sábado, 21 de octubre de 2023

Sri Lanka, la maravilla de Asia. (I) Colombo.

 


Hay muy pocos lugares en la tierra que puedan presumir de tener una variedad de atractivos y experiencias tan fascinante en un espacio tan reducido. Sri Lanka es uno de ellos.
Sri Lanka nos ofrece paisajes exuberantes de jungla y áridos de desierto, ruinas de ciudades milenarias y playas de una hermosura sin igual, aldeas tradicionales con su lento fluir de la vida y el frenesí y el caos ordenado de grandes ciudades. 
La isla, permanece casi desconocida para los viajeros, aislada de los grandes destinos a los que todos acuden por estar de moda.
Invito, a todo el que quiera tener una experiencia inolvidable, a visitar Sri Lanka, a vivir la hospitalidad de su gente, la belleza de sus paisajes y la historia de sus 8 Patrimonios de la Humanidad, a descubrir su fascinante gastronomía y nadar en las mejores playas del Índico.
Hay que experimentar la " Serendipity", esa facultad de hacer descubrimientos felices e inesperados que sólo se puede vivir en Sri Lanka.

Y empezamos nuestro recorrido por Colombo, capital del país y punto de partida de todo viaje a Sri Lanka. Su nombre no tiene nada que ver con el famoso descubridor de América, sino que así es conocida en singalés, Kolomba.

Con orgullo, los habitantes de la antigua Ceylán muestran el Independence Hall, lugar donde el duque de Gloucester, en nombre de la corona británica, abrió el primer parlamento de Sri Lanka en 1948, y con ello daba por finalizado el control inglés sobre la isla.


Su arquitectura está inspirada en los salones de audiencia medievales de la ciudad de Kandy, con 60 macizas columnas adornados con las famosas tallas de Embekke del reino de Gampola y un tejado que recuerda a las viviendas tradicionales del interior del país.


Los paneles que podemos ver al levantar la vista, cerca del techo, describen escenas de la rica historia de Sri Lanka y bajo el monumento podemos encontrar un rico museo que habla del largo proceso de independencia del país.

En la cabecera del monumento encontramos la estatua que recuerda al Primer Ministro Stephen Senanayake, conocido como el "Padre de la Patria", rodeado de cuatro leones de piedra inspirados en los del reino de Yapahuwa que se remontan al siglo XIII.

Vamos ahora a conocer un fascinante templo, el Seema Malaka, que parece flotar sobre las aguas del lago Beira.


Este templo, un remanso de paz en medio del caótico Colombo, formó parte  desde finales del siglo XIX del cercano complejo de Gangarama, pero a mediados de los años sesenta del siglo pasado comenzó a hundirse en las aguas del lago  y tuvo que ser reedificado por el arquitecto minimalista Geoffrey Bawa.

Financiado por el comerciante musulmán Sh Moosajee, en recuerdo de su hijo, la estructura es simple y elegante, construida sobre tres plataformas conectadas entre sí. Para conseguir el efecto, Bawa se inspiró en los monasterios de Anuradhapura y Ritigala, que también se elevaban sobre el agua.


La combinación de las tejas azules, las estructuras de madera y el blanco de las bases de los tres edificios es de una elegancia suprema, que el arquitecto pudo superar añadiendo a su contorno numerosas estatuas de Buda que muestran diferentes "mudras" o gestos con las manos.





Más que para el culto, el templo es para la meditación y el descanso, o acercarse a admirar el árbol  Bodhi, que reprodujeron desde un esqueje del Sri Maha Bodhi de Anuradhapura. El árbol está rodeado no sólo de estatuas budistas, sino también de dioses hindúes como Shiva o Ganesh, dando a entender que este precioso sitio está abierto a todas las religiones.





En una de las plataformas se encuentra el conocido como "Tesoro de la Verdad", una biblioteca de importantes textos budistas a la que sólo tienen acceso los monjes ordenados.

Nuestro siguiente punto de interés es la Lotus Tower o Torre del Loto, con sus impresionantes 350 metros de altura, que la hacen la decimonovena torre más alta del mundo. Se utiliza como punto de observación, de comunicaciones y de celebraciones y ocio.

Levantar esta gran torre costó unos 107 millones de euros, y su diseño se inspira en una flor de loto, que simboliza la pureza y también el floreciente desarrollo del país. Cada noche desde casi cualquier punto de la ciudad, puede verse el espectáculo de luces que tiene lugar en su cumbre.

El antiguo faro de Colombo terminó de construirse en 1857. y en ese momento, con sus 29 metros de altura, era el edificio más alto de la ciudad.
Funcionó como faro hasta 1952, cuando las estructuras que lo fueron rodeando impedían ver su luz. A partir de esa fecha siguió su uso como torre del reloj, con un mecanismo diseñado por los relojeros ingleses Dent, responsables del Big Ben de Londres, que incluía una campana principal de 250 kg y dos auxiliares de 150 kg.

A escasos metros de la Torre del Reloj, se encuentra el Museo de la Historia de la Economía. El edificio es famoso por dos hechos: el primero es que marca el "Punto cero" o punto de partida de la carretera hacia Kandy, y el segundo es porque conserva la lámpara de brazos más alta de Asia.

Nuestra última visita de la ciudad es el Antiguo Hospital Holandés, el edificio más antiguo del área del Fuerte de Colombo, ya que data de 1681.
En principio su uso era exclusivamente para los oficiales y soldados que prestaban servicio en la Compañía Holandesa de las Indias Orientales. Pasada la época holandesa, albergó a los boticarios de Colombo y entre 1980 y 1990 fue comisaría de policía.

Ya en 2011 se propuso dar un uso comercial a este edificio de cinco alas y dos patios, diseñado para proteger a sus ocupantes del calor y la humedad, con paredes de medio metro de ancho.
Hoy es un animado centro comercial y de ocio con el encanto que dan sus vigas de madera de teca y suelos de madera.

Al día siguiente nos esperaba una dura jornada de tren en nuestro camino hacia el norte de la isla, así que tras un paseo por el paseo costero de Galle Face Green, nos fuimos a descansar a nuestro hotel.

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