Antananarivo, también conocida coloquialmente como "Tana", se encuentra en el centro del país, sobre una serie de colinas en las tierras altas centrales, a una altitud aproximada de 1.300 metros sobre el nivel del mar.
Fundada en el siglo XVII como capital del Reino Merino, Antananarivo tiene una rica historia ligada a la monarquía malgache, la colonización francesa y la independencia nacional. Su nombre significa "la ciudad de los mil", en referencia a los mil soldados que, según la leyenda, protegían al primer rey Merina.
Hoy en día, Antananarivo es el centro político, económico y cultural de Madagascar. Alberga instituciones gubernamentales, universidades, museos, mercados tradicionales como el famoso Zoma, y monumentos históricos como el Palacio de la Reina (Rova de Antananarivo). A pesar de su belleza y carácter vibrante, la ciudad también enfrenta desafíos como el crecimiento desordenado, la pobreza urbana y problemas de infraestructura.
Con una mezcla de arquitectura colonial, barrios populares y zonas modernas, Antananarivo ofrece una mirada única a la vida malgache, siendo el punto de partida ideal para explorar la diversidad natural y cultural del país.
El Mercado de Analakely, ubicado en pleno centro de Antananarivo, es mucho más que un simple lugar de compras: es uno de los espacios más vivos y representativos de la capital malgache. Aquí confluyen sonidos, colores y aromas que reflejan la diversidad cultural de Madagascar.
Este mercado se extiende por una zona histórica de la ciudad, abarcando calles y galerías comerciales que se llenan diariamente de comerciantes, vecinos y visitantes. Desde primeras horas de la mañana, Analakely cobra vida con el ir y venir de personas cargando cestas, negociando precios y compartiendo momentos cotidianos.
En Analakely se vende prácticamente de todo. Los productos cambian con las estaciones, pero la variedad es constante. Podemos aquí encontrar frutas y verduras locales provenientes de las tierras altas, especias y plantas medicinales, ropa, calzado y textiles, artesanía como las famosas cestas tejidas, figuras talladas en madera y comidas preparadas, como arroz con salsa de carne, frituras de harina de arroz (mofo), o snacks dulces a base de cacahuetes. Más allá del comercio, Analakely es un lugar donde se vive la ciudad. Es un punto de encuentro, de intercambio, de tradición y modernidad. Pasear por este mercado es observar la vida cotidiana en movimiento, con sus desafíos y su energía única.
El Rova fue originalmente la residencia real del Reino Merino, que gobernó gran parte de la isla antes y durante los primeros años del contacto con Europa. Su estructura principal fue construida en el siglo XVII, aunque varias ampliaciones y modificaciones se realizaron con el tiempo, especialmente durante el reinado de la Reina Ranavalona I en el siglo XIX.
El complejo incluía varios edificios de madera tradicionales, tumbas reales, salas ceremoniales y, más tarde, estructuras de piedra y ladrillo que reflejan la influencia europea, como el Palacio de Manjakamiadana, construido con ayuda de arquitectos franceses.
En 1995, un incendio devastador destruyó gran parte del palacio, causando la pérdida de muchos elementos originales. Fue un golpe muy duro para el patrimonio cultural malgache. Desde entonces, se han realizado trabajos de restauración, con apoyo tanto nacional como internacional, para recuperar y preservar este sitio histórico.
Actualmente, el Rova está parcialmente reconstruido y abierto al público en visitas guiadas, que explican tanto su significado político como espiritual.
La visita al Rova de Antananarivo permite explorar no solo la historia de la realeza malgache, sino también su arquitectura, rituales, espiritualidad y visión del poder. El complejo está en proceso de restauración, pero aún conserva estructuras originales y reconstrucciones que ofrecen una experiencia profunda y simbólica.
El edificio más icónico del complejo, Manjakamiadana (que significa "donde es agradable gobernar"), fue construido en el siglo XIX bajo el reinado de la Reina Ranavalona II, con diseño del arquitecto escocés James Cameron. Es una fusión de estilos malgache y europeo, Hecho originalmente en madera y luego revestido con piedra, tenía techos en forma de aguja y una torre central. Contenía los tronos reales, objetos ceremoniales, documentos y mobiliario de la corte y aunque fue gravemente dañado por el incendio de 1995, su reconstrucción conserva la forma original y una parte de su interior ha sido restaurada para mostrar elementos de la vida en la corte merina.
Dentro del complejo hay tumbas dedicadas a los antiguos soberanos Merinos. Las más importantes son las de la Reina RanavalonaI, la Reina Rasoherina, la Reina Ranavalona II y la Reina Ranavalona III (trasladada posteriormente)
Estas tumbas son lugares sagrados, respetados por muchos malgaches. Según la tradición, los antepasados (razana) siguen teniendo una influencia activa en la vida, por lo que el respeto a los espacios funerarios reales es fundamental.
Dentro del Rova también se reconstruyen algunas casas tradicionales malgaches de madera, utilizadas por miembros de la familia real o como lugares de ritual. Estas estructuras muestran la arquitectura típica de las tierras altas y su disposición refleja jerarquías sociales y espirituales. Poseen tejados altos y empinados, columnas simbólicas y una orientación específica según la cosmología malgache (norte-sagrado, este-renacimiento, oeste-muerte).
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