lunes, 1 de agosto de 2016

La Costa Azul (I).Toulon y Borme Les Mimosas.


Puerto de amarre del portaaviones Charles-de-Gaulle, Toulon es igualmente el primer puerto de comunicación con Córcega. A pesar de la presencia de numerosas bases militares, la ciudad ha conseguido desarrollar su sector terciario. Incluso ha obtenido la distinción europea de Bandera Azul por la calidad de sus aguas. Además de su ciudad balnearia, la ciudad ofrece una gran riqueza cultural. Habiendo contado al barón Haussmann como prefecto del Var, la ciudad alta de Toulon se convierte en un terreno propicio para las experiencias de este arquitecto visionario. Antes de comenzar París y por orden de Napoleón III, agranda la ciudad de Toulon. Pedirá también ayuda a Garnier para construir una Ópera. Este monumento servirá de prueba para Garnier antes de construir la famosa Ópera Garnier de París.



Antiguamente llamada Telo Martius, la ciudad de Toulon ha sido creada por diferentes pueblos del mar, como los ligures o los griegos. Utilizada primeramente como lugar de intercambios comerciales, la ciudad pasó a ser rápidamente el centro de numerosos conflictos. Estando bajo la protección romana como el resto de la región, la ciudad fue conocida por sus tintorerías de púrpura real, color obtenido de los murex, los moluscos que se encuentran en la Rada de Toulon. Saqueada, devastada por las guerras y los ataques de piratas, la ciudad construye fortificaciones a partir de 1197. Las flotas militares crean entonces sus barrios en el puerto, que sigue siendo aún hoy el primer puerto militar de Europa.



 En nuestro rápido paseo mientras íbamos a recoger el coche de alquiler disfrutamos de un pequeño mercado callejero...


La Ópera en la Plaza Victor Hugo...

La Plaza de la Libertad, centro neurálgico de la ciudad y adornada con una monumental fuente donde suelen reunirse los habitantes de Toulon...


 O la Cámara de Comercio e Industria...

Una vez recogido el coche que habíamos alquilado en la web de Avis, muy barato y estupendo ( un Citroën totalmente nuevo) en la estación de trenes, nos dirigimos a Borme Les Mimosas, un precioso pueblo provenzal.
Bormes-les-Mimosas es una comuna en el departamento de Var, en la región de Provence-Alpes-Côte d'Azur, con un maravilloso clima mediterráneo.



La capilla de Saint-François-de-Paule, construida en el siglo XVI en homenaje a San Francisco de Paula, que un siglo antes había salvado al pueblo de la muerte negra, fue nuestro punto de partida en la visita al pueblo.





Es un espectacular pueblo rodeado de eucaliptos ( hacen un maravilloso perfume de flor de eucalipto y limón que compré en la Savonnerie du Borme) y mimosas en la cima de una ladera desde la cual uno se deja seducir por una vista panorámica de la zona. Cerca de la Lavandou y no muy lejos de Saint Tropez, la mañana soleada y la hora temprana nos permiten disfrutar de un paseo por calles estrechas y llenas de flores en las que las tiendas de souvenirs aun no han abierto y los turistas aun no han llegado.


La iglesia principal es San Trófimo, con su peculiar reloj de sol.





Los callejones y pasajes entre las calles del pueblo descubren al visitante casonas rusticas donde plantas y flores son la decoración principal. Calles de piedra, pizarra o tejas negras en los tejados, una pequeña iglesia y las ruinas de un castillo medieval son sus encantos principales.

El punto más alto del pueblo es el Castillo de los señores de Fos, construido entre los siglos XIII y XIV. Aunque no está abierto al público es el lugar perfecto para admirar el magnífico panorama que abarca la bahía de Lavandou, las islas de Levante y Port Cros, el puerto de Favière y el dominio privado de Cap Bénat y Gaou Bénat.




Sentado en la terraza del castillo que domina todo el pueblo, es recomendable descansar de la subida mientras se mira hacia la planicie y las Islas de Oro que asoman a lo lejos.


En un rincón del parque hay un monumento a Hipólito Bouchard, héroe de la Independencia Argentina nacido en el pueblo.


Callejear por Borme es una delicia para los sentidos.

La parte romántica que suena 'Les Mimosas' del nombre se añadió en 1968, para celebrar el hecho de que hayan infinidad de flores, árboles y arbustos en la ciudad - en particular, mimosas, por supuesto - y para promover el turismo.

Los couberts, característicos de Borme, son pasadizos que discurren bajo las antiguas casas de piedra ocre.





Delante del ayuntamiento se levanta un monumento a la gloria de la Revolución Francesa.

Para finalizar los restos de un viejo molino en la Plaza de Saint François, lugar de reunión para jugar a la tan francesa petanca y del mercado provenzal que se celebra una vez a la semana.


Y con este buen sabor de boca seguimos hacia Saint Tropez.

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