viernes, 16 de junio de 2023

Guatemala, corazón del mundo maya, (VI) Alta y Baja Verapaz.

 Dejamos atrás las ciudades para encontrarnos con la naturaleza en Baja Verapaz.

Para ello nos dirigimos al Biotopo del Quetzal, un área protegida de unas 1.000 hectáreas que desde 1976 trata de proteger una zona de bosque nuboso que es hábitat del ave nacional de Guatemala, el quetzal.


Este Corredor Biológico del Bosque Nuboso, nos ofrece un muestrario casi infinito de la flora y la fauna de este tipo de hábitats, donde aparte de grandes ejemplares de pinos, cipreses y eucaliptos, podremos observar varias especies de plantas epifitas, que son las que usan estos grandes árboles como soporte para crecer y desarrollarse.

Entre ellas destacan varias especies de bromelias y orquídeas de colores llamativos y flores de gran tamaño.

La fauna que puebla el biotopo está conformada por unas 58 especies animales, como ardillas, zorros, monos, conejos salvajes y reptiles.

Dos senderos de 1.800 metros (Los Helechos) y 3.600 metros (Los Musgos) recorren el parque.


Tras la época de lluvias, que justo empezaría cuando dejáramos el país, el agua volvería a las varias cascadas que salpican el parque. Fue una pena no disfrutar de ese espectáculo, pero nos pudimos hacer una idea al acercarnos a algunas de ellas.



La siguiente parada es Orquigonia, fundado por Oscar Archila Euler, apasionado orquideólogo que creó este centro de rescate y conservación de las maravillosas orquídeas de Guatemala.


Son mas de 450 especies las que tienen su hogar en este espacio protegido donde son investigadas, cultivadas y mimadas hasta el extremo.


Un sendero con nueve estaciones o paradas, nos muestra las diferentes fases en el cultivo y reproducción de las orquídeas.





Pero sin duda, la estrella de todas las orquídeas es la Monja Blanca, flor nacional del país.
Esta preciosa orquídea albina parece tener en su interior una religiosa vestida de blanco, rezando,  a la que debe su nombre.


Una de las maravillas naturales de Guatemala es Semuc Champey, situada en Alta Verapaz, un área protegida que es un auténtico paraíso para los sentidos.

En un espacio de unos 300 metros de longitud se suceden varias pozas o pequeñas lagunas con una profundidad de entre 1 y 4 metros de profundidad alimentadas por varios riachuelos que fluyen desde las montañas que las rodean.

Más de 100 especies protegidas de aves, mamíferos e insectos tienen aquí su hábitat perfecto, sin contar con las 10 especies de peces que pueblan las charcas de color turquesa.


Bajo ellas fluye con todo su poder y caudal el río Cahabón, al que vemos entrar en la tierra en una profunda sima que da nombre al lugar, ya que "Semuc Champey" significa "Donde el río se esconde". 

Tras pasar bajo las lagunas, volverá a la luz para precipitarse en una cascada de más de 40 metros de altura.

El conjunto de pozas está rodeado de más de 120 especies diferentes de árboles. siendo alguno de ellos sólo propios de este ecosistema.

Tras un refrescante baño nos dirigimos a otro atractivo natural que se encuentra muy cerca de este lugar, el Parque Nacional Grutas de Lanquín.

Se trata de un sistema de cuevas no exploradas aún del todo, pero en las que se han habilitado zonas para que puedan ser visitadas mediante escaleras, barandillas y una iluminación básica.

Las cuevas son el hábitat natural de varias especies de murciélagos que cada atardecer salen en grandes bandadas en busca de alimento.

La humedad y el constante goteo del agua en el techo de las cuevas ha ido creando un paisaje pétreo realmente hermoso, que ha poblado de estalactitas y estalagmitas las altísimas bóvedas de las grutas.

Para el pueblo q'eqchi, estas grutas son lugares sagrados, donde en pequeños altares de piedra realizaban ritos y ceremonias mayas.

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