Nuestro segundo destino de la Liguria es Finalborgo, que fue durante muchos años capital del Marquesado de Finale.
Fundado en el siglo XII en una estratégica posición, entre los ríos Pora y Aquila, recientes descubrimientos remontan sus raíces a la época romana.
A Finalborgo se entra por la Porta Testa, que junto con la Reale, la Romana y la Mezzaluna, completa los puntos de acceso de la ciudad.
Estas gigantescas puertas guardaban la entrada de una ciudad amurallada desde el siglo XV, como defensa contra Génova, con la que se encontraba en guerra constante.
Porta Testa, por su parte, fue restaurada en el siglo XIX y se le añadió un campanario octogonal con reloj. En el exterior tiene un escudo con un león rampante que simboliza el dominio de Génova y en el interior un fresco de la Virgen escoltada por Sn Juan Nepomuceno y San Biagio.
Paseamos por las calles de Finalborgo gasta llegar a nuestra siguiente visita de interés.
Visitamos la iglesia de San Biagio, muy simple por fuera ya que quedó sin terminar, pero de un rabioso estilo barroco en el interior.
Construida en el siglo XVII sobre una anterior de origen medieval, aún guarda partes de esta, como el ábside y el campanario. Posee numerosas ventanas y uno de sus lados forma parte de las murallas defensivas de la ciudad.
El interior guarda infinitas obras de altísimo valor artístico como el mausoleo Sforza, las esculturas atribuidas a los Bocciardo, una magnífica balaustrada en mármol de Carrara o un excepcional púlpito.
En las capillas laterales se encuentra el Tríptico de la Madonna delle Grazie de 1416 y el gran Políptico de Santa Caterina de principios del siglo XV.
Seguimos paseando por este interesante pueblo medieval.
Y llegamos al Conjunto Monumental de Santa Caterina, que es hoy el Museo Arqueológico de Finale, biblioteca, sala de conferencias y de exposiciones.
Dos grandes claustros renacentistas, son el corazón alrededor del cual gravitan la iglesia y el resto de las instalaciones de Santa Caterina.
Fundado en 1359 por la familia Del Carretto, tenía que servir, aparte de como monasterio, de lugar de enterramiento a la familia noble.
Durante su longeva historia, el conjunto llegó a usarse como penitenciaría, periodo que duró un siglo. En el edificio del campanario aún se conservan algunas celdas de la época.
Nos dirigimos ya hacia la salida de Finalborgo, callejeando por sus estrechas calles.
Nuestra última imagen es el Castillo de San Giovanni, que controlaba y protegía Finalborgo, capital del Marquesado de Finale.
Fue construida por los españoles entre 1640 y 1644 y parcialmente destruida por los genoveses en el siglo XVIII y luego usada como prisión.
Nuestro camino nos llevó al restaurante Il Portico, en el cercano pueblo de Orco Feglino.
Ambientado en la época medieval, ofrece riquísimos platos de pasta al pesto, que es la especialidad de la región. De esta manera, y con platos deliciosos cerramos nuestra visita a Liguria.
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