"La Magia del Pinar" es el acertado nombre que ha recibido este camino de hoy que nos regalará sonidos de silencio, de paz, de susurros y de naturaleza en estado puro.
Comenzamos nuestro sendero en el lugar llamado "Cruz de los Llanos", en dirección a nuestra meta, la Vega de San Mateo, donde llegaremos tras 3 horas y 13 kilómetros prácticamente en bajada, por lo que podemos decir que es una ruta cómoda y que apenas requiere esfuerzo.
Recomiendo encarecidamente en este recorrido de hoy, dejarse envolver por los colores, el silencio, los contrastes, y las pequeñas sorpresas del camino, que dejarán un recuerdo imborrable en nuestra memoria.
La zona por la que discurre la ruta de hoy, fue en el pasado muy transitada, ya que la gran masa forestal de pino canario que cubría la isla proporcionaba grandes y variados recursos, como leña para fabricar carbón con el que alimentar los motores de los barcos de vapor que recalaban en el Puerto de La Luz, brea para impermeabilizar los cascos de las naves en reparación, tablones de la magnífica y olorosa tea canaria con el que se construyeron por ejemplo los magníficos balcones de Teror o la recogida de pinocha (aguja de pino) para empaquetar los plátanos.
Hacemos en este punto un alto para disfrutar del picnic y del maravilloso bosque que nos rodea. Aprovecho este descanso para resaltar la importancia de mantener nuestro patrimonio natural en perfectas condiciones, ya que tenemos la fortuna de poseer especies de árboles que captan el agua y la humedad de la atmósfera y permiten que por condensación pase al suelo donde puede ser aprovechada, fijan el suelo con lo que frenan la erosión natural, y muy importante, son una auténtica reliquia de la Era Terciaria.
Pinares como los de Tamadaba, Pajonales o Inagua deben ser protegidos con toda prioridad, ya que es una especie con tal resistencia al fuego que si no fuera por su presencia todas las cumbres insulares serían áreas deforestadas o auténticos desiertos de rocas erosionadas. Es por tanto el pinar un elemento fundamental, ya que crea condiciones únicas para que otras plantas puedan nacer y crear un ecosistema.
Cuando dejamos atrás los últimos pinos entendemos que la magia de estos árboles existe y debemos cuidarla y protegerla.
Los eucaliptos nos van acercando a las zonas pobladas.
En una perfecta simbiosis entre modernidad y tradición, San Mateo sobresale entre los municipios de la isla por su amor al campo, a las costumbres, al buen hacer y sobre todo a esa forma de ser tan canaria, noble y acogedora con el visitante.
San Mateo tiene mucho que ofrecer, ya que es guardiana de tradiciones rurales, de buena gastronomía, de magnificas rutas de senderismo, de paisajes y de un precioso y cuidado casco antiguo.
Y llegamos al final de la ruta entrando por La Lechuza, uno de los barrios con más solera de los que conforman la localidad.
¡Y ay!, aquí tengo que desplegar todas mis pocas dotes poéticas, ya que mantengo un idilio de amor desde hace años con el lugar que vamos a visitar, el Hotel Rural Las Calas.
La antigua casona del siglo XVIII que había pertenecido a varias familias hasta el año 1998, cayó en las mágicas manos de Magüi Carratalá. Y así nació un lugar maravilloso y único.
Calidez en los colores que ha elegido la propietaria para dar una nueva vida a una casa solariega que se había perdido en la historia, toques árabes en las celosías de las habitaciones, recuerdos de decenas de hogares y fogones en la maravillosa colección de porcelana y cristal de la que nos permite disfrutar en el pequeño pero acogedor comedor, donde todos los huéspedes comparten mesa, para intercambiar experiencias, vivencias y sensaciones. Espacio en el que los sentidos se deleitan con la maravillosa cocina, suculenta y sabrosa, casera y de sabores sencillos pero apetitosos, que con tanto cariño prepara el pequeño pero muy eficiente equipo del hotel.
Y es la intención de Magüi que en todo momento tengamos esa sensación de confort, de bienestar, de sentirnos arropados y cuidados en un hotel que por unos días se convierte en nuestro segundo hogar.
Para ello cuida de cada pequeño detalle no sólo en la decoración, para la que tiene un gusto exquisito ( sencillo, sin abigarramientos, pero elegante y acogedor), sino también en la atención, cercana pero con cortesía como corresponde a una autentica dama de educación envidiable.
Horas pasaríamos charlando con Magüi sobre viajes, senderismo, libros o de mil y un temas en el acogedor y luminoso salón, cubiertos por las cálidas mantas para paliar el fresco de las noches de la Vega de San Mateo. Forma parte de su manera de ser, su amabilidad y su capacidad para hacer sentir a sus huéspedes cómodos y bien acogidos.
Y eso lo transmite al hotel, como si fuera una parte indivisible se sí misma, como si Magüi fuera la sangre que circula por cada una de las estancias del edificio, dándole vida y haciéndolo latir.
Y eso lo transmite al hotel, como si fuera una parte indivisible se sí misma, como si Magüi fuera la sangre que circula por cada una de las estancias del edificio, dándole vida y haciéndolo latir.
Y como no podía ser menos, en esta ocasión también demostró sus habilidades y encantos como anfitriona para agasajar a los participantes de la ruta, ofreciendo exquisitas muestras de la gastronomía y los vinos de la zona
Agradecidos pero al tiempo tristes por dejar el precioso hotel, nos dirigimos a Las Palmas, para descansar unas horas y disfrutar de la última ruta del Gran Canaria Walking Festival.
Y llegó el momento de deleitarse con una de las rutas más interesantes del programa, " Un paseo por las Nubes".
Partimos desde el campamento "El Garañón" para seguir un corto y sencillo recorrido de apenas 3 kilómetros, sobre el que durante 3 horas se desplegarán todos los encantos de los cielos de Gran Canaria.
El prestigioso astrónomo Frank Rodriguez, una eminencia en el campo de la astrofísica y un gran comunicador puso al alcance de nuestra mano las estrellas, los planetas, las constelaciones y las galaxias.
La sencillez de sus explicaciones y la pasión que pone en cada una de sus palabras hicieron amena y corta esta ruta diferente, que serviría para poner broche de oro a un encuentro de senderistas que marcaría un hito en la historia de Gran Canaria por el gran número de participantes y la variedad, riqueza e interés de las rutas ofrecidas.
Ya cuento los días para inscribirme de nuevo en el Gran Canaria Walking Festival de este año 2020, que será aún mejor y que seguro que ya prepara con dedicación y cariño Gran Canaria Natural & Active.
Nos vemos muy pronto en Gran Canaria, Reserva Mundial de la Biosfera y paraíso de los amantes del senderismo...
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