domingo, 5 de junio de 2016

Las más hermosas islas griegas (III): Corfú (I)

Corfú es mucho más que la isla donde vivió la famosa Emperatriz Sissi. Es quizá la más cosmopolita de las islas griegas y una de las más cargadas de historia. 

Visitar sus puntos de interés es muy fácil y cómodo.
Uno de los días más calurosos de mi vida con la vista del Nieuw Amsterdam de Holland America Line.

 Algunas imágenes de Corfú desde el barco.


Bajamos en el tender a tierra y al no encontrar los shuttle que llevaban a la entrada del puerto, decidimos caminar. 
Paramos para tomar un café. Tres cafés aguachirri como decimos en Canarias.....9 euros.

 Miren este señor que griego, sobre todo los bigotes.


Es muy fácil llegar al centro, porque aunque no hay línea azul, como en muchos puertos , basta con seguir caminando por la franja costera hasta llegar al pie de la muralla de la Fortaleza Nueva sobre la colina de San Marcos.

 Monumento a los griegos muertos en la Guerra.

Los venecianos empezaron a trabajar a la Nueva Fortaleza (Neo Froúrio) en el 1576, a sólo 30 años de la construcción de la Fortaleza Vieja, para demostrar que la defensa de la ciudad de Corfú era muy importante para ellos.

Seguimos caminando y entramos por la primera calle que encontramos, a la ciudad. De repente aparece el monumento “Nunca más en ningún paÍs", dedicado a la memoria de los 2000 judíos de Corfú que perecieron en los campos de concentración de Aushwitz y Birkenau en Junio de 1944.

Estamos en el antiguo Ombriakí o Barrio Judío.

No me pude resistir a comprar jabones...


Esta casa del barrio de Campiello, está en medio de la calle.

Ya en pleno casco antiguo encontramos la  Iglesia de Pantocrator,  típica iglesia ortodoxa en el centro de Campiello. La iglesia, que está dedicada a la Transfiguración del Cristo Pantocrátor, fue edificada e la segunda mitad del siglo XVI. Las fechas del iconostasio de piedra son posteriores, de la primera mitad del siglo XVIII.






Seguimos caminando un poco más y llegamos a la Catedral de Agios Spirodonos.
Siempre llena de ciudadanos y visitantes, esta iglesia parece sorprendentemente pequeña si se considera su importancia. Contiene, en efecto, las reliquias de San Espiridión, patrono de la isla de Corfú. Está ricamente decorada con iconos, frescos, adornos de plata y oro y hospeda el magnífico ataúd del santo. Perdón por la foto pero la tuve que sacar a escondidas...

Nacido en la isla de Chipre, San Espiridión habría realizado muchos milagros antes de su muerte, ocurrida en el 350 d.C. Después de la caída de Constantinopla, sus restos fueron llevados a Corfú en 1456 y se construyó una iglesia para albergarlos. Fue finalmente derruida y reemplazada por la actual iglesia en 1590. Su campanario de cúpula roja es la torre más alta de la isla y un punto de referencia en la ciudad de Corfú.

En unos grandes cuadros se representan escenas de la Anunciación, de la última Cena y de la Transfiguración, así como numerosas figuras religiosas. Los increíbles frescos del techo muestran escenas de la vida de San Espiridión. Hay también muchas lámparas de plata, candelabros y quemadores de incienso por lo que la iglesia es famosa por contener el mayor volumen de plata de todas las iglesias de Grecia, en contienda con la Panagia Evangelístria de la isla de Tinos, que reivindica la primacía.

Los restos del santo se encuentran en una urna de plata ornada con una docena de medallones decorados a esmalte, en una pequeña capilla a la derecha del altar. Espiridión también es el patrono de los marineros y los protege de naufragios, reconduciéndolos sanos y salvos al puerto durante las tempestades. Los fieles hacen cola para besar su ataúd y dejar notas con ruegos de ayuda.

Cuatro veces el año, el ataúd es abierto para exponer el rostro momificado del santo, bajo un vidrio. Sobre sus pies hay zapatillas bordadas que se reemplazan cada año, en cuanto se cree que las viejas son consumidas por sus paseos nocturnos en la ciudad. Con ocasión del Domingo de Ramos, el domingo de Pascua, el 11 de Agosto y el primer domingo de Noviembre, el santo es llevado por las calles de la ciudad en posición vertical en su ataúd abierto. Las cuatro procesiones conmemoran las cuatro ocasiones en que ha salvado la isla de los desastres: una vez del hambre, dos veces de la peste y una vez de la invasión turca. En esta foto que he encontrado podemos verlo en pleno paseo (¡¡¡Pobre Santo!!!)

Avanzamos un poco más y llegamos a la Spianada, donde se ubica la Fortaleza Vieja.

La Fortaleza Vieja (Paleo Froúrio) es el más sorprendente símbolo de la ciudad de Corfú, visible con acercarse a la ciudad desde el mar, con el avión o a lo largo de la carretera costera. Se encuentra a este del casco antiguo sobre la cumbre de un promontorio rocoso y ofrece una magnífica vista sobre la ciudad y sobre la costa en ambas las direcciones.


La primera fortificación fue construida aquí en el siglo sexto para proteger la ciudad. Los venecianos reconstruyeron sus paredes en los principios del siglo XV y cavaron un foso defensivo, la Contrafosa, que tenía un puente levadizo de madera. El ejército griego usó por fin la fortaleza hasta  1979, cuando iniciaron las restauraciones arqueológicas para ser abierta al público.

Hoy la fortaleza, en la que también se celebran conciertos y eventos culturales, es alcanzable desde la Spianada por un puente sobre la Contrafosa, ahora pintoresco canal lleno de embarcaciones de deporte.


El precioso paseo adoquinado de Liston aúna tres arquitecturas perfectamente fusionadas: la veneciana, la francesa y la británica.

Sobre su nombre hay dos teorías. Una cuenta que su nombre proviene de las placas de mármol con las que se pavimentó su suelo. La otra dice que hace siglos, en la entrada del paseo existía una lista con los nombres de las familias de la nobleza de la ciudad que les daba derecho a pasear por la plaza, privilegio vedado a la gente común y los extranjeros.

En uno de sus extremos encontramos el precios edificio del Museo de Arte Asático.


Otra perspectiva de la fortaleza veneciana que vimos antes.

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