Llegamos a un muellecito de madera y después de la foto de rigor nos embarcamos en un catamarán muy grande, gobernado por una tripulación que a las chicas le resultó de lo más fotogénica.
A toda velocidad, mientras nos íbamos embadurnando de cremas solares, ya que el día se presentaba fuerte, fuimos pasando por varias islas y sobre todo por varios colores del agua. Desde el azul más oscuro hasta el verde más tropical.
Las islas eran lo que todos tenemos en la imaginación al pensar en el caribe: arena blanca, agua cristalina, palmeras...
Llegamos a una islita insignificante, que sólo era una roca. ¡Pero que playa!
Bajamos al agua con nuestros cachivaches de snorkel.
Todo un mundo por descubrir.
Bueno y ahora un largo paseíto por otras islas, todas muy bonitas.
Pasamos por una isla maravillosa donde hay un resort en el que cuesta 600 dólares pasar una noche. A ver si con una primitiva...
Seguimos un buen rato navegando y llegamos a la casilla de salida: la playa donde los cocineros del barco nos tienen una barbacoa de chuparse los dedos.
Una horita en la playa para refrescarnos...¿Y si vamos a dar un paseo hasta el pueblo que está en la montaña?
De camino vemos unos puestecillos de vendedores a los que no dejan entrar al recinto. Un poco de todo, pero sobre todo textil. Y volvemos al barco para seguir recorriendo el Caribe.
Mayreau y Cayos de Tobago que bonito. No habia soñado tanto y lo he tenido todo. Cayos de Tobago y alredores me dejo KO. Me gustaria volver allá algun dia.
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