lunes, 5 de diciembre de 2022

Canadá, una aventura de Costa a Costa. La Costa Este (V). Montreal(I)

Montreal fue una agradable sorpresa en nuestro viaje, y nos ofreció mucho más de lo que esperábamos. Tiene muchos rincones que vale la pena conocer y está llena de contrastes. Tantos, que merece que la conozcamos bien con un tour panorámico por Montreal
Montreal fue sede de los Juegos Olímpicos en el año 1976. Para dar cabida a todas las disciplinas deportivas y alojar a los atletas que visitarían la ciudad se construyó un parque olímpico de más de 46 hectáreas del que permanecen aún varios edificios.
El más espectacular y llamativo es el estadio olímpico, y lo es por su espectacular torre inclinada. La estructura de 175 metros de alto tiene 45 grados de inclinación, siendo construida hasta los 92 metros con hormigón y finalizada en acero, mucho más ligero, siendo su peso total más de 1,5 millones de toneladas. Quien lo desee puede subir desde 1987 hasta su mirador gracias a un funicular que se eleva en tan sólo 2 minutos.
Para evitar el mal tiempo de Montreal, el estadio fue cubierto con un techo retráctil en 1987.

Nos detenemos en el Parque Jean-Drapeau, lugar de celebración de la Expo'67, el Gran Premio de Canadá de Fórmula 1 y alguna de las competiciones acuáticas de Montreal '76 para disfrutar de las vistas de la ciudad. Frente a nosotros vemos la Gran Noria de Montreal, la más grande de Canadá con sus 60 metros de alto hasta donde suben 42 cabinas con capacidad para 8 personas.

 

La Torre del reloj, de 45 metros de altura se construyó en 1922 para recordar a los marineros canadienses muertos en la Primera Guerra Mundial. En primavera y verano se puede subir a lo alto para disfrutar de las vistas del río San Lorenzo.

Desde aquí vemos el impresionante puente Jacques Cartier, que cruza el río San Lorenzo con sus casi 3 kilómetros de largo a una altura de 50 metros. 5 carriles y dos pasarelas peatonales conforman este puente inaugurado en 1930 y posteriormente bautizado con el nombre del explorador en el 400 aniversario de su primer viaje.






Sin duda, la mejor vista de Montreal podemos disfrutarla en Mont Royale, concretamente desde el mirador de Camillien-Houde, en el lado de la ladera que mira hacia la ciudad. Formado por escaleras para acceder desde su base, aunque más cómodo es subir en coche, y provisto de jardines, bancos, buena iluminación e incluso telescopios, ofrece espectaculares vistas del estadio olímpico, el puente Jacques Cartier, el río San Lorenzo y casi todos los barrios de la ciudad.


Creado en 1958 como complemento a las líneas de tranvía que recorrían la ciudad, se renovó completamente en 1996 y fue entonces cuando se hizo popular entre los jóvenes como el mirador más romántico de la ciudad.



Pero comencemos a recorrer la maravillosa Montreal, que mezcla la arquitectura moderna y la antigua con gran maestría.
La Saint James United Church, se construyó entre 1887 y 1889, y llegó a ser la iglesia metodista más grande de Canadá. Es muy conocida en la ciudad como cuna de grandes cantantes que han salido de su coro y por ser sede del The People´s Gospel of Montreal.


Por su parte la Catedral de Christ Church, Monumento Histórico y Sitio Histórico Nacional, es uno de los pocos ejemplos de Renacimiento gótico anglicano, levantada entre 1857 y 1859.
Al igual que el templo anterior, éste es un oasis de paz en pleno centro de la ajetreada Montreal, y son muy numerosos los conciertos gratuitos que se celebran en ella. 


En muchos puntos lugares encontramos enormes edificios que albergan oficinas y centros comerciales como el Centre Eaton, con su alta torre McGill, de 158m y 36 pisos de alto.

Cuando visitamos Montreal un nuevo y lujoso complejo estaba en plena construcción, el Condominium Maestria, formado por dos torres de 198 y 185 metros de altura. Cuando se concluya, sus 61 y 58 pisos, serán el súmmum del lujo en cuanto a apartamentos y estudios de todo el Downtown, con un puente suspendido entre ellas que será el más alto de Canadá.

Los más caros serán los que miran hacia la Plaza de las Artes, hogar de la Orquesta Sinfónica de Montreal, la Metropolitana, los Grandes Ballets Canadienses y por supuesto la Ópera, lo que le ha valido el sobrenombre de Quartier des Spectacles o Barrio de los Espectáculos.

Fue Jean Drapeau, amante de la ópera el que concibió este espacio que aglutina un conjunto de edificios que actualmente cuenta con 6 estructuras: la Casa Sinfónica de Montreal, la Willfrid-Pelletier, el Teatro Maisonneuve, el Jean-Duceppe, el Studio y la Sala Cinquième.


La Basílica de Notre-Dame es obra del arquitecto americano James O´Donnell, que se inspiró en la iglesia de Saint-Sulpice de París para la estructura y en Notre-Dame de la misma ciudad para las torres.
Desgraciadamente el templo se encontraba en obras de restauración en ese momento por lo que no pudimos entrar. Como puede verse en la foto, el estado de la torre Persévérance es realmente preocupante, por lo que se tendrá que construir de nuevo toda su parte superior. Luego le tocará el turno a la Tempérance.

Notre-Dame es la estrella principal de la Place d'Armes, la más antigua de la ciudad, ya que se remonta a 1729. En su centro se sitúa el monumento al fundador de Montreal, Paul Chomedey de Maisonnneuve.


A su alrededor pueden apreciarse edificios de todas las épocas, que ocuparon el lugar de dos antiguos cementerios.
Empezando por nuestra derecha podemos ver un edificio del siglo XX, el Banco Nacional.

A nuestra izquierda el impresionante edificio Aldred, sede de una compañía financiera internacional con base en Nueva York. Es imposible no ver las similitudes con el Empire State Building, ya que incluso fue construido el mismo año, 1931.
Construido en sólido hormigón, granito y caliza de Indiana, el majestuoso edificio mide 96,93 metros.

A nuestra espalda se halla el Banco de Montreal, construido en 1847 e inspirado en la sede del Bank of Scotland de Edimburgo.

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