En esta opción decidimos hacer una ruta alternativa fuera de los puntos habituales de visita en la isla. Y tan fuera que nos fuimos de la isla...
Como era mi segunda visita a la Mykonos, decidimos visitar la isla de Delos, así que caminamos hacia el muelle...
En un pequeño quiosco compramos el billete de ida y vuelta
Y subimos al barco que nos llevaría en un trayecto de media hora a la isla sagrada.
Arriba se estaba bien antes de partir, pero luego la cosa, como el viento, cambió.
Baño ' ad hoc', sencillo y funcional.
Y llegamos a Delos.
Delos
es una isla diminuta, quizás la más chiquita o una de las más pequeñas
de todas las islas que forman parte del archipiélago griego. Mide apenas
3.5 kilómetros cuadrados y está prácticamente deshabitada, pues apenas
viven allí unas 15 personas.
Sin
embargo la significación histórica y cultural de Delos es inmensa. Allí
nacieron los dioses gemelos Apolo y Artemisa. En ese lugar existió uno
de los santuarios y oráculos más importantes de la antigua Grecia. Sus
ruinas arqueológicas (que son patrimonio de la humanidad), tienen un
valor incalculable.
Se
conocen diversas versiones acerca del origen de Delos, todas envueltas
en la magia del mito y la leyenda. Una de las más aceptadas cuenta que
Asteria, una misteriosa diosa primitiva de los oráculos, las profecías,
las adivinaciones nocturnas, los sueños proféticos y la astrología, era
acosada sexualmente por Zeus y para escapar de su poderoso pretendiente
se transformó en codorniz y emprendió el vuelo. Pero Zeus se convirtió a
su vez en águila y continuó persiguiéndola en el aire, de manera que a
Asteria no le quedó más remedio que precipitarse hacia el mar. Al
estrellarse en el agua Asteria se transformó en una isla errante que al
comienzo fue llamada Ortigia (“isla de las codornices”) pero después fue
nombrada Delos, que significa “visible”.
Leto,
hermana de Asteria, era una divinidad que simbolizaba el olvido y al
mismo tiempo representaba la luz del día (a diferencia de Asteria que
representaba la oscuridad de la noche). Leto también era pretendida
sexualmente por Zeus, pero ella sí se sometió a sus requerimientos
amorosos.
Habiendo
quedado embarazada de su relación con Zeus, Leto sufrió el enojo de
Hera (esposa de Zeus) quien dispuso que la amante de su marido no
pudiera encontrar ningún lugar en el mundo donde parir la criatura que
llevaba en su vientre. Y así fue: Leto vagó por todo el mundo soportando
intensos dolores de parto, buscando un lugar para dar a luz, pero en
ninguna parte lo podía hacer. Entonces Zeus decidió ayudarle y, con ese
propósito, sujetó con largas y poderosas cadenas en el fondo del mar, a
la isla flotante en la que se había convertido Asteria. Allí Leto pudo
tener su parto, que fue de gemelos y del cual nacieron Apolo y Artemisa.
Por
eso la pequeña isla de Delos fue considerada como el centro de Grecia y
se estableció allí uno de los santuarios y oráculos más importantes de
la antigüedad.
Además,
debido a las vicisitudes que tuvo que pasar Leto para alumbrar a los
dioses de la luz (Apolo) y de los nacimientos (Artemisa), Zeus dispuso
que desde entonces no se permitiera que nunca más nadie pudiera nacer ni
morir en aquella isla, de manera que cuando una mujer embarazada estaba
cerca de parir, o cualquier persona a punto de morir, era llevada a una
isla cercana llamada Rinia.
Sobre
el origen de Delos se decía también que cuando Leto no podía encontrar
un lugar donde parir, Zeus pidió ayuda a Poseidón, su poderoso hermano
que era el dios de los mares. Poseidón golpeó el fondo del mar con el
tridente que los cíclopes habían forjado especialmente para él como
símbolo e instrumento de su gran poder, provocando un terremoto que hizo
surgir a la superficie dos grandes peñascos, uno de los cuales sería la
isla de Delos y el otro la isla de Rinia.
Delos es actualmente un importante centro cultural de Grecia con ruinas de gran valor arqueológico e histórico.
Los
arqueólogos que han estado trabajando durante más de 20 años en la isla piensan que tres cuartas partes del territorio no han sido aún
excavadas y calculan que las obras arqueológicas requieren fondos de 1,2
millones de euros.
Las
excavaciones en la isla se comenzaron en 1873 a cargo de arqueólogos
franceses venidos desde Atenas que se financiaban gracias a las
donaciones privadas como la del duque de Loubat entre 1904 y 1914 que
propició un gran avance en las excavaciones pero fue a partir de 1982
cuando mayor actividad alcanzaron los esfuerzos de los arqueólogos
encabezados por el jefe de la excavación durante 24 años, Panagiotis
Hatsidakis, hasta conseguir el aspecto que actualmente se puede admirar y
que no es más del 25 por ciento de lo que aún queda por descubrir. En
los últimos años la Unión Europea ha aportado fondos destinados para la
mejora de los accesos a los distintos monumentos sobre todo para
personas discapacitadas.
Continuamos el recorrido visitando el Museo de Delos, donde mal que
bien, están alojados los hallazgos y algunas piezas originales como los
leones.
Seis habitaciones contienen las estatuas y relieves encontrados en
Delos; dos habitaciones contienen la cerámica y la otra habitación
contiene elementos utilizados en la vida cotidiana en la antigua Grecia.
De
originalmente nueve, no quedan más que cinco leones (se trataría más
precisamente de leonas) de mármol de Paros o de Naxos, alojados en el
museo de la isla. En el lugar original, mirando al lago sagrado se
encuentran actualmente cinco copias, formando a modo de avenida a lo largo de la Vía Sacra. Una
sexta fiera fue llevada como botín a Venecia, junto con otros leones
llevados de Grecia, a finales del siglo XVII y fue colocada montando
guardia en la puerta principal de su arsenal.
Y seguimos paseando para descubrir más maravillas.
Grandes trabajos en bustos y mosaicos
En
el siglo VIII a.C. en Delos se desarrollaban ya solemnes ceremonias y
cultos, así como importantes competiciones deportivas cada cinco años en
honor al dios Apolo. Durante los dos siguientes siglos se sigue
acrecentando la importancia de Delos como centro religioso y político
que culmina en el siglo V a.C. Muchos de los restos que hoy en día se
pueden admirar en la isla datan de este periodo como la Terraza de los
Leones dedicada a Apolo y mandada construir por los habitantes de la
cercana isla de Naxos que en aquella época tenían cierto dominio sobre
el Egeo.
Durante el siglo II a.C. y dependiendo ya de Roma,
Delos llegó a tener unos 30.000 habitantes y por su puerto se estima que
se gestionaba el comercio de unas 75.000 toneladas de distintas
mercancías al año.
Su decadencia se precipita en el siglo I a.C.
cuando otros puerto mediterráneos adquieren mayor importancia y además
sufre sucesivos saqueos y ataques durante las Guerras Mitridiáticas
entre la república de Roma y Mitridates VI rey del Ponto en Asia Menor,
quedando la isla destruida y despoblándose gradualmente hasta que en el
siglo VI d.C. queda definitivamente deshabitada.
Desde
el siglo XVII viajeros europeos comenzaron a visitar esta pequeña isla atraídos por la fascinación que la cultura clásica producía en las
clases cultivadas de los países del viejo continente y no ha cesado en
ningún momento hasta nuestros días. Actualmente la isla de Delos sigue
siendo una joya para los amantes de la historia y la arqueología y para
cualquiera que sepa leer entre sus piedras su historia que forma parte
de la nuestra.
El recinto arqueológico ocupa gran parte de la
pequeña isla y se puede visitar en más o menos tiempo dependiendo del
tipo de visita que se elija (de 1 hora y media, 3 horas o 5 horas)
constituyendo un autentico museo vivo sobre el emplazamiento original de
los restos que se pueden admirar.
Al
este del santuario se encuentra una gran construcción alargada del
periodo helenístico (final del siglo IV y principios del siglo III)
conocida como Santuario de Tauron o de los Toros.
Se cree que
sirvió para albergar una nave ofrecida en conmemoración de una victoria
naval por el tipo de decoración del edificio basado en temas marinos con
nereidas, delfines y monstruos del mar.
Hacia
el norte numerosos edificios van sucediéndose, como la Stoa de
Antígonos (escuela para impartir conocimientos), los Tesoros (edificios
en los que se depositaban las riquezas de distintas ciudades), el
pequeño Templo jónico de Artemisa, la Tumba de las Dos Vírgenes, el
Litoon, el Mercado de los Italianos (el ágora dedicada a la venta de
esclavos, que era un lucrativo comercio para la isla), el Posidón Buritó
( sede de una asociación de mercaderes, banqueros y navegantes de
origen fenicio) etc.
También se han encontrado numerosos edificios de carácter público
como el Gimnasio, la Palestra, el Estadio, el Teatro (situado en el
barrio más rico y con aforo para 5.000 personas), la Fuente de Minos,
enormes cisternas para recoger el agua de lluvia, el Bouleterion (sede
del senado de la ciudad), el Pritaneo (donde vivían los magistrados más
importantes y sede del archivo de la ciudad).
Delos espera en el epicentro del Mar Egeo para mostrar su sorprendente
tesoro de arte e historia viva que transporta a remotos tiempos en los
que las inquietudes de las personas no diferían tanto de las actuales,
la política, el comercio, la religión y el arte ocupaban la mayor parte
del tiempo y los pensamientos de aquellos que habitaban en la isla de
Apolo, la isla de la luz.
Y con esto volvimos Mykonos, donde esperaba nuestro barco.
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