viernes, 1 de mayo de 2020

Recorriendo la Provincia de Sevilla (I)

En medio de un valle
Marchena se levanta en medio de un valle, entre dos colinas. Tierra eminentemente agrícola, ha visto nacer a importantes cantaores flamencos, que han llevado por todo el mundo el arte indiscutible de esta villa sevillana. Su fisonomía guarda un rancio y auténtico sabor andaluz y es testigo de siglos de historia.






Unida desde el siglo XIV a los Ponce de León y Duques de Arco, pasa a ser su joya más preciada, por lo que la embellecen y desarrollan arquitectónicamente como pocas otras villas de Andalucía.



Esto hace que en su catálogo de imprescindibles figuren un buen número de edificios civiles y de iglesias cargadas de valor artístico.




Lugares tan tradicionales como el Palacio Ducal, el arco de la Rosa o el de Santa María, los conventos de Santa Clara o la Mercedarias, o la amplia plaza del ayuntamiento, atraen a gran número de visitantes. Puntos de interés que suman calidad para los viajeros que la visitan son sin duda espacios artísticos como el Museo Zurbarán localizado en la parroquia de San Juan Bautista, o el de Lorenzo C. Valera ( adjunto a la oficina de turismo).



Las casas se abren a los visitantes si se muestran curiosos y respetuosos. Una palabra dicha en el momento exacto, puede hacer que cualquier marchenero se ofrezca, orgulloso a enseñarnos su fresco y colorido patio, cuidado con esmero y amor, como toda la villa de Marchena.





La iglesia y su convento
Marchena fue la capital del señorío de los Ponce de León, familia perteneciente a la más antigua y rancia nobleza de España, por ello, el palacio ducal fue construido y constituido en su centro neurálgico. Residencia de los Señores de Marchena y Duques de Arcos, nació como resultado de la transformación de la antigua alcazaba islámica, que era castillo de la Mota, en un palacio renacentista y luego barroco.

Con el tiempo se añadieron la que es ahora Iglesia de Santa María y que en teoría no es más que la capilla del palacio desde el siglo XIV, pero que por su tamaño parece el principal templo del pueblo y que fue creciendo hasta tomar la forma actual en 1751.

Anexa a ella, se encuentra el convento de la Purísima Concepción, que data de 1623 y que es en la actualidad una de las mejores hospederías, que no hotel, de Andalucía, regido por las hermanas franciscanas clarisas.

Con toda sinceridad, el espacio que ocupa el recinto civil y el religioso es una auténtica delicia y el convento, vende, con toda razón a sus huéspedes, la ocasión de olvidar el estrés de la gran ciudad y evadirse por un tiempo de la rutina urbana, un lugar apropiado para el descanso del cuerpo, la mente y el espíritu.

La alcazaba islámica
Justo en este lugar se encontraba la antigua Al-qasaba árabe de la que no queda nada más que algún que otro cimiento. Era el centro administrativo de la medina y por ello estaba en la zona más alta de la ciudad.

Su importancia era tal, que tenía su propia muralla, reforzada aún más que la que rodeaba la ciudad, para poder controlar militarmente los disturbios producidos en el interior de la medina, así como los asaltos procedentes del exterior. Gracias a escritos y legajos que han investigado los historiadores, se sabe que su valor estratégico y civil era muy grande, por lo que también debía serlo su perímetro defensivo, lo que ahora nos permite disfrutar de arcos como el de la Rosa -con su famoso triple escudo, en cuya parte superior aparece el papal y en la inferior el de los Ponce de León.


En el centro hay una columna que representa la familia italiana a la que pertenecía el Papa Martín V, los Colonna- o el de Santa María, que han sabido restaurar y mantener los marcheneros.

La iglesia y su capilla
Sale al paso, como pidiendo que no olviden su importancia y su valor histórico, sabiendo que su capilla del siglo XVIII es una de las estructuras artísticas de más valor de Andalucía.

Y eso que se construyó en lo que eran los arrabales de la ciudad de Marchena por el mismo siglo, aunque ya la torre data del XVI, para venerar al patrono de la ciudad, San Sebastián, en una primigenia ermita.

Aunque la iglesia es realmente hermosa, el valor añadido lo tiene por la capilla circular que guarda el altar de la Virgen de los Desamparados y que constituye una verdadera joya barroca, siendo uno de los pocos ejemplos de capillas circulares añadidas de España.

El templo fue seriamente dañado por el terremoto de Lisboa, pero el desastre sólo reforzó la fuerza del barroco en España y Portugal.

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