Una de las excursiones que pueden hacerse cómodamente en una escala en Savona es la que visita estos dos pueblos medievales de la Liguria. Ambos son de gran importancia cultural y turística, uno cerca del mar y el otro de las montañas.
Empecemos por el más cercano a Savona, Noli.
Sus murallas han mantenido, a lo largo de los siglos, prácticamente intacta la estructura urbana que levantaron sus fundadores en la Edad Medieval. Aparte, es famoso por ser un atractivo pueblo costero que aún ve como cada noche los pescadores salen con sus lanchas y regresan al amanecer con las cestas a rebosar de pescado fresco.
Los habitantes de la ciudad, desde sus comienzos, se dividieron entre los que fueron marinos expertos y los avezados comerciantes, y entre ambos gremios consolidaron una flota de pesca y comercio que llegó a estar entre potencias marítimas tan importantes como Génova o Savona, que eran ciudades mucho más grandes.
Con su participación en la Primera Cruzada, amasó grandes riquezas que aumentaron su poder e influencia y con ello su prosperidad económica, que incluso hizo que el papa Gregorio IX la convirtiera en sede obispal.
Pero su perfecta situación para el comercio marítimo no era suficiente para los nuevos buques, que cada vez eran más numerosos y de mayor calado, por lo que estos prefirieron la cercana Savona como puerto de atraque. Fue una estocada mortal para Noli, que vio como sus hijos, aguerridos marineros, se transformaban en humildes pescadores.
Para visitar Noli, lo mejor es entrar por la conocida como Porta di Piazza, que se encuentra protegida por el baluarte rivellino. Aquí encontramos el Palazzo Comunale, con una fachada que mira al mar. Luego llegamos a la Piazza Dante lugar elegido por los nolesi para levantar la Torre de la Marina.
Si miramos en este punto a la colina de nuestra derecha veremos el Castillo de Monte Ursino, con los restos de dos torres.
En la ciudad abundan los pequeños cafés con vitrinas rebosantes de especialidades típicas de la Liguria.
Hacemos una parada para visitar el Oratorio de Santa Ana, en la Piazza Giuseppe Ronco, construido en 1759 y que sustituyó a dos oratorios anteriores, datando el más antiguo de la Edad Media.
Con una sencilla estructura de una sola nave, está ricamente decorada con estucos y grandes lienzos del siglo XVIII los lados.
Destacan dos enormes y elaborados crucifijos procesionales de gran tamaño en madera, plata y bronce.
A la izquierda del oratorio, otra de las torres puerta de la ciudad.
Y al otro lado, la Torre del Canto o dei Quattro Canti con sus 38 metros de altura, que la convierten en la más alta de Noli-
Salimos del recinto amurallado para caminar junto al mar por la Porta di Piazza, que presenta una alegoría sobre Noli.
En nuestro paseo encontramos preciosas construcciones de la Edad Media y el Renacimiento.
Pudimos ver, desde fuera, la hermosa iglesia románica de San Paragorio, que data del siglo XI y que es uno de los mejores ejemplos de este estilo en Liguria. Al parecer, las últimas investigaciones hablan de una cripta que podría datar los orígenes de un templo anterior en el siglo V.
La última imagen de Noli nos la ofrece la iglesia de San Francisco de Asís, ya fuera de las murallas.
Construida en el siglo XIII y ampliamente restaurada y renovada en el siglo XVII, San Francisco ha sido el templo favorito de las familias ilustres de Noli.
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