miércoles, 2 de julio de 2014

Gran Canaria Wellness 2 (II)

El siguiente establecimiento donde nos hospedamos fue el Seaside Palm Beach




En muchas ocasiones se habla muy a la ligera de cómo la cercanía al cliente es capaz de generar adicción, de qué se debe y qué no se debe hacer, de dónde está el límite, la confianza…He visitado ya sea por placer o por trabajo muchos hoteles en el mundo, y puedo asegurar que en pocos he encontrado la perfección en ese equilibrio entre la familiaridad y el respeto. Y es en Seaside Hotel Palm Beach en Maspalomas, Gran Canaria, donde no sólo podemos hallar ese trato exquisito y formal, cercano pero respetuoso,  sino también profesional y continuamente mejorado.




No hay que ir mas lejos para percibir un ejemplo de cómo se hacen las cosas a conciencia;  ver a la directora del hotel, que supervisa que cada cosa esté en su sitio, que cuida cada detalle hasta convertirlo en un regalo para ese cliente que cada año vuelve a visitar el hotel porque sabe que cada céntimo de su dinero vale oro en Seaside Palm Beach. Ejemplo que siguen todos y cada uno de sus empleados, desde el amable maletero que viene a nuestro encuentro al llegar al hotel, pasando por el personal de recepción, cordial, simpático y de lo más eficiente, hasta la numerosísima plantilla que atiende todos y cada uno de nuestros deseos en los restaurantes y las preciosas zonas de piscina.




Pero la perfección no acaba ahí. Continúa con otros detalles igual de importantes y merecedores de todo tipo de elogios. Y vaya si los merece la gastronomía. Un desayuno que no lo mejora ni la mesa del mas grande de los reyes, con un infinito surtido de quesos ( mi pasión), frutas frescas de todo tipo presentada como joyas en una vitrina, un interminable y colorido desfile de zumos recién hechos y mezclados de manera magistral, para deleitar el paladar con su sabor y aroma.



















Y que decir de las tortitas recién hechas o la tortilla al gusto cocinada delante de nuestros ojos, o un experto cortador de jamón de bellota que en pequeñas lonchas nos regala un pedazo de cielo... Y claro, sabiendo que muchos huéspedes gustan de probar alimentos del lugar que visitan, el hotel ofrece exquisiteces como la mermelada de plátano e higo, el queso tierno de Guía o la riquísima miel de la isla. El almuerzo en el bar de la piscina supera incluso el desayuno.






Primero por su altísima calidad y segundo por la rapidez y eficiencia del servicio. Platos tan suculentos como la sabrosa crema de langosta o las tiernas gambas al ajillo, la sencilla pero exquisita ensalada Cesar o el crujiente de patatas con salmón y pepinillo, unas carnes hechas al punto y que de delicadas se deshacen en la boca, para acabar con una carta de postres en las que las dulces y refinadas tartas son la estrella que ponen punto y aparte a una espectacular comida a orillas de la transparente piscina. Y continúa el altísimo nivel de perfección con un punto que completa el trío de ases de Seaside Hotel Palm Beach. 




Su privilegiada situación. Recordemos, que el hotel está situado en uno de los más bellos parajes del sur de Gran Canaria, muy cerca de las dunas de la playa de Maspalomas y de la charca que tantas horas y posibilidades para observar y admirar su fauna y flora nos pueden brindar ya que conforman la Reserva Natural Especial de Maspalomas. A un paseo de la playa de apenas 50 metros, ha sido desde su edificación en 1975 y mucho más después de su total y absoluta renovación en años posteriores uno de los referentes del turismo de la isla. Fue un placer conocer las instalaciones de este espectacular hotel y todos sus entresijos con Ulla Isasi, la Sales & Marketing Manager del hotel. 






Ulla es una persona cercana, amable y sobre todo una profesional que sabe perfectamente hacernos sentir en casa ( al igual que toda la plantilla del hotel). Con ella recorrimos cada rincón de las instalaciones del Seaside Hotel Palm Beach. Como la luminosa recepción, decorada con colores muy llamativos pero perfectamente combinados, muebles de diseño que recuerdan a los años 60 y 70- tal vez en un guiño a los orígenes del hotel y que en principio chocó a los clientes fieles, pero acabaron adorándolo-, o la espectacular zona de piscinas, con la impagable sombra del Palmeral de Maspalomas, que engloba una piscina común, y otra exclusiva para adultos, mas una zona nudista, con sauna y solárium, y un gimnasio…..al aire libre!















Una idea sencillamente genial. Cerca tiene un espacio reservado a los más pequeños, con guardería y parque de juegos, anexo al restaurante principal cuyo diseño vuelve a retornarnos a los años 60 y 70. Y para acabar encontramos dos puntos clave: las habitaciones y el Spa & Wellness Center. Las habitaciones son puro diseño. Un diseño bien estudiado, combinado y sin estridencias. Pero que enamora desde que traspasamos la puerta.










Aquellos muebles que inspiraron los actuales parecen revivir en una suave mezcla de tonos cálidos y luminosos, cabeceros acolchados de líneas curvas que enmarcan unas camas que invitan al descanso. Amplios armarios y aparadores donde guardar todas las ilusiones que llevamos en nuestros viajes y un cuarto de baño donde nos sentiremos como en el mejor de los spas. Las vistas a la piscina y el palmeral o a la estupenda playa de Maspalomas añaden ese valor adicional que tanto valora el cliente del hotel Y con esto saltamos al SPA & Wellness. 








Aquí encontramos otro equipo de profesionales que nos invitan a ponernos en sus manos para recibir los cuidados, mimos y masajes que sólo ellos son capaces de darnos. Como el Pantai Luar, un masaje muy relajante que nos viene desde el este de Asia usando compactas bolsitas rellenas a base de hierbas con un fragante olor a frutas calentadas en un aceite ( unos 140 ° C ) y una técnica especial de masaje Pantai Luar. El tratamiento influye en los termorreceptores de la piel para activar el mecanismo de auto-reparación del cuerpo, lo que lleva a una renovación celular potente y una gran revitalización que es un efectivo relajante de las tensiones musculares.





La liberación de los ácidos de la fruta de los sellos se relaja y se desprenden escamas y células muertas de la piel. Por ello, ésta se vuelve inmediatamente más dispuesta a absorber el aceite, extractos y especias de fruta / hierba de las plantas que están en el sello. Los tejidos de conexión se hacen más firmes y a la piel se le da un cuidado extraordinario con sustancias ricas y valiosas. El Pantai Luar puede ser ofrecido como un masaje de cuerpo completo o sólo de de espalda y cuello. Yo tuve la suerte de que la gran profesional que me lo realizó me dejó todo el cuerpo como nuevo. Para finalizar unas cómodas tumbonas de relax y un té que ponen punto y aparte a un relajante día en el SPA del Seaside Hotel Palm Beach. Podría estar horas hablando de las excelencias del hotel, de cómo el cliente se siente entre algodones, como si todos fuéramos miembros de un club especial de élite, de cómo cada rincón del hotel tiene su encanto especial y único, de su relajada y tranquila ubicación o de su preciosista decoración.


Pero creo que lo más acertado es decir que el nombre del establecimiento le viene perfecto: un oasis de lujo entre el gran palmeral y la maravillosa playa de Maspalomas. Simplemente inolvidable pero absolutamente repetible. Seguro que nos vemos allí...

Para acabar la jornada, un poco más de naturaleza, esta vez vamos a ver delfines...
Desde hace mucho tiempo, los marineros que pasaban cerca de nuestras preciosas costas canarias, daban cuenta que al acercarse a tierra, juguetones y rápidos seres, que surgían de las profundidades, acudían a los navíos en los que viajaban para darles la bienvenida y acompañarlos en un gran trecho de la travesía.








Al principio, los menos estudiados, los más temerosos, los confundían con sirenas y monstruos mitológicos, hasta que poco a poco su verdadera naturaleza salió a la luz y se convirtieron en los preciosos delfines y pequeñas ballenas que afortunadamente y aún con el grado de degradación del planeta Tierra, siguen acudiendo a nuestras costas para llevar una vida tranquila y relajada. Vienen siendo como los alemanes, ingleses y rusos que visitan desde hace siglos nuestra isla, pero en versión marina.




Por supuesto que Gran Canaria, uno de los destinos punteros del turismo mundial, es uno de los lugares idóneos para la cría y reproducción de estos mamíferos, ya que ellos han decidido que es un lugar perfecto para vivir en tranquilidad a salvo de los grandes depredadores de otras aguas.
Hasta hace poco, la posibilidad de verlos era muy reducida, apenas algunos pescadores que se aventuraban unos kilómetros mar adentro o los tripulantes de veleros o de lanchas a motor. Ahora, las excursiones que organiza empresas como la propietaria del Spirit of the Sea nos llevan al exclusivo mundo donde habitan alrededor de 29 especies diferentes de cetáceos, de las cerca de 79 conocidas en el mundo, lo que nos hace tener un 34 % de la diversidad mundial. Estos datos probados convierten a las Islas Canarias en un imán para investigadores y curiosos de todo el mundo.




Una vez enterados de estos datos, sólo nos queda disfrutar de la experiencia que nos ofrece el Spirit of the Sea. Para ello nos acercamos al puesto que tiene a pie de barco en Puerto Rico, Gran Canaria.
Subimos al precioso y bien cuidado barco que nos acercará hasta los puntos de observación.
Se pone el motor en marcha y empezamos la singladura, mientras el patrón explica en varios idiomas lo que vamos a contemplar en muy poco tiempo.
A continuación, la tripulación pasa por nuestro lado para ofrecernos unas bandejas de exquisitos canapés y bebidas, para que el viaje hasta los delfines también tenga algo de exclusivo y diferente.








Una vez en alta mar empiezan a acudir a nosotros los pequeños delfines moteados, así como los calderones o los desconocidos zifios. Desafortunadamente estamos en plena época de cría, así que los animales no están muy por la labor de salir a la superficie y dejarse fotografiar.
Los propios tripulantes cuentan que en ocasiones se han llegado a avistar ballenas de hasta 30 metros, además de otros habitantes del océano como peces voladores y tortugas.
Tras poner varias veces proa a varios puntos de alta mar, en un intento de localizar a más cetáceos, pusimos rumbo a tierra teniendo la satisfacción de haber estado un poco más cerca de estos mamíferos en su hábitat natural.
Otro punto que quisiera destacar es que los responsables del barco “Spirit of the Sea”, están muy concienciados con la conservación de la fauna que habita en las aguas de Gran Canaria. Por eso, el barco cumple con todas las normativas y medidas de conservación (reducción de ruidos, distancia…) que compatibilizan y favorecen la buena convivencia de la actividad turística con la presencia de los cetáceos. Pura armonía.
Nosotros pasamos todo el tiempo arriba, pero el barco ofrece la posibilidad de ver a los delfines y ballenas desde las paredes de cristal del casco, lo que debe ser una sensación diferente, como si nadáramos con ellos.



¡¡Eso lo haré la próxima vez que suba en el estupendo Spirit of the Sea!!

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