Nos vamos a otra iglesia fundamental en la ruta romana, Santa María Maggiore.
Ésta basílica, cuyos orígenes se remontan al siglo V, ha sufrido multitud de reformas, ampliaciones y remodelaciones. La que vemos ahora combina varios estilos arquitectónicos tanto en el exterior como dentro del templo. Por fuera destaca airoso el campanario piramidal, el más alto de Roma, de estilo románico, mientras que el resto del edificio se rige por los cánones barrocos.
Destaca, si miramos hacia arriba, el techo artesonado dorado con el primer oro traído de América y donado por los Reyes Católicos, del siglo XV.
Varios papas tienen aquí su lugar de sepultura, como Sixto V o Pío V.
Diseños de Miguel Ángel, frescos de Cesari, capillas de Della Porta o de Fontana, embellecen el interior del templo.
Por último, los amantes de las reliquias no deben pasar por alto la urna que contiene piezas de madera del pesebre donde nació Jesús y que se encuentra localizada bajo un precioso baldaquino.
Para acabar el día nos dirigimos al Castel Sant' Angelo.
Su forma y aspecto de fortaleza es tan perfecta que poca gente sabe que en sus orígenes en el siglo II fue el mausoleo del emperador Adriano. Viendo su potencial, los papas que gobernaron la iglesia a partir del siglo VI remozaron y rehabilitaron el edificio para convertirlo en fortaleza y prisión.
La mejor y más impresionante manera de acceder a él es a cruzando el Ponte Sant' Angelo, que cruza el Tiber y está guardado por esculturas de ángeles realizadas por Bernini y que sostienen los instrumentos de la Pasión.
Y seguimos hablando de ángeles, ya que según la leyenda, el nombre del castillo proviene de una visión que tuvo el papa Gregorio I en la que aparecía un ángel sobre el castillo para anunciar el final de una plaga de peste que en el año 590 asolaba Roma.
Miles de historias de traiciones, intrigas políticas, de un túnel que lo une con el Vaticano, de películas en las que es actor casi principal, de un espacio interior más delicado de lo que podíamos esperar por su exterior seco y macizo, le otorgan a este castillo la vida que se le negó cuando se construyó como mausoleo.
El castillo es más grande de lo que pueda parecer al darse de bruces con él, tanto, que durante el saqueo de Roma en 1527 llegaron a refugiarse y vivir en él casi un millar de personas.
La colección de obras de arte que ahora alberga, incluye pinturas, armas, tapices y mobiliario sobre todo del Renacimiento.
Cae la noche sobre el castillo y el Tiber.
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