viernes, 1 de julio de 2016

Las más hermosas islas del Caribe (I): Aruba

Aruba resuena en nuestra imaginación como el destino paradisiaco por excelencia del Caribe. Y para ser sincero, aunque masificado, no decepciona.

Decidimos coger un microbus que por 10 dólares cada uno nos llevará a los puntos más importantes en aproximadamente 2.30 horas.



Atravesamos la ciudad, y nos dirigimos hacia el norte.
Vemos una colina a la que llaman Montaña de Heno, por su forma.






Nos detuvimos unos momentos en una formación rocosa a la que se puede subir para ver todo el panorama de la isla.
Luego fuimos a ver el famoso Puente de Coral que ya no existe desde 2015, porque lo derrumbó un golpe de mar. Con sus 30 metros de largo era el puente natural más largo del Caribe, remanente de una cueva subterránea.
Por toda la costa, hay como torrecitas de piedra, que no tienen nada que ver con los arubeños. Lo hacen los turistas, porque según dicen trae suerte, pero a fin de cuentas modifican el paisaje natural de la costa y debería estar prohibido.







Después de aquí fuimos a ver una construcción llamada Bushiribana, un fuerte donde se fundía oro durante la llamada Fiebre del Oro del Caribe. Con una producción de 1,5 millones de toneladas del precioso metal, durante casi cien años Aruba hizo honor a su nombre, "el lugar donde reluce el oro".




Luego, regresando a la ciudad, pasamos por el precioso faro California. Con sus 30 metros, es la estructura más alta de la isla, y toma su nombre de un barco que se hundió en la costa cercana a finales del siglo XIX y que hoy es un paraíso para los buceadores. El faro se erigió entre 1914 y 1916 para prevenir naufragios en una costa cuajada de peligrosos corales.





De camino, paramos en la playa de Eagle Beach donde están los famosos árboles que salen en las fotos publicitarias de la isla. Se laman divi divi y junto a los fofoti habitan la arena de la playa y se nutren del agua del mar. 
La conductora, que habla español, nos deja en el centro de la ciudad de Oranjestaad, capital de la isla. Sus edificios, que mezclan el estilo colonial del Caribe y la arquitectura holandesa, están pintados en suaves colores pastel y adornados con toda clase de florituras.



 Es la calle de las tiendas, pero mas bien diría la calle de las tiendas de deporte. Qué barbaridad!!! Aunque reconozco que en algunas había algunos chollos.
Después de esto pasamos por el centro comercial Renaissance.
Y vuelta al barco.

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