Nuestro último día en Luang Prabang y en Laos, lo dedicamos a navegar el río Mekong en una de las grandes barcazas que hacen un recorrido de unos 25 kilómetros.
El río Mekong nace en la cordillera del Himalaya y tras recorrer más de 4.350 kilómetros desemboca en el Mar de China, lo que hace de él el río más largo del sudeste asiático..
En Laos serpentea durante unos 777,4 kilómetros y es un pilar fundamental en la riqueza del país, ya que alimenta a millones de personas.
En total se capturan 1.300.000 toneladas de pescado cada año ya que en sus agua nadan 1,200 especies de peces salvajes y de criadero como la carpa, la panga, el pez gato y el delfín beluga. Su caudal también alimenta los campos de arroz que dan hasta tres cosechas al año.
El río también tiene su papel en la historia, ya que por él, en el siglo XIX, los franceses intentaron encontrar una ruta navegable hacia China. Hoy por sus agua navega todo tipo de embarcaciones como barcos de mercancías y transbordadores de pasajeros.
A medio camino encontramos Ban Xang Hai, conocido como el Pueblo del Whisky.
Amarramos la barcaza y bajamos.
Tras una breve explicación sobre la elaboración del whisky, nos pasan a un pequeño puesto donde podemos catar las variedades de este licor hecho de arroz, que es parte fundamental de la cultura de Laos.
Eran licores fuertes, cuyo sabor iba desde neutro, hasta un tostado muy intenso. Pero lo realmente impactante, es que los laosianos, aderezan el licor sumergiendo en las botellas todo tipo de animales rastreros. ¡Y yo que me había horrorizado en Vietnam con el licor de serpiente!
No se si los pobre bichos le dan sabor al licor, pero los ponen dentro porque según creen aumenta la virilidad, la líbido.
Aparte de las destilerías el pueblo es conocido también por sus puestos de telas y sus tejedores, y donde se vende sobre todo, foulards, faldas y caminos de mesa o manteles. Por mucho que caminé entre las decenas de puestos no vi nada que no hubiera visto antes en otros pueblos y ciudades de Laos, así que nos dimos un paseo por el pueblo, hasta llegar a una plazoleta con varios templos.
De ahí partimos hacia la cueva de Pak Ou, uno de los santuarios budistas más famosos y curiosos de Laos.
La última visita del recorrido nos lleva a las cuevas de Pak Ou, lugar fundamental en las peregrinaciones budistas y que para el viajero son imprescindibles, por su ubicación y por contener miles de estatuas de Buda en infinitas posiciones.
Desde la antigüedad los laosianos adoraban al espiritu del rio, "phi", para atraer a la fortuna, ya que temían las inundaciones del río Mekong, que podrían arruinar sus cosechas o llevarse sus barcos.
Por eso decidieron construir dos santuarios en las cuevas que horadaban la montaña.
El inferior o Tham Ting, está repleto de estatuas de Buda llevadas por los lugareños y los visitantes a lo largo de los años, sobre todo los días que comprenden el año nuevo, o Pimai, en abril.
Pak Ou puede traducirse como "desembocadura del río Ou", ya que las cuevas se encuentran justo enfrente del punto donde se unen los dos ríos. En la siguiente imagen vemos, al pie de la montaña, el río Ou de color azul, fundiéndose con las aguas marrones del Mekong.
Tham Ting está ubicada en un acantilado de piedra caliza vertical, como la gran boca de un animal. Dentro vemos varios niveles donde han colocado las figuras de buda, hechas en metal, madera, piedra o barro. A los pies de algunas vemos ofrendas de papel, flores o incienso.
A la cueva superior o Tham Theung se llega tras subir 200 escalones. No es una gruta grande, apenas 30 metros de profundidad, pero en ella volvemos a ver centenares de figurillas de Buda.
Volvemos a Luang Prabang para pasar nuestra ultima noche en Laos.
Aprovechamos para recorrer un poco de la ciudad, sobre todo la calle Sisavangvong.
Por el día, esta calle es una muestra perfecta de la arquitectura de Laos durante el periodo de ocupación francesa, con sus casas de dos alturas y grandes balconadas, pintadas en vibrantes y llamativos colores.
Los franceses se fueron acabada su ocupación, pero dejaron su huella, en particular en el diseño arquitectónico único en el que las estructuras de madera tradicionales de Laos se fusionaron con los estilos coloniales europeos.
Uno de los componentes principales en la artesanía de la zona es el papel Saa que puede utilizarse para hacer tarjetas de presentación y postales, álbumes de fotos, calendarios, pantallas de lámparas y cuadros tradicionales. Este tipo de papel es grueso y duro, pero muy ligero y poroso. Su acabado texturizado es distintivo, con las fibras entremezcladas de manera desordenada, semejante a telarañas, al que se añaden flores y hojas naturales para crear llamativos diseños. El ingrediente principal es la corteza de los árboles de morera (conocidos localmente como "Saa")
Entre los productos más vendidos, hechos de papel, se encuentran estas coloridas sombrillas de papel, que se encuentran en un puesto del mercado nocturno de la misma calle de la que hemos hablado.
Y el día de nuestra partida nos levantamos muy temprano para asistir a la Ceremonia de las Almas o Tak Bat o Sai Bat, que se conoce popularmente entre los viajeros como Ceremonia de las Ofrendas.
Se trata de un ritual budista que realizan los monjes cada mañana donde los otros participantes son los habitantes de la ciudad que con ello ganan méritos para su vida espiritual.
Todas las mañanas, antes del amanecer, los monjes salen a la calle y reciben las ofrendas de arroz de los fieles, que esperan a la puerta de sus casas para entregar el grano cocinado que prepararon con sus propias manos, y de esta manera sumar méritos en su vida. Durante aproximadamente una hora los monjes que salen de varios templos desfilan por las calles de la ciudad en silencio absoluto, unos detrás de otros, descalzos y cubiertos con sus túnicas color azafrán.
Los monjes portan sus bat o alm bowls, unos recipientes que tienen forma de urnas, donde los fieles introducen el arroz pegajoso. La ceremonia suele comenzar a las 05:30 de la mañana y cuando realmente empiezas a entender el significado espiritual de la misma, se ha terminado.
Posteriormente, nuestro guía nos llevó a desayunar a un mercado matutino, donde pudimos probar varias exquisiteces nacionales, como el Khanom Krok, unos pequeños pastelillos de coco y arroz muy populares, que se preparan en una sartén especial con agujeritos que le dan su forma y se cocinan sobre carbón.
Y llegó la hora de recoger nuestras maletas y abandonar el país. Desde el avión pudimos ver como nos alejábamos de la maravillosa Luang Prabang y del exótico y maravilloso Laos. ສະບາຍດີ, ປະເທດລາວປະເສີດ