente en el sitio más querido por los aragoneses, la Basílica del Pilar. Casi todos los monumentos se agrupan
en torno a la Plaza del Pilar. Pero sin duda la basílica es el más
imponente de todos por la devoción pilarista, su ubicación y las
proporciones del edificio.
Valle de Zuriza
La cascada Caprichosa, la Sombría o la de la Trinidad, el Baño de Diana o las grutas de la Pantera o la Bacante... decenas de rincones por descubrir.
Y nos despedimos del Monasterio de Piedra con el sonido de las cascadas y el brillo del agua clara.
Ante el peligro, el sacerdote de Daroca envolvió las formas consagradas en los corporales y los escondió bajo unos matorrales. Al ir a recuperarlas las formas se habían marcado en sangre sobre lienzo.
Puerta Alta.- Profundamente reformada en el siglo XVII. Cuenta después la tradición cómo, al no haber acuerdo entre los combatientes acerca de cual había de quedarse con el testigo del milagro se decidió cargar los corporales a lomos de una mula. Esta acabó desplomándose muerta ante la Iglesia de San Marcos en Daroca.
Sin preguntar por "La Dolores" entramos en Calatayud, visitando la iglesia de Santa María, de estilo mudéjar y torre octogonal.
La basílica luce 11 preciosas cúpulas azulejadas. En el interior, la Santa Capilla, de Ventura Rodriguez, contiene una pequeña imagen de la Virgen sobre un pilar, en medio de un fulgor de plata y flores.
Algunos de los frescos de las bóvedas y techos fueron realizados por
Bayeu y Goya, mientras el retablo principal es una maravillosa obra de
Damiá Forment.
Dejamos atrás la ciudad y nos dirigimos a Jaca, para visitar la Ciudadela.- Construida por los Austrias en el momento de las
Guerras de Religión francesas en el siglo XVI, es una fortaleza con
torres angulares. Con una estructura pentagonal aislada por un profundo
foso, la fortaleza es hoy sede de la comandancia militar de la plaza.
De la Catedral de San Pedro destacar su pórtico sur. Del siglo XI es una de las más antiguas de España. Aunque muy restaurada, su primitivo esplendor se adivina en el restaurado pórtico sur, con tallas de tema bíblico como las de Isaac y David. Esculturas y ornados abovedamientos embellecen la sombría nave central y las capillas. En los claustros, un museo de arte sacro, contiene una colección de frescos románicos y góticos y esculturas de las iglesias de la comarca.
Continuamos camino hasta San Juan de la Peña.
De la Catedral de San Pedro destacar su pórtico sur. Del siglo XI es una de las más antiguas de España. Aunque muy restaurada, su primitivo esplendor se adivina en el restaurado pórtico sur, con tallas de tema bíblico como las de Isaac y David. Esculturas y ornados abovedamientos embellecen la sombría nave central y las capillas. En los claustros, un museo de arte sacro, contiene una colección de frescos románicos y góticos y esculturas de las iglesias de la comarca.
Continuamos camino hasta San Juan de la Peña.
El Monasterio Alto. Situado en medio de la pradera de
San Indalecio, comenzó a construirse en octubre de 1693, para
concluirse hacia 1705. Actualmente el conjunto monástico, a excepción de
la iglesia se halla prácticamente en ruinas.
El templo es de tres naves con
triple portada barroca e imaginería de la misma época. Fue declarado
patrimonio histórico-artístico en 1923.
El Monasterio Bajo.- Es una de las mayores joyas del románico español. Comenzó a configurarse en torno a un eremitorio fundado por el ermitaño Juan de Atarés que, al correr de los años, se convertiría en un pequeño monasterio dotado de una pequeña iglesia mozárabe.
En el año 1071, el monarca aragonés Sancho Ramírez
donó el monasterio a los reformistas cluniacenses, quienes lo
agrandaron ampliando la primitiva iglesia mozárabe y construyendo a su
lado el dormitorio más una segunda planta.
El Monasterio Bajo.- Es una de las mayores joyas del románico español. Comenzó a configurarse en torno a un eremitorio fundado por el ermitaño Juan de Atarés que, al correr de los años, se convertiría en un pequeño monasterio dotado de una pequeña iglesia mozárabe.
La iglesia baja, consagrada en el 920, se
halla situada en la parte inferior del recinto, consta de dos naves
separadas por pequeños arcos, a las que se accede por sendos arcos de
herradura, y rematadas en ábsides rectangulares.
Consagrada en 1094 es de una sola nave, cubierta en parte por la roca y en parte por una bóveda de cañón y en ella se guarda una réplica del Santo Grial que se custodiaba aquí, según la leyenda. Junto a la iglesia se halla el Panteón de Nobles con dos filas de nichos de indudable belleza.
Consagrada en 1094 es de una sola nave, cubierta en parte por la roca y en parte por una bóveda de cañón y en ella se guarda una réplica del Santo Grial que se custodiaba aquí, según la leyenda. Junto a la iglesia se halla el Panteón de Nobles con dos filas de nichos de indudable belleza.
Seguimos camino disfrutando del paisaje pirenaico
Ansó.- El edificio más importante de esta villa, que estuvo aislada durante siglos de las principales vías de comunicación, es la iglesia parroquial, de primitiva fábrica gótica ( siglo XVI).
Ansó.- El edificio más importante de esta villa, que estuvo aislada durante siglos de las principales vías de comunicación, es la iglesia parroquial, de primitiva fábrica gótica ( siglo XVI).
Empezamos la visita por su claustro.- La fundación del monasterio
cisterciense de Santa María de Piedra o Piedra Vieja se remonta al año
1195, fecha en que el rey aragonés Alfonso II- incitado por su esposa
Doña Sancha, ferviente fundadora de monasterios- apoyó con decisión el
asentamiento en el lugar de una docena de monjes procedentes de Poblet.
Tanto él como sus descendientes, en especial su hijo Pedro II y su
nieto Jaime I el Conquistador ( en cuyo reinado se acabó de construir el
monasterio), concedieron al recién creado cenobio numerosas donaciones
reales y la percepción de cuantiosos diezmos y tributos, así como la
exención de diversos impuestos.
Así las cosas, a mediados del siglo XIII, el de Piedra era sin duda uno de los monasterios más ricos, poderosos e influyentes de Aragón, con derechos absolutos sobre la pesca en ríos enteros como el Jiloca o el monopolio de industrias tan activas como el tinte en diversas localidades de la Corona de Aragón.
Iglesia. De primitiva fábrica románica, muy deteriorada y enmascarada por
diversos añadidos a lo largo de los siglos, especialmente en el
Barroco. Aunque en mal estado, conserva la fachada con arquivoltas
apuntadas y restos, tanto en el exterior como en el interior de su
primitiva ornamentación inmueble.
Así las cosas, a mediados del siglo XIII, el de Piedra era sin duda uno de los monasterios más ricos, poderosos e influyentes de Aragón, con derechos absolutos sobre la pesca en ríos enteros como el Jiloca o el monopolio de industrias tan activas como el tinte en diversas localidades de la Corona de Aragón.
Sala Capitular.- A raíz de la Desamortización de los bienes
eclesiásticos de 1835, el monasterio fue definitivamente abandonado, al
tiempo que sus bienes artísticos eran expoliados o adquiridos por
particulares a precios irrisorios. Pocos años después, el monasterio y
el paisaje circundante fueron adquiridos por la familia Muntadas, uno de
cuyos miembros, Federico Muntadas, embelleció notablemente las riberas y
cascadas naturales del río Piedra.
Las tres etapas del monje: novicio, monje y abad. En las húmedas y
ennegrecidas bodegas los monjes destilaban en el pasado sus fuertes
licores de hierbas. Fue en esta cocina donde supuestamente se preparó,
por primera vez en Europa, el chocolate, traído de México por los
conquistadores.
La comunicación delas dependencias monacales con la zona de las cascadas y los lagos se hace a través de la apacible pradera de El Vergel de exuberante vegetación puesta en cultivo en su día por los monjes y luego primorosamente ajardinada por la familia Muntadas. Cascada del Iris.
Se trata de una zona regada por uno de los brazos en que se divide
el río piedra. Perspectiva de la Catarata de la Cola de Caballo.
Catarata de la Cola de Caballo. Labrada por el río Piedra para salvar un desnivel de 50 metros.
La comunicación delas dependencias monacales con la zona de las cascadas y los lagos se hace a través de la apacible pradera de El Vergel de exuberante vegetación puesta en cultivo en su día por los monjes y luego primorosamente ajardinada por la familia Muntadas. Cascada del Iris.
Catarata de la Cola de Caballo. Labrada por el río Piedra para salvar un desnivel de 50 metros.
Gruta del Iris. Una gran cueva natural sobre cuya boca se deja caer
una gran cortina de agua, formando un conjunto realmente sobrecogedor.
Paisaje que conduce a la Piscifactoría.
Lago del Espejo.
Paisaje que conduce a la Piscifactoría.
Daroca.- Iglesia de San Miguel. Románico tardío siglo XIII. Daroca
también es conocida como Ciudad de los Corporales, por el famoso milagro
medieval de las formas consagradas. Este milagro se remonta al año
1238, fecha en la que en el campamento de los cristianos aragoneses sonó
la alarma.
Ante el peligro, el sacerdote de Daroca envolvió las formas consagradas en los corporales y los escondió bajo unos matorrales. Al ir a recuperarlas las formas se habían marcado en sangre sobre lienzo.
Puerta Alta.- Profundamente reformada en el siglo XVII. Cuenta después la tradición cómo, al no haber acuerdo entre los combatientes acerca de cual había de quedarse con el testigo del milagro se decidió cargar los corporales a lomos de una mula. Esta acabó desplomándose muerta ante la Iglesia de San Marcos en Daroca.
Sin preguntar por "La Dolores" entramos en Calatayud, visitando la iglesia de Santa María, de estilo mudéjar y torre octogonal.
A continuación nos acercamos al Monasterio de Veruela.- Primero de los cistercienses en todo el
territorio de la Corona de Aragón, fue fundado en 1146, aunque los monjes
procedentes del monasterio francés de Scala Dei no llegaron al lugar
hasta 1171, por Pedro Atarés en tiempos de Ramón Berenguer IV.
La iglesia, consagrada en 1248, de transición del Románico al Gótico. Los monarcas de la Corona Aragonesa beneficiaron sistemáticamente a los monjes de Veruela hasta el punto que al correr de los años se convirtieron en los más poderosos señores de toda la comarca del Moncayo.
En el monasterio, el elemento más espectacular y apacible lo constituye, quizá, el bellísimo claustro, con su parte inferior gótica, realizada en piedra y plateresca la superior. Aquí, afectado de tuberculosis, pasó algunos meses del año 1864 Gustavo Adolfo Bequer.
La iglesia, consagrada en 1248, de transición del Románico al Gótico. Los monarcas de la Corona Aragonesa beneficiaron sistemáticamente a los monjes de Veruela hasta el punto que al correr de los años se convirtieron en los más poderosos señores de toda la comarca del Moncayo.
En el monasterio, el elemento más espectacular y apacible lo constituye, quizá, el bellísimo claustro, con su parte inferior gótica, realizada en piedra y plateresca la superior. Aquí, afectado de tuberculosis, pasó algunos meses del año 1864 Gustavo Adolfo Bequer.
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