martes, 2 de abril de 2013

Angkor, el corazón dormido del imperio Khmer (II)

 Y llegamos a una de los puntos más esperados del viaje, Ta Prohm, ubicado a unos tres kilómetros de Angkor Wat, que es famoso por ser el templo de la selva más hermoso de todo el conjunto de Angkor. Quizá sea por los árboles que estrangulan las vetustas piedras, el silencio que rodea la selva o el misterio que rodea el conjunto, no lo sé, pero el lugar es realmente fascinante.




De hecho los primeros arqueólogos franceses lo dejaron parcialmente sin restaurar intencionadamente, con esas enormes higueras estranguladoras y árboles thitpok que crecen desde las torres y los techos de las galerías, extendiendo sus raíces gigantescas sobre la piedra intrincadamente tallada, como un ejemplo de una arquitectura fugaz reconquistada por la naturaleza.



Esta combinación de arte y vegetación es única en el mundo y materializa un recuerdo inolvidable. Es tal su magnetismo que se utilizó para el rodaje de Tomb Rider.
Su origen es el de un monasterio de grandes dimensiones, unos 6.000 metros cuadrados, donde tenían su residencia unas 12.640 personas, entre monjes, mercaderes y sirvientes, e incluso 600 bailarinas.



El monasterio era enormemente rico con almacenes repletos de sedas, perlas, oro y joyas, que provenían de los diezmos de los 3.400 pueblos que estaban a su cargo. Estaba dedicado a la madre del rey, que se identificaba con una deidad budista de la sabiduría llamada Prajnaparamita. Otros templos secundarios se dedicaban al maestro del rey y a su hermano mayor.



Muchas tallas de piedra del recinto representan hasta 260 divinidades de la religión hindú.




Y nos vamos a Ta Keo, o la Torre de Cristal, templo de Estado de Jayavarman V dedicado a Shiva. Como punto destacable tiene las llamadas torres Prasat, en lo alto de la pirámide que le da forma.


A diferencia de los templos montaña de otro reyes, Ta Keo no se construyó en el perímetro de la Ciudad Real. Rodeado de un foso que hoy en día está seco, excepto en época de lluvias, el templo mide 122 metros de largo por 106 de ancho, lo que le da aspecto de fortaleza.


Su estructura de 21,5 metros de alto tiene una escalera de acceso muy empinada que llega a los 55º, lo que la hace difícil de subir y bajar. Ta Keo es el primer templo completamente construido en piedra arenisca gris verdosa, con bloques de las canteras de Phnom Kulen a 30 km de distancia. Este tipo de piedra es muy difícil de tallar.


Continuamos hacia Pre Rup, poseedor de un interés arquitectónico y artístico superior, ya que marca la transición del periodo clásico al arte de Angkor. Hay un debate entre los especialistas, que dudan si Pre Rup era un templo de Estado o un templo funerario que guardaba las cenizas del rey o conmemoraba su muerte.


La mayoría de las opiniones se decantan por la primera opción aunque no se descarta una tercera que combinara las dos funciones, ya que no es contradictorio adorar a los dioses reales y al tiempo conmemorar a un rey muerto, ya que ambos se basan en su adoración sobrenatural. Sus cimientos son de piedra arenisca de un cálido tono rojizo y el resto de laterita, una piedra volcánica porosa y maleable, a excepción de las torres que están hechas de ladrillos.



Seguimos los caminos de nuestra fiebre descubridora hasta llegar a Banteay Samray.

Este templo fue restaurado entre los años 1936 y 1944, época de guerras y de difícil financiación para los arqueólogos, que aún teniendo muchos factores en su contra pusieron todo su empeño en sacar de nuevo todo el esplendor que emanaba de uno de los monumentos de Angkor más finos y elegantes, en su arquitectura y en su factura.



Dedicado a Vishnu, a él se accede por una larga calzada de piedra que lleva directamente a una terraza elevada flanqueadas por leones. Su recinto exterior que mide 83 por 77 metros está construido en la omnipresente laterita en un precioso rojo cálido, mientras que el interior es de fría arenisca gris. Preciosos pabellones orientados a los puntos cardinales, decorados profusamente con magníficos relieves forman un espectacular laberinto de ventanas y columnas en perfecta formación.



Varias plataformas parecen sostener los edificios del recinto interior, de nuevo abarrotados de relieves de una calidad única en todo el complejo, con varias referencias al budismo, pero donde se echa de menos a las sensuales apsaras.

De nuevo la Guerra Civil del país se cebó en Angkor, que fue sometida a pillaje y apenas dejó una parte de la enorme colección de esculturas que poseía.


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